Cuando faltan once días para el comienzo del verano, el Hospital de Clínicas informó este jueves que «el uso del barbijo de tela o tapaboca no debería ocasionar inconvenientes» en la salud ni siquiera en los días de altas temperaturas «si se respetan las recomendaciones para evitar el golpe de calor» y se desarrollan actividades de baja intensidad como caminar o la rutina diaria.
El estudio realizado en Canadá demostró que no hay «cambios significativos en la oxigenación con el uso de tapaboca en la actividad diaria cotidiana», aseguró Damian Zopatti, médico generalista del Hospital de Clínicas.
«El uso de barbijo en verano sumado a realizar las tareas habituales como pueden ser caminar, realizar compras o trámites, no incrementa en demasía la demanda fisiológica de oxígeno, si es que todas ellas se realizan de forma tranquila y tomando los recaudos pertinentes en relación a las recomendaciones clásicas sobre la prevención del golpe de calor», dijo Damian Zopatti, médico generalista del Hospital de Clínicas.
El profesional explicó que la clave está en poder reconocer la necesidad de mantenerse hidratado. «Las personas mayores, por la edad, se vuelven menos sensibles a sentir sed, por lo que deben recordar y tener como hábito tomar agua. Cuando la temperatura sube y comienzan los síntomas el cuerpo puede haber perdido cantidades significativas de líquidos, que se deben reponer de forma constante», agregó.
El golpe de calor es un cuadro de deshidratación generalizada que puede aparecer al momento o después de algunos días de altas temperaturas; y los síntomas son: sed, dolor de cabeza, la sensación de tener la boca pastosa y sudar en exceso.
En personas jóvenes suele darse mientras hacen entrenamiento físico debido a la pérdida de agua, en estos casos se recomienda hacer actividad física por la mañana temprano o por la tarde, luego de la caída del sol.
«Si la persona es joven, se le debe dar líquidos: la hidratación no debe hacerse solo con agua, es recomendable agregar bebidas con sales, o un jugo de fruta y después enfriar el cuerpo» agrega Zopatti.
Existen dos grupos de riesgo más propensos a sufrir golpes de calor: los ancianos y los niños.
«Lo más importante es prevenir: las personas mayores y los bebés deben estar en condiciones frescas, con agua suficiente. Si comienzan a sudar mucho, o están demasiado tranquilos o tienen sed, hay que ofrecer líquidos. Y si se quedan dormidos o se desmayan hay que dar aviso al médico», dijo.