El polémico fallo que ordenó al Sanatorio Otamendi administrarle dióxido de cloro a un paciente con coronavirus puso en alerta a la comunidad médica y científica de la Argentina. Es que la sustancia no está autorizada como medicamento en el país e incluso está desaconsejada por organismos internacionales. Actualmente hay cientos de estudios en marcha sobre posibles tratamientos contra la enfermedad, pero solo hay uno que posee la aprobación de emergencia de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT): el suero hiperinmune de caballo. Este último está desaconsejado en pacientes que estén en estado grave.
No existe aún un tratamiento con evidencia científica que se pueda aplicar a todos los pacientes con coronavirus. En la Argentina, hay 15 medicamentos que, en este momento, cuentan con ensayos clínicos autorizados por la ANMAT. Es decir, que se encuentran bajo estudio para comprobar su eficacia contra la enfermedad.
Sobre los posibles tratamientos para el coronavirus, Hugo Luján, doctor en Ciencias Químicas, investigador del Conicet y director del Centro de Investigación y Desarrollo en Inmunología y Enfermedades Infecciosas (Cidie) explicó a TN.com.ar que la enfermedad debe considerarse “en dos partes”. En la primera etapa de la infección viral, una proteína bloquea la respuesta inmune del organismo: lo único que podría funcionar en esta instancia es el suero hiperinmune o el plasma de convalecientes, que se usa solo bajo protocolo.
“Posteriormente, con la enfermedad avanzada, lo que viene es una respuesta adaptativa, específica para el coronavirus”, explicó. En esa instancia, las recomendaciones oficiales, que se encuentran bajo constante revisión, apuntan al uso de dexametasona en pacientes con compromiso respiratorio grave y aspirinas “para evitar la coagulación en la sangre”. “Eso es todo lo que hay”, dijo.
Ante la gran cantidad de información que circula sobre productos que servirían para paliar la enfermedad, los científicos aconsejan apegarse a la palabra de los profesionales de la salud de confianza. “No hay que salir a buscar, ante la desesperación, médicos que quieran dar una salvación”, aseguró Luján. En el mismo sentido se manifestó el médico infectólogo Ricardo Teijeiro, quien agregó que, ante la duda, ellos tienen la obligación de explicarle al paciente “si la droga que se va a usar está autorizada o es de investigación”.
Suero hiperinmune de caballo, el único autorizado por la ANMAT
El tratamiento para coronavirus con suero hiperinmune equino es el único registrado y autorizado para uso de emergencia por la agencia regulatoria de la Argentina, la ANMAT. Se trata del primer medicamento desarrollado por investigadores argentinos para el tratamiento de la enfermedad. Desde esta semana, está disponible para uso hospitalario y bajo prescripción para las clínicas, obras sociales, prepagas o Ministerios de Salud que lo soliciten.
Demostró reducir en un 45% la mortalidad, en un 24% la necesidad de internación en terapia intensiva y en un 36% el requerimiento de asistencia respiratoria mecánica en pacientes con enfermedad moderada a severa. El estudio clínico sobre 242 pacientes adultos, de 18 a 79 años, permitió comprobar “de manera contundente” que el medicamento es “muy seguro y sus efectos adversos, muy leves”.
Los anticuerpos policlonales equinos se utilizan hace años para tratar emergencias médicas, según explicó el cardiólogo, especialista en hipertensión pulmonar y trasplante de pulmón y corazones Sergio Perrone. El uso más conocido es en la intoxicación por toxina tetánica, pero también se emplea para el envenenamiento por mordedura de serpientes o picaduras de alacrán, exposición al virus de la rabia y para el tratamiento de enfermedades infecciosas como la influenza aviar.
Tras la recomendación de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) de evitar el uso del suero equino en pacientes en estado grave de salud, desde Inmunova, el laboratorio a cargo de su elaboración, explicaron que la aplicación del medicamento no se analizó en pacientes que requerían asistencia respiratoria mecánica o que se encontraban internados en UTI. “Su eficacia no ha sido estudiada en esta población”, indicaron.
Más allá de eso, resaltaron que el medicamento “demostró un perfil de seguridad positivo”: “No se registraron eventos adversos serios relacionados con su aplicación y en ningún caso hubo que discontinuar el tratamiento”. “Los datos y resultados del estudio clínico de Fase 2/3 han sido presentados a la comunidad médica y científica y han sido enviados a publicación a una revista científica internacional para su evaluación por pares”, agregaron.
A nivel mundial, se realizan ensayos clínicos con sueros equinos en Brasil, México y Costa Rica, aunque se encuentran “menos avanzados” que en el país. La elaboración de suero en la Argentina fue un trabajo de articulación público-privada encabezado por el laboratorio Inmunova y el Instituto Biológico Argentino (BIOL), la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Carlos Malbrán” (Anlis), con la colaboración de la Fundación Instituto Leloir (FIL), Mabxience, Conicet y la Universidad Nacional de San Martín (Unsam).
Plasma de convalecientes
Hace un siglo, los médicos filtraron plasma de la sangre de pacientes que se habían recuperado de la gripe. El llamado plasma convaleciente, rico en anticuerpos, ayudó a las personas a combatir la enfermedad. Desde el comienzo de la pandemia, los investigadores prueban esta misma estrategia contra el coronavirus.
En la Argentina, se encuentra bajo investigación y se usa solo en centros autorizados que forman parte de los ensayos clínicos, según explicó a este medio Teijeiro. “Su aplicación se rige bajo las condiciones del protocolo, que dice cuáles son los criterios de inclusión de un paciente. Si la persona está en una institución que forma parte del análisis, se puede aplicar, sino hay que hacer una solicitud especial”, precisó.
El dióxido de cloro está desaconsejado y es peligroso
Las autoridades sanitarias y los médicos llevan meses advirtiendo sobre los peligros que conlleva el uso del dióxido de cloro, pero la creencia volvió a reflotar a raíz de un polémico fallo judicial que obligó a un sanatorio a suministrar la sustancia por pedido de un paciente, quien finalmente murió. Tanto la ANMAT como la SADI aconsejaron no consumir productos que contengan la sustancia u otras relacionadas (clorito de sodio, hipoclorito de sodio, lavandina) porque no hay evidencia científica sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos podría ocasionar graves efectos adversos. La recomendación se hizo en base al informe de 2020 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Fuente: TN