Por sexta noche consecutiva, Cataluña fue escenario este domingo de una protesta en apoyo al rapero Pablo Hasél, condenado por insultar a la monarquía y a las fuerzas de seguridad, en una jornada con menos incidentes que dejó, de todos modos, al menos ocho detenidos y siete heridos.
Centenares de personas se concentraron frente a la estación de tren de Sants, que estaba fuertemente resguardada por efectivos antidisturbios de la policía de Cataluña, los Mossos, según imágenes de AFPTV, consignadas por la agencia de noticias AFP.
Posteriormente, los manifestantes marcharon hacia el centro de la capital catalana, donde pretendían continuar la protesta.
«Hay ocho personas detenidas en Barcelona, cinco por robo con fuerza en una tienda de ropa y tres por desórdenes públicos y atentado a agentes de la autoridad», informó la policía catalana, según la agencia de noticias rusa Sputnik.
La fuerza reportó además siete agentes heridos, mientras el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) informó que había atendido a seis personas por los incidentes.
Desde que Hasél fue encarcelado el 16 de febrero se desarrollaron seis manifestaciones, de las cuales la de hoy fue la de menores disturbios.
Anoche la protesta terminó con 34 detenidos denunciados por desórdenes públicos, robos y saqueos con violencia, informó hoy más temprano la policía.
La mayoría de las detenciones fueron en Barcelona, 31, mientras otras dos tuvieron lugar en Tarragona y la restante, en Lleida, según la agencia de noticias DPA.
Gran parte de la protesta de anoche en Barcelona sucedió de manera pacífica; sin embargo, como pasó en los últimos días, en la última parte, ya entrada la noche, un grupo pequeño comenzó a prender fuego contendedores de basura y hasta saquearon varias tiendas ubicadas en Paseo de Gracia.
Los Mossos informó que 500 marcharon en Barcelona en reclamo de la libertad de Hasél, mientras que el diario La Vanguardia cifró en 1.000 el número de manifestantes.
Como en noches anteriores, también hubo enfrentamientos con los Mossos.
En los choques registrados en los días posteriores al arresto de Hasél, se reportaron más de medio centenar de detenidos en Cataluña, mientras que también crecían las denuncias por la represión policial y una mujer perdió el ojo por el impacto de un proyectil de goma.
Hasél, de 32 años y con antecedentes penales, fue condenado a nueve meses de cárcel por enaltecimiento del terrorismo en unos tuits donde calificaba al rey Juan Carlos I de «mafioso», elogiaba a personas implicadas en atentados y acusaba a la policía de matar y torturar a migrantes y manifestantes.
La detención del rapero generó un áspero debate en España sobre la libertad de expresión y profundizó las diferencias en la coalición gubernamental, entre los socialistas, del presidente Pedro Sánchez, y el izquierdista partido Unidas Podemos.
Sánchez calificó como «inadmisibles» los disturbios de los últimos días y achacó el malestar en las calles a manifestantes violentos cuya actuación debe ser respondida «con contundencia» desde las fuerzas de seguridad.
Por el contrario, Unidas Podemos criticó con dureza la actuación de la policía catalana y pidió que se indulte a Hasél.