Durante el mes de octubre la inflación patagónica fue de 2,9%, acumuló el 43,9% solamente en diez meses y trepó al 52,6% en todo el último año. A pesar del congelamiento de precios impuesto por el gobierno, la inflación sigue desbocada y tres días antes de las elecciones les asestó un duro golpe a las aspiraciones del Frente de Todos.
La batalla por la inflación mostró un nuevo round donde los formadores de precios y las cadenas de comercialización ganaron frente a los intentos del gobierno por frenar los aumentos. Los que pierden son siempre los mismos, los pobres, los trabajadores y el conjunto de una sociedad que vive agobiada por la voracidad de aquellos empresarios que no paran de quedarse con la ganancia bajo cualquier excusa.
El Gobierno nacional se jugó una última carta después de la derrota en las PASO e impuso, desde mediados del mes pasado, un congelamiento de precios en más 1.400 productos. Se la jugó para dar un golpe de efecto que se tradujera en acompañamiento en las elecciones del próximo domingo, pero los formadores de precios le aplicaron un duro golpe para mostrarle que mandan por ahora en el país.
La inflación en la Patagonia fue del 2,9% en octubre, trepó al 43,9% en diez meses y se disparó al 52,6% en el último año. Si bien los aumentos de octubre fueron los menores respecto del resto del país; la suba de precios anual en la región patagónica fue la más alta de toda la Argentina.
Los alimentos deberían haber sido los que menos aumento registraron en octubre producto del congelamiento, pero la realidad mostró una realidad completamente diferente al objetivo buscado por el gobierno.
El promedio de suba de los alimentos fue del 2,9% y con algunos productos que dispararon por encima de ese promedio. Las frutas aumentaron un 6,6% y las verduras el 5,3%. El pan subió el 3,2%; el café y la yerba un 3,2%; el azúcar un 2,6%; las bebidas sin alcohol aumentaron el 2,5%; la leche y los productos lácteos un 2,5%. Las bebidas alcohólicas estuvieron aún más por arriba con un 4,5% de incremento en octubre.
Las prendas de vestir aumentaron el 4,1% y el calzado un 3,6%; los alquileres subieron un 3,4%; las prepagas de Salud subieron el 6,8% y los medicamentos un 3,4%; Los restaurantes incrementaron sus precios un 3,5%.