Claudia Mayorga, enfermera del Hospital Regional, cuestionó los allanamientos y manifestó que los vacunadores no volverán a trabajar hasta que se les brinden las garantías correspondientes.
Manchados. Señalados. Apuntados. Así se sienten los enfermeros del Hospital Regional de Comodoro Rivadavia que sufrieron allanamientos en sus domicilios en busca de pruebas por el robo de 30 dosis de Sputnik V. En los trabajadores de la Salud hay bronca e impotencia porque consideran que “se ataca a los más débiles” y volvieron a apuntar contra las autoridades del Área Programática Sur del Ministerio de Salud de Chubut.
Claudia Mayorga, enfermera del Hospital Regional y una de las personas que tuvo que observar cómo revisaron la casa de su madre por una orden judicial, pidió garantías y consideró que nada será igual de ahora en adelante. “No estoy muy bien. Me tocó vivir una situación horrible para toda mi familia. No entendemos porqué estamos en el medio de una situación que desconocemos”, aseguró la profesional de la Salud.
“Ni siquiera sabíamos que se había hecho una denuncia por hurto. A nosotros no nos dijeron nada. Es más, nos enteramos por los medios todo lo que estaba sucediendo”, manifestó en diálogo con La Posta Radio.
“El miércoles vine a hablar con (la titular del Area Programática Sur, Miryám) Monasterolo para que me explique por qué mi nombre está en una hoja de allanamiento, siendo que nosotros solamente prestamos servicio para la comunidad. Recorrí todo el edificio, pero no la encontré”, destacó Claudia que fue recibida por Margarita Opazo, directora asociada del Area Programática Sur, y le explicó que su nombre estaba en la lista de allanamientos porque ella figuraba en los días donde se sospecha que se robaron las vacunas.
“Me dijeron que me quede tranquila, pero el estrés por la situación de mierda que viví no se lo deseo a nadie”, cuestionó. Y subrayó: “esto mancha mi legajo. Mi mamá se descompensó. Ni siquiera fueron a mi casa. Fueron a la casa de mi mamá porque esa es la dirección que figura en mi DNI. Le revolvieron todo a mi mamá. Yo les pedía que fueran a mi casa, que mi mamá no tenía nada que ver, pero no lo hicieron. Me decían que tenían una orden judicial y que tenían que seguir las ordenes”, describió.
GARANTIAS Y SEGURIDAD
Claudia sostuvo que su mamá es hipertensa y se descompensó, pero su hija de siete años también la pasó mal. “Estuvo hasta las 2 de la madrugada llorando de los nervios. No es justo pasar por todo esto cuando nosotros lo único que hacemos es prestar servicio a la comunidad. Nosotros curamos a la gente, no la lastimamos”, consideró.
La situación de Claudia no es fácil. El pago de sus salarios está atrasado y debe realizar trabajos a domicilio para poder llegar a fin de mes. “Yo volvía de atender a una persona en su domicilio y me encontré con todo el despliegue. Todos en Salud salimos a trabajar particular porque no nos alcanza. Llevamos tres meses sin cobrar. Es horrible volver de tu trabajo y encontrarse con todo un circo policial acusándote de robarte algo”, criticó.
“No es fácil para nosotras. No entendemos porque quedamos en el medio”, afirmó y manifestó que los enfermeros no tienen acceso a la Cámara donde se guardan las vacunas. “Nosotros ingresamos al vacunatorio y ahí nos dan las dosis justas para vacunar. Tenemos que firmar una planilla y queda todo registrado. Es imposible que nosotros saquemos vacunas de la nada”, determinó.
“El cuidado de las vacunas es tremendo. Incluso nos dejaban la cantidad de dosis acorde a los anotados por día. Nosotros ni siquiera manejamos la turnera. Solo vamos vacunamos y nos vamos. Llenamos una serie de planillas y nos retiramos”, describió.
Es por eso que Claudia y sus compañeras advirtieron que no volverán a prestar servicios hasta que haya condiciones seguras y dignas para volver a trabajar. “Por empezar queremos que se limpie nuestro nombre y que se le den las garantías al personal de Enfermería. Queremos seguir asistiendo en los procesos de vacunación, pero no queremos que esto se vuelva a pasar”, afirmó y sentenció que “si se perdieron dosis en el Hospital, imagínense lo que puede llegar a pasar en un gimnasio”.