Economía

La mayoría de los adultos y los niños se saltean una comida en hogares con ingresos de $60.000

Los hogares de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores) con ingresos de hasta $60.000 mensuales en la Argentina -desde este mes el Salario Mínimo Vital y Móvil es de $54.550- destinan un 67,89% a comer y, aun así, consumen 140,33 kilos de alimentos al mes en vez de los 168,4 kilos recomendados por la canasta nutricional del Indec. Y con una variedad de 21 productos, sobre los 53 indicados.

A medida que aumentan los recursos de esa familia tipo, el porcentaje gastado en alimentos decae hasta llegar a 38,66% en las que tienen ingresos de hasta $160.000, que quedan solo seis kilos abajo del volumen aconsejado -según publica La Nación-.

En los hogares que cuentan con hasta $60.000 al mes, ocho de cada diez adultos no desayuna (82%) y tampoco 73% de los menores; 42% y 36% de ellos, respectivamente, no pueden almorzar; 74% y 79% no meriendan, y terminan la jornada sin cenar el 86% de los adultos y el 58% de los menores.

En el segmento de “carnes”, el nivel de ingresos más bajos se concentra en alitas, rancho y menudencias de pollo y carne molida; en “frutas y verduras”, cebollas, tomate envasado, papas y zapallo. Arroz, fideos secos, harina y polenta aglutinan el consumo de “harinas y legumbres”; algo de huevos y leche fluida y, del resto, aceite mezcla, caldos y azúcar.

Los datos se desprenden de un trabajo del Centro de Almaceneros de Córdoba en todo el país a partir de la Encuesta de Hogares del Indec. Para el trabajo se realizaron 4.800 encuestas -alternando telefónicas y presenciales – en las 23 provincias.

El informe repasa los “rápidos y profundos cambios en hábitos de alimentación” registrados en los últimos ocho años por el impacto de la inflación.

En primer lugar, destaca un corrimiento a segundas y terceras marcas (2014/2015), luego sobrevino el cambio de alimentos proteicos por hidratos de carbono (2016/2017) y desde 2021 hasta hoy hay una “reducción o supresión de ingestas de alimentos”.

En el primer semestre del año bajó levemente la pobreza, 0,8 puntos porcentuales, para ubicarse en el 36,5% de la población, pero subió la indigencia. Según el Indec, es indigente el 8,8% de los argentinos (2,6 millones), es decir, 0,6 puntos porcentuales más que en la medición previa. Proyectado a nivel país, son 4,1 millones de personas.

El trabajo del Centro de Almaceneros refleja que en ingresos de hasta $160.000 (equivalente a unos tres salarios mínimos), el 23% de los adultos no desayuna (14% de los menores no lo hace); 6% no almuerza (3% de los niños); 36% no merienda (cae a 22% en los menores) y no cenan el 27% y el 8%, respectivamente.

Hasta los $140.000 de ingresos mensuales (43% destinado a comidas, con una variedad de 53 productos), 30% de adultos no desayuna y 26% de los niños no lo hace. Para el almuerzo, los datos son 9% y 11%; para merienda, 47% y 32%, y para la cena, 34% y 17%, respectivamente.

A medida que se desciende en la escala de recursos, la radiografía es más compleja. Hasta $120.000 mensuales (destinan el 46,8% a comidas con 47 productos de variedad), el 47% de los adultos y el 42% de los niños dice no desayunar; 21% y 14% no almuerzan; 54% y 48% no meriendan, y saltan la cena el 42% y el 26%, respectivamente.

Entre los hogares de hasta $100.000 de ingresos por mes (usan 50,4% para cubrir alimentos con una variedad de 35 ítems), ya más de la mitad de los adultos no desayunan (54%) y no lo hace 49% de los menores; 26% y 18% no almuerzan; la merienda no corre para 62% y 56% y no cenan 54% y 33%, respectivamente.

En el penúltimo segmento, de hasta $80.000 mensuales (59,2% va a alimentos en 28 ítems), 66% de los adultos no hace el desayuno y tampoco 57% de los chicos; 35% y 27% pasan sin almorzar; 74% y 67% sin merendar y terminan el día sin comer 55% y 43%, respectivamente.

El reporte señala que los resultados “evidencian una marcada deficiencia alimentaria y deterioro nutricional” como consecuencia de “la notable reducción del poder adquisitivo”. “Estos resultados deben interpelarnos como sociedad y deberán ser motivo de profunda reflexión de las autoridades gubernamentales, que deberán ejecutar urgentes y sostenibles acciones, tendientes a garantizar la seguridad alimentaria de toda de la población”, agrega.

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