La Legislatura chubutense volvió a caer en la intrascendencia que hemos denunciado tiempo atrás. Si bien es algo propio de todos los poderes legislativos en épocas electorales, en este caso es un claro reflejo de la incapacidad de la dirigencia política de nuestra provincia, que carece de liderazgos y mayorías definidas, y navega en la indefinición permanente, mientras pasan los meses y no se resuelven los temas de fondo.
Es cierto que a diferencia de lo que se ve en el Congreso, donde las convocatorias se caen por falta de quórum, en este caso hay sesiones. Pero es lo mismo que nada, porque los asuntos de trascendencia siguen esperando, y solo se cumple la formalidad de tratar declaraciones de interés legislativo y aprobar algún que otro pedido de informe.
Por ejemplo, esta semana no hubo reunión de la Comisión de Hacienda, porque nadie solicitó tratar ningún tema. Y no es que no los haya, ya que el gobierno envió tres proyectos de gran importancia, como la ampliación presupuestaria por $ 7.800 millones, la autorización para refinanciar una deuda con Anses por U$S 115 millones, y el pedido para tomar un nuevo préstamo para obras por $ 1.000 millones.
También esperan desde hace meses otros asuntos, como la creación de una Agencia de Recaudación, un proyecto para un nuevo reparto de regalías petroleras, la ley que establece la Renta Hídrica para que los municipios de la cordillera participen de los recursos hidroeléctricos, la nueva ley de pesca, y el dictamen en mayoría para aprobar la ley de Desarrollo Productivo para la Meseta, que habilita la zonificación minera en esa zona.
A esto se sumará en estos días el debate en torno a las vacantes en el Superior Tribunal de Justicia. El gobierno tenía todo listo para volver a enviar esta semana los pliegos de Daniel Báez, Silvia Bustos y Ricardo Napolitani, pero decidió postergar el tema unas semanas más. Ya hemos explicado que se trata de algo urgente desde hace más de un año, desde que en agosto de 2020 renunció a su cargo Miguel Donnet. Pero la nueva postergación obedece a qué la negociación está trabada por la pretensión de la oposición de aprobar una ley de paridad de género y la falta de acuerdo del gobierno con el PJ para alcanzar la mayoría especial que requiere la Constitución.
Un relevamiento con diputados de todos los bloques indica que es muy difícil que alguno de estos asuntos vaya a tratarse antes de las elecciones del 14 de noviembre, una fecha que obsesiona a la clase política pero no a la ciudadanía, que espera que sus representantes avancen en las definiciones para las que fueron votados hace dos años.
PODER REPARTIDO
En la Legislatura está todo trabado porque el poder en Chubut está repartido en muchos pedazos. Nadie tiene la capacidad de imponer una mayoría, y la realidad marca que hay una necesidad imperiosa de sentarse a negociar para alcanzar acuerdos, algo que parece estar lejos del alcance de los dirigentes chubutenses, que están abocados a sus internas palaciegas para ver quién se queda con el poder dentro de dos años.
Recordemos que el bloque oficialista se apoya en una débil alianza que incluye 12 diputados –tampoco el número es exacto, depende del tema y el momento- que responden al arcionismo, el sastrismo, a petroleros y a empleados de comercio. Y ese número, habría que sumarle dos diputados de bloques unipersonales que suelen trabajar en tándem con el vicegobernador Ricardo Sastre, como son los madrynenses Carlos Eliceche y Sebastián López.
En la vereda de enfrente, está el bloque de 6 diputados del PJ (comandados por Juan Pablo Luque y Gustavo Mac Karthy), trabajando en línea con los 4 diputados ex oficialistas de Chubut Unido (del madernismo). Otra diputada que suele votar con ellos, aunque se abrió del bloque, es la representante del Sindicato de Camioneros, Tatiana Goic.
Y finalmente, la bancada de dos diputados de la UCR a los que no es sencillo encasillar en un lugar: en algunas ocasiones han votado con el oficialismo y en otras en contra. Hacen valer su poder para forzar la balanza en las votaciones, pero su número tan bajo no alcanza en ningún caso para cerrar una mayoría especial.
Como se ve, es un escenario complejo, que requiere voluntad de todas las partes de sentarse en la misma mesa con predisposición a ceder, si lo que se busca es destrabar los temas de fondo. Sin embargo, esto no ocurre: el egoísmo y la conveniencia del momento hacen que se pateen los temas para más adelante, esperando circunstancias ideales que nunca llegan.
Debemos decir que, a pesar de estas diferencias, en algunos temas los diputados han demostrado que hay voluntad de acordar. Cuando hay interés, el consenso unánime se logra rápidamente, como ocurrió con la resolución para otorgar un aumento en tres tramos del 10 % que elevará las dietas por encima de los 500 mil pesos mensuales en noviembre. En ese caso, ningún legislador se opuso y todos estuvieron de acuerdo en mantener el asunto en secreto, hasta que este portal dio a conocer la resolución un mes más tarde.
TODO A DICIEMBRE
Con este panorama, todo parece indicar que la Legislatura «hace la plancha» para que pase octubre lo más rápido posible, y que todo se encamina hacia la segunda mitad de noviembre y las últimas semanas de diciembre. Hay que recordar que están suspendidas las dos sesiones previas y las dos posteriores a las elecciones generales, por lo que los legisladores estarán un mes sin sesionar.
Con el resultado puesto en noviembre, y con algunos actores que quizás queden fuera de carrera para lo que viene, muchos creen que será el momento de sentarse a negociar hacia el cierre del año, cuando se generará un combo especial: habrá un paquete de proyectos que permitiría poner todo arriba de la mesa y establecer un “toma y daca” en el que cada sector podría salir ganando algo.
Ante la indefinición de estos días, surge la expectativa por lo que viene. ¿Qué asuntos se incluirán en la agenda inmediata? Se puede especular con el paquete de endeudamiento, las vacantes del STJ, la minería y otros temas como la renta hídrica y la nueva ley pesquera. A ese combo, hay que agregar un tema fundamental, que aún no llegó a la Legislatura pero lo hará en breve, como es el Presupuesto 2022.
Una cuestión para observar es si el resultado electoral puede modificar el mapa de los bloques legislativos para los próximos años. Hay un dato relevante: el resultado de las PASO no dejó bien parado a ninguno de los 27 diputados, ya que el justicialismo y el arcionismo no hicieron una buena elección, y los dos radicales perdieron la interna en su espacio. Como se sabe, no hay diputados del PRO en la Cámara, ya que el único que había era Sebastián López, pero fue expulsado luego del escándalo de la filtración de una cámara oculta en la que aparecía hablando de hacer lobby por la minería a cambio de dinero.
Es decir que el electorado ha dado la espalda a los espacios políticos que están representados en la Cámara, y hay que ver la manera en que esto es incorporado por los legisladores. Días atrás, los diputados de extracción sindical mostraron su enojo con el resultado de las primarias, advirtiendo que esto podía habilitar el regreso del «cuco» de la alianza de 2001, y la consecuente flexibilización laboral. Un ejemplo de que la Legislatura no suele demostrar demasiado interés en escuchar los mensajes de sus representados.
Fuente: ADN Sur