Desde que se cambió el Código de Procedimientos en la provincia, hace ya más de diez años, los fiscales son los responsables de que un criminal reciba el castigo que se merece o que termine en libertad. Antes, el proceso judicial contra un imputado desde su inicio hasta el momento del juicio dependía del juez de Instrucción, ahora esa responsabilidad es del “acusador público”, y si esto es así, dado que hay una legislación que lo establece; ¿por qué Jorge Luis Miquelarena se sigue sorprendiendo de que haya asesinos que salen libres o violadores que no están en prisión?
Él, es el máximo responsable de los culpables de que eso ocurra y se asombra, se hace el desentendido y les echa la culpa ¿a los jueces?
Hace poco, salió a hablar del caso de los seis acusados de un doble crimen en Puerto Madryn a los que el juez excarceló porque pasaron tres años en prisión sin que se les resolviera la situación procesal en el hecho del cual están imputados. Y eso, es responsabilidad del o los fiscales que están interviniendo en la causa: pero Miquelarena encontró hábilmente y ante el desconocimiento del que le hizo la nota la excusa justa para no hacerse cargo de la decidía de sus fiscales y le echó la culpa del tiempo que el caso lleva sin resolverse a las idas y vueltas que se habrían originado por una discusión de competencias entre la Justicia penal ordinaria y la Justicia Federal, teniéndose en cuenta que las muertes se habrían producido –según se sospecha—en el marco de un “ajuste de cuentas narco”, y el narcotráfico es un delito federal.
Él, en todo caso, como máxima autoridad de la Acusación Pública de Chubut debería haber hecho algo para evitar que la causa estuviera tres años “empantanada”, pero ahora en los medios que lo van a entrevistar se escandaliza y considera “un disparate” lo que ha ocurrido con la excarcelación de los supuestos homicidas de Federico Lomeña y Héctor “Pato” López, los cruelmente asesinados en 2018 en Madryn.
De nuevo: si un caso nunca se aclara, no llega a juicio o si un criminal es liberado es por culpa de la fiscalía que no hizo bien su trabajo. El juez, con este Código Procesal que hay en vigencia en Chubut, es “un árbitro” que no está habilitado para hacer la tarea del fiscal.
Miquelarena es uno de los máximos referentes del descredito que tiene hoy la Justicia chubutense. Fue fiscal de Estado al momento en que se planificaba y ejecutaba el gran robo que una asociación delictiva de funcionarios y empresarios le hicieron a la provincia y nunca vio ni escuchó nada. Era “El chirolita” de quien fue considerado “el cabecilla” de esa organización ilícita y jamás se enteró de nada.
Hoy, es el perverso que protege a los malos y que siempre tiene una excusa para eludir la responsabilidad frente a los crímenes que están impunes y a los ladrones que siguen en “el curro” robándole al Estado.
Algunos policías que custodiaban Casa de Gobierno en la época en que Mario Das Neves era gobernador lo recuerdan –cuando ya era procurador– llegando bien temprano al despacho del entonces mandatario con una carpetita bajo el brazo para pasarle las novedades en una clara demostración de que nunca no pudo enterarse de nada y hoy es el máximo responsable de quienes tienen que llevar a juicio a los que no cumplen ni respetan la Ley. Así es “la justicia de morondanga” que hay en Chubut. Y después nos sorprende que asesinos, ladrones y violadores no estén donde deben estar.