Economía

Semana complicada: el dólar “contado con liqui” llegó a los 300 pesos

Las dudas por la monumental emisión monetaria llevaron a récord a los dólares alternativos. También se hundieron los bonos y el riesgo país llegó a superar los 2.700 puntos.

La enorme masa de pesos liberada por el Banco Central para recomprar bonos del Tesoro alteró el endeble equilibrio del circuito financiero e impulsó a los precios de los dólares alternativos al “cepo”, en zona de máximos nominales, según publicó Infobae.

El jueves, los dólares negociados en la Bolsa escalaron fuerte después que el BCRA restringiera la posibilidad de pagar en cuotas con tarjetas los consumos en los “free shop”, lo que sumó mayor presión y el viernes, el “contado con liquidación” superó los 300 pesos.

El dólar libre terminó negociado a $273, con una ganancia semanal de 14,2% o 34 pesos. La divisa informal llegó a anotar un récord intradiario de $280, en un nuevo récord histórico.

En contraste, el dólar oficial, según la referencia mayorista, avanzó solo 1,36 pesos o 1,1% en cinco ruedas, con la insistencia del Banco Central para sostener la devaluación gradual. Naturalmente, esta divergencia catapultó a la brecha cambiaria por encima del 100 por ciento, ahora en el 115,3%, el nivel más alto desde octubre de 2020.

El protagonismo, de todos modos, lo tuvieron los dólares bursátiles, aquellas cotizaciones que se obtienen a través de la compraventa de acciones y bonos y que es el utilizado por empresas e inversores más sofisticados cuando no pueden acceder al dólar oficial. El “contado con liquidación”, terminó en $300,89, con una ganancia semanal de 19,3 por ciento.

Un mes de sobresalto cambiario
Desde el 8 de junio, cuando empezó el desarme de fondos privados que estaban posicionados en bonos del Tesoro en pesos, el “contado con liqui” trepó un 41%, desde los 210,31 pesos. Además, la jugada del BCRA, que el 16 de junio subió las tasas de interés de los plazos fijos en cinco puntos porcentuales, para dejarlas por encima de la tasa de Política Monetaria, complicó los balances de los bancos, que se vieron presionados para demandar más bonos del Tesoro y menos Letras de Liquidez (Leliq), otra señal que fue ponderada en forma negativa por los agentes del mercado.

El “tsunami” de pesos utilizados por el BCRA para rescatar los bonos en pesos más la asistencia directa al Tesoro se complementaron con la mala señal política de la renuncia inesperada de Martín Guzmán, en un combo que fue letal para el peso. Hoy todas las expectativas están puestas en una inminente devaluación y aceleración de la inflación al umbral del 100 por ciento anual. Por eso la reacción dolarizadora resultó lógica aunque sorprendió por su magnitud.

Según Portfolio Personal Inversiones, “la autoridad monetaria emitió la friolera suma de 2% del PBI para financiar al fisco en apenas un poco más de un mes”, al contar unos $432.000 millones por Adelantos Transitorios girados al Tesoro, más $1,1 billón emitidos por el BCRA para recomprar bonos del Tesoro.

Además, la suba en los tipos de cambio financieros se dio en parte en medio de rumores sobre un alejamiento del Frente Renovador de la coalición oficialista, después de una versión que Sergio Massa anhelaba reemplazar a Juan Manzur en la jefatura de Gabinete y tener injerencia directa y decisiva sobre las distintas carteras económicas.

En la última semana a estos eventos se le sumó el prorrateo de Leliq, del orden de 44% y 65% en las primeras dos licitaciones de julio, lo cual inundó a la plaza local de pesos y provocó que bajen abruptamente las tasas de mercado, en especial las de caución, que llegó a niveles inferiores al 20% anual -el viernes se reacomodaron en el 34%-.

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