Chubut

Un mandato que se consume como un cigarro y un estallido social en potencia

La actual situación política y social de Chubut es muy particular y quizás no vista en muchos años, donde un manto de corrupción incólume que cubre las esferas más altas del poder evidencia la desidia y una connivencia entre quienes conforman la división tripartita de aquél escalafón.

Estos señores se han embriagado tanto de “ganas” de poder y han prostituido su alma de forma tan promiscua que se han olvidado de la cólera del pueblo, o quizás la han subestimado lo cual es peor.

Han aprovechado circunstancias mundiales extraordinarias de salud para desmantelar las esperanzas de los chubutenses con graves ilegalidades, hambrearlos y reprimirlos como también al mismo tiempo embelesar los ojos de los ignorantes a través de falaces demostraciones “hollywoodenses” de las fuerzas policiales, que acabaron en atropellos constitucionales y manoseos de uno de los derechos personalísimos más trastocados en la historia argentina: la libertad.

Hoy, el titular del poder ejecutivo provincial Mariano Arcioni, tiene el triste record de ser el mandatario más odiado de Chubut y con mayor imagen negativa de la historia, sin embargo el escribano relacionado desde hace tiempo con causas de corrupción nacionales (la ruta del dinero K), evidencia comportamientos o formas de actuar dignas de alguien completamente disociado de la realidad.

¿Quién en su sano juicio hoy seguiría en el poder después de tanto odio generado en el pueblo? ¿A caso alguien duda de que todo esto podría llegar a terminar muy mal? ¿Quién en sus cabales o, con por lo menos dos dedos de frente, pactaría un negocio internacional que no solo arruinaría a perpetuidad el ecosistema, sino que significaría una embestida contra la voluntad mayoritaria del mismo pueblo que lo puso en su cargo?

Las barrabasadas que va cometiendo Arcioni en su gestión sirvió, citando el buen análisis del filósofo Francisco Quesada, para visibilizar un contexto de opresión donde es imprescindible una liberación por parte del pueblo.

Eso no es todo, lo otro positivo que podemos destacar para la provincia de las barbaridades del raquítico mandato del escribano fue visibilizar también un punto en común, una buena causa que pudo unir a miles de chubutenses sin importar ideologías ni credos, que los organizó para emprender una lucha por algo muy noble que es la defensa de nuestras tierras, algo que realmente es para celebrar, pues se trata de algo realmente histórico en nuestra provincia, teniendo en cuenta que vivimos en un contexto nacional político y social donde existe una profunda grieta que todavía no hemos podido cerrar y ojalá en algún momento suceda.

Pero después de analizar ya un año de mandato, podemos llegar a la conclusión de que este gobernador ha llevado a cabo todas las medidas habidas y por haber para poner a prueba la paciencia de los ciudadanos, intentó prender la mecha de la dinamita de múltiples formas y una vez que lo logró en vez de salir corriendo como todo individuo cuerdo, se quedó mirando fijamente al explosivo, desafiándolo… y eso lo podemos ver en todas las cosas que ha hecho desde el comienzo de la pandemia, circunstancia propicia que les valió para que puedan hacer tanto él como todo su gabinete, lo que quieran.

¿Cómo olvidar cuando el gobernador Arcioni y el ministro de Seguridad Massoni dejaron entrar al Covid 19 a nuestra provincia?

Durante la primera etapa de la pandemia, plena estación invernal, donde la fría humedad atravesaba los huesos y al mismo tiempo significaba un buen caldo de cultivo para el Coronavirus, a Massoni y a Arcioni no se les ocurrió mejor idea que “abrirle” las puertas al virus como represalia a una sentencia judicial desfavorable para ellos.

Massoni ordenó que se levanten todos los presuntos puestos policiales apostados en la entrada a la provincia que restringían el paso de los interesados a ingresar, de esta manera cualquiera que quisiera podía entrar sin ningún tipo de controles; el gobernador Arcioni aseguró muy sueltito de cuerpo, que entraron 300 vehículos como mínimo…

Esa sentencia judicial con la que justificaron el levante de medidas tanto Massoni como Arcioni fue dictaminada por la Jueza Mirta del Valle Moreno, quién en palabras de ambos funcionarios hizo que las resoluciones judiciales “quedaran sin efecto”, una especie de “ventana judicial” como ellos la llamaron, pero eso no fue lo que realmente sucedió.

La jueza Moreno en medio de un contexto de abusos de autoridad y detenciones ilegales de parte de Massoni halló también ilegitimidades en las resoluciones del ministro; esto fue así porque no había un decreto por parte del gobernador que las autorizara como debe hacerse de buena práctica en la administración pública, lisa y llanamente lo que estaba sucediendo era que Massoni estaba dictando resoluciones a “gusto y piaccere” sin que Arcioni dictara decretos para avalarlas, es decir, que básicamente el ministro de Seguridad manejaba el estado a su antojo con la aceptación del gobernador por increíble que parezca.

La jueza Moreno lo que hizo fue dejar sin efecto las resoluciones del Ministerio de Seguridad para que se dicten decretos que las hagan efectivas, simplemente lo que hizo fue “poner a derecho” una situación de ilegitimidad.

Pero eso no significaba que Massoni levantara todos los SUPUESTOS controles policiales en las fronteras de la provincia que reducían considerablemente la entrada del virus, porque en el decreto presidencial 297/20 en su artículo 3°, reza: “El MINISTERIO DE SEGURIDAD (de nación) dispondrá controles permanentes en rutas, vías y espacios públicos, accesos y demás lugares estratégicos que determine, en coordinación y en forma concurrente con sus PARES DE LAS JURISDICCIONES PROVINCIALES (Ministerios de Seguridad provinciales) y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para garantizar el cumplimiento del “aislamiento social, preventivo y obligatorio…”, es decir, el articulo le impide a las provincias de la república hacer lo que hizo Massoni, con lo que se puede considerar que el ministro de Seguridad violó un decreto presidencial y se aprovechó del sector no conocedor de leyes de la población de Chubut para hacerles creer que todo fue culpa de la jueza Mirta Moreno, cuando no fue así.

Pero eso no es todo, y aquí explicaremos el motivo por el que usamos tantos potenciales cuando hablamos de los presuntos controles de Massoni en las fronteras de Chubut: esto es así porque en realidad NUNCA EXISTIERON en las fronteras.

Los controles policiales de los que tanto habla Massoni fueron una farsa, un circo mediático para reflejar un Ministerio de Seguridad y una Policía “ruda” ante las inclemencias de una pandemia mundial, pero en realidad fueron solo cuentos.

Había controles a “cada muerte obispo”, y solo existían en todo su esplendor cuando ocurría un evento lo suficientemente mediático como para “vender humo”, como sucedió con la llegada de ancianos chubutenses del extranjero donde movilizó prácticamente a toda la tropa policial e incluso utilizó muy irresponsablemente colectivos de transporte de empleados públicos, para trasladar a los ancianos de un lugar a otro, con el riesgo de que tengan coronavirus y contagien de esa manera al empleado estatal que debía usar ese vehículo al otro día temprano para ir a prestar funciones.

La ausencia de controles fue denunciada por un camionero que ingresaba por esas noches a la provincia de Chubut por Arroyo verde, todo quedó registrado en un video el cual no tardó en hacerse viral mediante el gigante social:

De esa manera quedó en evidencia las mentiras de Massoni y del resto del gobierno provincial con respecto a los controles policiales, mentiras que todavía siguen subsistiendo en la actualidad puesto a que por las madrugadas existen policías en las calles de la misma manera que existen unicornios sobrevolando las mismas.

Basta con salir en esas horas para descubrir que no hay un solo uniformado, o sea, tierra de nadie.

Pero la violencia desproporcionada con la que ordenó a actuar Massoni a su Policía fue la que empezó a enfurecer lentamente a los chubutenses.

Algunas personas que debían hacer tratamientos médicos para enfermedades como estudios oncológicos del cáncer murieron esperando las autorizaciones de circulación del Ministerio de Seguridad y otras terminaron detenidas por la Policía.

Trabajadores informales y cuenta-propistas como albañiles, gasistas, electricistas, etc; no recibían soluciones de parte del ministerio de Massoni que les permitieran trabajar para poder subsistir y decidieron osar de salir igualmente a trabajar sin permisos del organismo, también terminaron detenidos…

Massoni queriendo detener gente ilegalmente

Otro concepto que se le olvidó al “abogado” Federico Massoni de la facultad de derecho, es que NO se puede privar de la libertad a una persona que viole el artículo 205 del código penal que castiga la violación de la cuarentena, puesto a que es un delito que debe ser investigado por el ámbito federal de la justicia y a la persona infractora se la debe simplemente identificar, notificar del delito que está cometiendo y exigirle que vuelva a su domicilio; posteriormente esas actuaciones deben elevarse al juzgado federal quién se encargará de tomar medidas contra el infractor.

Pero ordenar a la Policía a demorar inmediatamente a todo aquel que ande circulando o secuestrarle el auto, es simplemente un disparate y evidencia que el ministro de Seguridad no sabe nada de derecho como vemos a continuación en sus balbuceos:

Nota de Massoni en la materia “Derecho Penal”: 1 (uno)…
Estos delitos que cometía con total impunidad el ministro de Seguridad hasta tuvieron repercusión nacional cuando se filtró un audio del Director de Seguridad, el comisario Paulino Gómez dirigido a un subordinado suyo:

Sin embargo no se lo vio ni al procurador general Jorge Miquelarena ni a nadie investigando a Massoni ni a los miembros de la plana mayor de la Policía por estos hechos, lo que dejó demasiado claro el amiguismo y la impunidad de la mesa chica en el poder público, pero sin duda este accionar por parte del estado empezó a irritar seriamente al ciudadano chubutense honesto que no le quedaba otra que salir a sacrificarse todas las mañanas para poner el pan en la mesa de su casa.

La insistencia de Arcioni con meter en la provincia a la Megaminería “por la ventana”

Como bien dijimos anteriormente, Mariano Arcioni es un hombre que le gusta prender la mecha de un explosivo y quedarse mirando con desafío al artefacto para ver qué sucede.

Creo que nunca se había visto una manifestación tan mayoritaria de la voluntad del pueblo en contra de ese proyecto cuya implementación le quita el sueño a Arcioni por las noches, que se debe desvelar pensando como lo puede concretar mientras tiene a toda una marejada de chubutenses atrás diciéndole que “NO”.

Basta con ver el caso de la provincia de Catamarca, en la minera de cobre “Bajo de la alumbrera”, donde hace años están instaladas empresas especializadas en la extracción de esos minerales pero los resultados que los gobernantes de esa provincia prometieron al comienzo jamás llegaron concretarse.

Catamarca, no solo es la provincia más rica en cobre pero que en cuyo mercado interno paradójicamente no se consigue el cobre, sino que es una de las provincias más pobres del país.

Quizás nuestro gobernador Mariano Arcioni tiene a Catamarca como a su provincia “modelo” para nuestro Chubut y pretende llevarnos a todos a ese destino.

Arcioni hasta habría llegado a cometer “falsedad ideológica” para convencer a la población; es una causa cuya investigación se encuentra aún abierta contra el gobernador y consiste en que el escribano, habría citado falsamente informes de la investigación del suelo por parte de especialistas del CONICET, tergiversando el contenido de dichos trabajos en favor de la “Megaminería”, cuando justamente las conclusiones de esos estudios fueron todo lo opuesto a lo que pretendió instalar Arcioni mediante sus manifestaciones.

Por supuesto, que de ser probadas estas acusaciones en la justicia se lo condenaría a Arcioni por la comisión de un delito muy grave teniendo en cuenta su calidad de mandatario.

Pero una de las cosas más aborrecibles de Arcioni, es que cuando le preguntamos sobre el proyecto nos contesta: “No voy a permitir que se contamine el ecosistema de nuestra provincia, pero si se siguen todas las precauciones para evitarlo, es un proyecto viable para nuestro desarrollo”, como si hubiera una forma de llevar a cabo la zonificación minera sin producir contaminación.

Todos los estudios del suelo existentes han probado que eso es imposible en nuestra provincia, porque hay napas en todo Chubut, de modo que una gota de sustancias radioactivas utilizadas para el desarrollo de esas actividades, va a bastar para que en un periodo no tan prolongado de tiempo debamos utilizar agua mineral embotellada para bañarnos…

La existencia de napas subterráneas a lo largo y ancho de nuestra provincia implica el contacto con todas las vertientes de agua dulce de todo el territorio, por lo que de ser aprobado el proyecto y comenzar con las actividades de minería a cielo abierto implicaría la contaminación de todas las aguas de Chubut, sumando la muerte de una gran cantidad de seres vivos como también de la naturaleza en general y el deterioro significativo de la salud de las futuras generaciones de chubutenses.

Pero a todo esto: ¿Cuál es el motivo de la desesperación del gobernador para que consideren viable el proyecto?

Bueno, es un poco complejo el tema pero vamos a tratar de abordarlo de la manera más simple teniendo en cuenta la información que nos pasan nuestras fuentes de Fontana 50.

Es de público conocimiento la “presunta imposibilidad” de parte del gobierno de pagar en tiempo y en forma los sueldos de los empleados públicos.

Ya han llegado a deber tres meses de salario y a cometer una atrocidad histórica de las más imperdonables de todas: pagar el aguinaldo en cuotas, lo que significa el cercenamiento de un derecho de parte del trabajador a percibir dos veces en el año esa tradicional y sustancial bonificación dineraria; de manera que el aguinaldo ahora pasó a ser una especie de “aumento” del salario convencional.

Al mismo tiempo, de parte del gobierno se cansaron de sumar gente a la planta política pagándoles fortunas, la última incorporación más polémica de todas fue la de Mirta Simone, la esposa del actual secretario general del ATE Guillermo Quiroga.

Por otro lado, los despilfarros del gobierno para hacerle las mañas a Massoni que como niño caprichoso y malcriado, le solicitaba el ingreso a la planta política del Ministerio de Seguridad de obsecuentes para que le saquen fotos y le escriban piropos por las redes sociales, como también para crear “al divino botón” unidades especiales policiales como el GRIM, el GIR u oficinas sin funcionamiento viable como la SSIEIC (Subsecretaria de Seguridad Informática e Inteligencia Criminal) que hasta el momento no se sabe a ciencia cierta que tareas lleva a cabo.

Todos estos gastos desproporcionados llevaron a la gente a pensar ¿Cómo puede ser que digan que no hay dinero para pagarles a los estatales si al mismo tiempo los miembros del gabinete hacen todos estos despilfarros injustificados?, ¿Con qué dinero los hacen si se supone que no hay plata? De esta manera, la población chubutense fue cayendo en un acentuado descreimiento de las palabras de los gobernantes.

Teniendo en cuenta este contexto, según nuestras fuentes confiables, habría existido presión hacía Arcioni por parte de la Presidencia de la nación para implementar la “Megaminería” en Chubut, a cambio de bajar suficiente dinero a la provincia para que se puedan pagar en tiempo y forma los sueldos a los estatales y hasta haya un excedente para gastar en incorporaciones políticas al estado y demás caprichos del gabinete.

Supuestamente, es por ésto que Arcioni y su gabinete estarían tan desesperados por llevar a la realidad la zonificación minera, pero se suma un rumor más: tanto Arcioni como parte de su gabinete y funcionarios del poder legislativo habrían cobrado ya fortunas de manera anticipada, de parte de empresas vinculadas con las actividades de desarrollo minero, a los efectos de garantizar la implementación del proyecto en la provincia.

Un “Chubutazo” en potencia…

La genta ya harta de la desidia y la falta de compromiso de los gobernantes, más la vehemente e inescrupulosa forma con la que se está manejando el poder público con respecto a la “Megaminería”, manifestando un claro ideal antidemocrático; se abocó a que empiecen las marchas en toda la provincia.

Existieron detenciones arbitrarias de activistas anti-mineros presuntamente por órdenes de Massoni, como ya éste medio se ha encargado de informar con anterioridad y ahora se vaticina lo que podría ser lo más preocupante: el desencadenamiento de una gran revuelta social como se viene arengando en las redes sociales desde ya hace unos días.

Esta semana fueron de público conocimiento la destrucción tanto de la vivienda como del vehículo del diputado provincial Roddy Ingram, un hombre del poder legislativo fuertemente cuestionado por la sociedad, debido a que habría recibido coimas de parte de un sector interesado en la “Megaminería” para la aprobación del proyecto.

Como antecedentes también han sido escrachados y amenazados otros legisladores como la diputada Gabriela de Lucía del “Chubut Al Frente” y también la diputada opositora al proyecto, Florencia Papaiani, quién fue escrachada en su hogar por grupos pro-mineros increíblemente relacionados afectuosamente con el Ministro de Seguridad, lo que abrió vía a las posibilidades de que Massoni estaría pagándole con dinero de las arcas provinciales a estos individuos, para que vayan a realizar estos escraches a las casas de los diputados opositores al proyecto.

Por increíble que parezca, posteriormente a los hechos, los diputados señalados como que están a favor de la “Megaminería” fueron beneficiados con una custodia policial en sus casas las 24 horas para su protección, pero la legisladora Papaiani y el resto de los diputados que siempre manifestaron estar en contra del proyecto no recibieron nunca protección policial alguna.

Es bastante fácil imaginar lo que sucederá teniendo en cuenta estos violentos antecedentes si llegara a aprobarse el proyecto de zonificación minera en la provincia, los legisladores lo saben, por eso es que vienen estirando ya desde hace un tiempo las sesiones referidas al tema.

Sin embargo, Mariano Arcioni lejos de escuchar a su provincia hace oídos sordos y redobla la apuesta diciendo: “Somos una provincia minera, no me van a callar 500 ruidosos”, nos preguntamos: ¿Está en sus cabales el TEMPORAL gobernador de la provincia? ¿Será consciente de cómo terminará todo si sigue manteniendo su postura de ir en contra de los ciudadanos?

No nos cuesta imaginar el futuro de un Mariano Arcioni fuera de su cargo; de seguro, elegido como una nueva promesa política, no es algo que nos venga fácilmente a nuestros pensamientos, teniendo en cuenta que en caso de postularse a una nueva candidatura no lo votarían ni sus parientes e implicaría una gran humillación que cualquier postulante evitaría dando un paso al costado en su campaña.

Pero ¿Qué está esperando Arcioni para renunciar? Porque hasta donde podemos conjeturar, cualquier ser pensante en la misma situación que él abandonaría el cargo inmediatamente, puesto a que es de plano que la situación ya es francamente insostenible…

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