Los dueños de las tierras dañadas aseguran que el fuego «fue intencional». «Descartamos que haya sido algo natural», dijo Amelia Sifuentes, administradora del establecimiento «San Ceferino». Aún no fueron calculadas las pérdidas totales. «Alguien tiene que hacerse responsable de esto», esgrimió.
El devastador incendio ocurrido en los alrededores de Puerto Madryn, y que fuera controlado hace poco más de cuatro días por bomberos voluntarios de distintas ciudades de Chubut, afectó a 22 campos. Y su recuperación vegetativa está estimada en 10 años, como mínimo. Las pérdidas totales son difíciles de calcular aún, advirtiendo que cada terrateniente continúa analizando el estado de situación de los establecimientos rurales alcanzados por las llamas.
El malestar es generalizado. Cada uno de los 22 propietarios afectados por el dantesco incendio entiende que una intervención inmediata de Defensa Civil y bomberos podría haber evitado pérdidas mayores. Pero «se lavaron las manos. Se pasaron la pelota unos con otros. Alguien tendrá que hacerse responsable de esto», advirtió a EL CHUBUT Amelia Sifuentes, una de las damnificadas y administradora del establecimiento ganadero «San Ceferino», de Pablo Sanz.
Sifuentes, apenas iniciado el fuego a las 13.50 del 1 de enero, alertó a los bomberos que «llegaron casi dos horas después del llamado. Y además de decirnos que no podían hacer nada porque no era su jurisdicción y el viento estaba muy fuerte, nos deslizaron que las llamas fueron intencionales», teniendo en cuenta «la forma y las zonas incendiadas, porque había dos o tres focos ígneos distantes entre ellos».
El hermetismo sobre el origen de los incendios es absoluto. Sin embargo, después de analizar las primeras actuaciones, «se estima que fue intencional, porque está descartado que haya sido algo natural».
Sifuentes entiende que el fuego «fue para hacer daño». Bajo esa hipótesis evaluó que «a alguien se le pudo haber caído una colilla de cigarrillo después de salir a cazar, pero no se puede acusar a nadie. Acá las distancias son tan amplias que no podés ver los movimientos, hoy en día se meten a cualquier campo».
SIN CERTEZAS CUANTIOSAS
Las tierras son extensas. La mayoría de los campos afectados son atravesados por la longitudinal Ruta Nacional 3. «Todavía no tenemos el valor de las pérdidas totales. Para ello se armó un grupo de WhatsApp con los 22 propietarios» de las llanuras afectadas, «donde cada uno dirá lo que perdió y lo estimativo para poder recuperar. O sea, cada dueño tiene un valor diferencial».
En el caso puntual del establecimiento «San Ceferino», relató Sifuentes, «todavía no lo recorrimos bien, pero creemos que no tenemos animales afectados. Conocemos que a otros dueños se les quemó la hacienda, los animales, galpones; es decir, las pérdidas son variadas».
RESPONSABLES
Controlado el incendio, «nuestros reclamos apuntarán a Defensa Civil de Provincia y a Bomberos. Porque se pasaron la pelota respecto a la jurisdicción». El personal bomberil, se quejó Sifuentes, «tardó en llegar», y los miembros del organismo de prevención gubernamental «nunca entraron a la zona de incendio. Por teléfono te dicen una cosa y después hacen otra, todo el tiempo es así».
«Después de que pasó todo, acá no se acercó nadie», continuó la vecina.
Estima que la recuperación vegetativa de los campos «llevará un mínimo de 10 años».
LAS PERICIAS
Sifuentes comentó a este medio que el miércoles de la semana pasada «estuvieron en el lugar afectado efectivos de la Policía del Chubut y un bombero, e hicieron un relevamiento, pero no sabemos qué pudieron haber detectado, entraron por nuestro campo, pero no sabemos las conclusiones y tampoco volvieron» a la zona.
«Alguien tiene que hacerse responsable de esto. Nosotros, los dueños de los campos, dimos un montón de opciones para que puedan hacer cortafuegos, por rutas 3 y 1, incluso por medio de nuestro campo, pero no hicieron nada», concluyó la administradora rural.