Tras dos días de reuniones, ambas delegaciones coincidieron en que la paz solo será posible si el Kremlin demuestra voluntad concreta de desescalada
Estados Unidos y Ucrania reforzaron en las últimas horas su postura conjunta respecto al futuro de un eventual acuerdo de paz. Tras una nueva ronda de negociaciones, ambos gobiernos señalaron que cualquier avance real depende de que Rusia asuma compromisos “serios, verificables y sostenidos” hacia el cese de hostilidades. La información surge de lo difundido por Radio3.
Reuniones y reclamos: qué plantearon EE.UU. y Ucrania
Durante dos días, el enviado especial estadounidense para la paz, Steven Witkoff, y el asesor Jared Kushner se reunieron con las máximas autoridades de seguridad ucranianas: el ministro de Defensa, Rustem Umerov, y el general Andriy Hnatov.
Witkoff, a través de un mensaje publicado en su cuenta oficial de X, subrayó que el fin del conflicto “solo será posible si Moscú adopta medidas creíbles hacia el alto el fuego y la desescalada”. Indicó además que estos pasos son indispensables para prevenir futuras agresiones y habilitar un plan integral de desarrollo para Ucrania.
Kiev apoyó plenamente la postura de Washington, insistiendo en que cualquier avance inmediato requiere señales concretas que demuestren que el Kremlin está dispuesto a frenar los ataques y reducir la intensidad de la guerra.
Moscú mantiene su intransigencia y rechaza propuestas
El diálogo se reactivó luego de que una delegación estadounidense viajara a Moscú a comienzos de semana para trasladar al presidente Vladímir Putin las conclusiones de los contactos previos con Ucrania. Sin embargo, lejos de acercar posiciones, el mandatario ruso reiteró que no abandonará sus ambiciones territoriales sobre su país vecino.
Este clima volvió a tensar el escenario diplomático y cerró una vez más el camino hacia un consenso inmediato.
Un plan revisado que tampoco prosperó
En octubre, la Casa Blanca había presentado un borrador de plan de paz que incorporaba exigencias impulsadas por Moscú: reducción del Ejército ucraniano, retiro de tropas en el Donbás y renuncia de Kiev a ingresar en la OTAN. Ucrania consideró inaceptables esos puntos, los eliminó del texto y devolvió una versión revisada durante un encuentro en Ginebra.
Pero el Kremlin rechazó también esa propuesta actualizada como base para abrir negociaciones directas. De esta manera, la búsqueda de una salida diplomática vuelve a quedar estancada, mientras el conflicto bélico continúa activo en el frente oriental y persisten las dudas sobre las condiciones mínimas que Rusia podría aceptar para avanzar hacia una paz duradera.
A pesar de los intentos por reactivar el diálogo, las posiciones permanecen rígidas. Washington y Kiev insisten en que solo una señal contundente de desescalada por parte de Moscú permitirá imaginar un horizonte de negociación real. Por ahora, ese gesto parece lejano.




