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Rusia da por perdidas las relaciones con la Unión Europea y encarcela a Navalny hasta 2023

Esta vez no ha habido vuelta atrás, ni clemencia. El líder opositor ruso Alexei Navalny tendrá que pasar 2,5 años en la cárcel por decisión de un tribunal de Moscú, que rechazó este sábado su apelación.

Hasta la fecha las autoridades rusas habían evitado encerrar al carismático disidente durante periodos largos. Tras las fuertes protestas de las últimas semanas y la condena internacional, Rusia ha pasado al contraataque diciendo que el caso del envenenamiento de Navalny fue «inventado» por Occidente. Moscú da por rotas las relaciones con la UE, que ha exigido varias veces la liberación del opositor.

La UE, con algunas vacilaciones, ha rechazado el proceder de la justicia rusa: «El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictaminó que Navalny debe ser liberado inmediatamente. La UE repite su llamamiento a las autoridades rusas para que lo hagan sin demora. Esperamos que Rusia cumpla con sus compromisos internacionales como signatario de la Convención Europea de Derechos Humanos», escribió el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en su cuenta de Twitter hace dos días.

Navalny fue detenido el 17 de enero en el aeropuerto de Sheremetievo de Moscú, justo después de regresar de Alemania donde había permanecido desde finales de agosto tras su envenenamiento con un agente nervioso en la ciudad rusa de Tomsk.

El pasado 2 de febrero, la Justicia rusa hizo efectiva una pena suspendida de 3,5 años de cárcel impuesta a Navalny en 2014. Rusia había permitido a Navalny seguir libre durante años, aunque con la amenaza pendiente de volver a prisión al menor desliz. Tras un año en el que Navalny difundió más investigaciones embarazosas para el gobierno ruso y resultó envenenado, el engranaje judicial volvió a ponerse en marcha.

El servicio penitenciario ruso le acusó de haber violado reiteradamente las reglas de conducta impuestas en el expediente de su ‘libertad condicional’ en el marco del caso Yves Rocher Vostok.

La Unión Europea condenó el último veredicto contra Navalny, al calificarlo de inadmisible, políticamente motivado y contrario a las obligaciones asumidas por Rusia en materia de los derechos humanos. En octubre de 2017, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que la justicia rusa había interpretado «extensa e imprevisiblemente» en detrimento de Navalny el delito de fraude comercial previsto en el Código Penal. Según el Tribunal de Estrasburgo, las decisiones de los tribunales rusos fueron «arbitrarias y manifiestamente irrazonables», lo que socavó de una manera fundamental la equidad del proceso penal y dejó irrelevantes las garantías procesales, informa la agencia rusa Sputnik.

PROTESTAS CALLEJERAS
Aunque la condena a Navanly ha resucitado las protestas callejeras, que han alcanzado su punto más alto desde 2012, la oposición decidió hacer una pausa en las movilizaciones hasta la primavera, salvo para llevar a cabo algunas protestas aisladas.

La única noticia positiva para Navalny es que el tribunal revisó en su favor el cómputo de la pena. En un principio se iban a abonar a esta pena 10 meses que el opositor pasó bajo arresto domiciliario, lo que se traducía en 2,8 años entre rejas. Ahora se ha tomado la decisión de «abonar a la pena el período del 30 de diciembre de 2014 al 17 de febrero de 2015». Así que el opositor tendrá que pasar los próximos dos años y medio en un centro penitenciario.

El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, cree que los lazos que unen a Rusia con la Unión Europea están ‘hechos pedazos’. No son los intentos de asesinato, sino los prejuicios como el principal obstáculo para las relaciones ruso-europeas, según Lavrov, que recordó que en 2019, el entonces ministro de Exteriores de España, Josep Borrell (que ahora ocupa el cargo de jefe de la diplomacia europea) declaró que Rusia era un antiguo enemigo de la UE (aunque más tarde las autoridades de España afirmaron que las declaraciones de Borrell fueron malinterpretadas).

Moscú defiende que Occidente se inventó el envenenamiento del opositor ruso para alimentar el mito de la agresión de Rusia. Así lo afirmó la portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, María Zajarova, pese a que laboratorios de Alemania, Suecia y Francia, así como la OPAQ confirmaron que el activista fue expuesto a una sustancia análoga por sus características al Novichok.

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