A hacer declaraciones claras y públicas pidiendo a las fuerzas de seguridad, especialmente a la Policía Nacional y la Policía Antidisturbios (Esmad) de Colombia, que cambien su respuesta y pongan fin a todo uso indebido de la fuerza pidieron 55 congresistas de ese país al secretario de Estado, Antony John Blinken a través de una carta.
En la misiva, los parlamentarios expresamos profunda preocupación por la situación política y de derechos humanos en Colombia y aseguraron que esta «permanece fuera de control mientras la protesta legítima entra en una tercera semana»,
En ese sentido instaron Departamento de Estado y a todos los demás departamentos y agencias de los Estados Unidos a que denuncien «de manera clara e inequívoca la violencia, pidan una reducción inmediata, ayuden a calmar las tensiones y faciliten soluciones sociales y políticas incluyentes en Colombia».
El grupo de 55 políticos considera que las declaraciones públicas serían de gran ayuda para que en Colombia se restablezca la calma y para también «promover la promesa del acuerdo de paz de 2016 de resolver los desafíos a través de una participación amplia en el proceso político».
Además, piden suspender toda la asistencia directa de Estados Unidos, que no sea la capacitación en derechos humanos, a la Policía Nacional de Colombia hasta ver «mejoras reales en el uso de la fuerza».
Los parlamentarios le proponen a su Gobierno congelar todas las ventas de armas, equipo, servicios o capacitación al Esmad; y congelar cualquiera cooperación o venta de equipo antidisturbios o de control de multitudes a todas las demás fuerzas de seguridad del país.
«Las licencias de Ventas Militares en el Extranjero y Ventas Comerciales Directas deben suspenderse ahora mismo para evitar contribuir indirectamente a un mayor abuso y escalada», indicaron.
A renglón seguido, especificaron que dichas ventas solo deben reanudarse «cuando la evidencia indique que los abusadores están siendo juzgados judicialmente y los protocolos colombianos de uso de la fuerza se han reformado satisfactoriamente y los cambios observados y confirmados sobre el terreno en operaciones futuras».
Asimismo, recuerda el balance presentado por la Defensoría en cual se informa que al menos 42 personas han muerto en el marco de las protestas y cientos han resultado heridas y las denuncias de abuso policial por parte de autoridades internacionales como la OEA y el alto comunicado de la ONU para los derechos humanos.
«Si bien Estados Unidos no puede resolver esta crisis, debería ser parte de la solución, comenzando con esfuerzos a plazo inmediato para detener la espiral de violencia. Después de décadas de estrecha alianza, lo que dice el Gobierno de Estados Unidos tiene peso en Colombia, al igual que lo que el Gobierno de Estados Unidos no dice», afirman los congresistas.
Fuente: El Nuevo Siglo