El acusador terminó acusado esta semana ante el Consejo de la Magistratura de “maltrato y violencia de género” por una dependiente suya: la fiscal Florencia Gómez, que se cansó de su destrato y de su falta de respeto, inclusive delante de otras personas, y el escandalo le terminó explotando en la cara al procurador General Jorge Miquelarena, quien al parecer no hizo nada –porque no quiso o no supo– para resolver el conflicto.
El fiscal denunciado es Fernando Rivarola; el del caso de la “violación en manada” de playa Unión, que llegó a decir que los abusadores habían tenido “un desahogo sexual” por lo que lo criticaron severamente y hasta le pidieron la renuncia desde distintos sectores de la sociedad.
También es aquel al que le iniciaron una causa federal por supuesto “espionaje ilegal” cuando prestaba funciones en Esquel; un proceso que hace poco quedó desestimado y él absuelto sería el mismo funcionario al que trajeron a Rawson trasladado de la ciudad cordillerana porque allí habría tenido problemas aparentemente de maltrato hacia sus empleados, en hecho de los que no se supo si fueron denunciados o no.
La denunciante de Rivarola es la doctora Florencia Gómez –fiscal de Rawson–, quien habló en estos términos con este diario respecto de la presentación que realizó contra su jefe en el Consejo de la Magistratura: “Soy educada, jamás le falto el respeto a nadie y exijo entonces que se me trate como corresponde”, sostiene la fiscal quien se tomaría unos días de licencia a la expectativa de qué va a hacer Miquelarena, si va a apoyar al denunciado –como se está diciendo—o actuará respaldando a la fiscal Gómez, como debería ser.
Florencia Gómez al hablar en las últimas horas públicamente de su denuncia contra Rivarola contó que él constantemente desmerecía su trabajo, lo desprestigiaba y que no la trataba como a un par. Explicó que los maltratos y la violencia contra ella empezaron en enero de 2019 ni bien Rivarola llegó al Ministerio Publico Fiscal de Rawson trasladado desde Esquel, en donde también habría tenido problemas con los empleados.
“No hubo nada en particular, simplemente los malos tratos y los hechos de violencia empezaron a surgir y fueron delante de compañeros. Hay gente que en la denuncia aparece como testigos de estas situaciones que me tocó vivir”, contó la fiscal Gómez.
“Lamento haber tenido que llegar a esta situación, de tener que denunciarlo”, se lamentó y sostuvo: “Porque hubiese sido mucho más próspero para nuestro trabajo el que esta persona hubiera cambiado su actitud conmigo”.
Más adelante, al finalizar la entrevista dijo que el procurador Miquelarena no la había llamado todavía y que sí lo habían hecho varias personas de distintos lugares. “Mujeres que se solidarizaron conmigo (sobre todo) y que ahora se van a empezar a animar a hacer las respectivas denuncias (…) Yo soy una persona educada, que jamás le falto el respeto a nadie, y entonces estoy exigiendo que se me trate como corresponde, nada más. No estoy exigiendo que se me trate diferente, quiero que se me trate como persona y como mujer. Que se me respete”, concluyó Florencia Gómez.