Hoy se puede decir que Laura Catena logró darle una respuesta contundente a aquellos que insinuaban que “todos los Malbec eran iguales” -en clara alusión a su falta de carácter de lugar- con la publicación del estudio de terruño más extenso jamás realizado para cualquier variedad de vino. “La demostración científica de la capacidad que tiene el Malbec de transmitir el terroir lo pone a la par de las variedades más famosas del mundo y demuestra además que el terroir existe tanto en el Nuevo Mundo como en el Viejo Mundo”, comenta Laura Catena.
Fue ella quién fundó, hace más de 25 años, el Catena Institute of Wine para encontrar las respuestas a todas las preguntas que surgían cosecha tras cosecha. Y si bien no es el primer trabajo publicado por la entidad (en 2014 y 2015 se publicó el primer estudio sobre el comportamiento de una cepa, en este caso también Malbec, en distintos continentes), por primera vez un estudio demostró que el efecto del terroir puede ser explicado químicamente, a través de diferentes cosechas, desde pequeñas parcelas hasta grandes regiones, y con un 100% de efectividad en las predicciones.
Roy Urvieta (33) es el responsable enológico del Catena Institute of Wine, y trabaja en la bodega desde hace quince años, cuando ingresó recién egresado del colegio secundario. Es uno de los autores principales del estudio titulado Discriminación de terruño y cosecha de vinos Malbec basado en la composición fenólica en múltiples sitios en Mendoza, Argentina, publicado por Scientific Reports, una revista perteneciente al Nature Research Journal. “Decidimos enviar el estudio a Scientific Reports porque es una revista de acceso abierto y con un riguroso proceso de aceptación de revisión por pares. Así nos aseguramos que estos resultados pioneros, que muestran una prueba irrefutable de la existencia del terruño y su persistencia a través de las añadas, estén disponibles para todos en el mundo del vino, desde enólogos hasta viticultores, compradores y consumidores de vino”, afirma Roy.
La investigación en el futuro del vino argentino
En Catena quieren dejar en claro que estos estudios no implican un concepto de calidad, sino que ayudan a determinar que los lugares son distintos, menos distintos o parecidos, y que la calidad la va a seguir regulando el mercado y el consumidor, más allá de los hacedores. Con esto no se puede decir que una región es mejor que otra, pero si que ciertos lugares poseen características únicas respecto de otras. Y si una región logra demostrar por qué es distinta, por efecto derrame todos los vinos de dicha región se van a valorizar más.
Es un avance para el entendimiento de los lugares, donde alguien decidió plantar hace mucho tiempo ciertas variedades con su conocimiento. Hoy se sabe que el clima y el suelo también son factores que definen la calidad y el estilo de los vinos, y que en la bodega se puede aportar algo, pero nunca cambiarlo.
Desde la creación del Catena Institute of Wine, el gran objetivo de Laura Catena fue aportar conocimientos para avanzar en la misma dirección que su padre, lograr vinos argentinos que pudieran estar a la altura de los mejores exponentes europeos y americanos. Ella está convencida que el Malbec puede convertirse en una variedad clásica, porque absorbe el terroir y cambia de acuerdo al suelo, dando otro vino. “En eso se parece mucho al Pinot Noir, es susceptible a los cambios de temperatura, la insolación, la humedad y la composición del suelo”, asegura Roy quien es el responsable detrás de los Domaine Nico, una línea dedicada exclusivamente al Pinot Noir de parcelas, que surgió en 2016.
Fuente: Infobae