Ya hace un mes que el grupo de delincuentes de la Fiat Toro que asaltó el shopping Portal de Trelew sigue robando por toda la ciudad del valle sin ser visto por las fuerzas policiales, pero el ministro de Seguridad Miguel Castro dice que no existe tal banda, dando a entender que todo es una construcción psicológica de la gente y aplicando el mismo recurso berreta para lavarse las manos que Massoni: echarle la culpa a la justicia.
“Primero, la `bandita de la Toro´ no existe, son varias `banditas´ que se mueven en diferentes vehículos y se mueven así porque falta la otra pata (la justicia), por eso andan así como si nada, porque cuando usted se maneja por la vida, en este caso robando de esta manera y no hay sanciones, lógico que no les va a importar nada, cámaras ni nada, si no tienen consecuencia”, dijo sin pudor alguno a los medios arcionistas.
Bueno, francamente no sabríamos determinar qué responsabilidad tendría la justicia en estos casos debido a que recién participa cuando los autores de un delito están detenidos. Sería bizarro describir a un juez o un miembro de la fiscalía buscando a los delincuentes en su vehículo particular.
Los dichos de Castro no tienen sentido alguno, es como decir: “No los encontramos porque los delincuentes no tienen sanciones si terminan detenidos”.
Habría que ver qué es lo que está consumiendo Castro todos los días para que diga tantas estupideces juntas en una oración. En primer lugar, lo que dice no se adecúa con la realidad porque el ministro manifiesta qué son “varias banditas” que se movilizan en “varios vehículos”, sin embargo los últimos hechos de inseguridad que se han registrado, la mayoría involucra a la misma Fiat Toro blanca que se utilizó en el robo al Shopping Portal de Trelew para escapar, y cuando no es así, igualmente se perciben elementos que indican que se trata del mismo grupo de bandidos:
- El 3 de enero, fecha en la que la banda empieza su raíd delictivo, asaltan al ex secretario de gobierno de la municipalidad de Trelew Eduardo “Laly” Maza. El grupo de cinco malvivientes, con guantes y encapuchados ingresa al domicilio del ex funcionario rompiendo la cerradura del enrejado a mazazos. Se llevaron una caja fuerte con presuntamente 20 millones de pesos y 40 mil dolares, todo fue filmado. Se movilizaban en una Fox Cross roja. El robo misteriosamente no trascendió hasta unas cuantas semanas después.
- El 9 de enero; grupo de alrededor de cinco encapuchados y con gorras se meten a un local denominado “Emmanuel” kiosco y locutorio ubicado en San Martín al 600. Se baja parte del grupo de una Fiat Toro blanca y a mazazos destruyen la vidriera sustrayendo $200.000
- El 14 de enero por la tarde, le sustraen a un distribuidor de productos de limpieza la camioneta de su trabajo, una Berlingo Citröen blanca, los individuos se habrían movilizado en una Fiat Toro blanca.
- El 14 de enero por la noche, un grupo de delincuentes incrustan en una de las paredes del Shopping Portal de Trelew a la misma Berlingo Citröen blanca que fue robada unas horas antes con el objeto de robarse joyas. Intentan ampliar el boquete que provocaron con el rodado utilizando herramientas de construcción como mazas. Se fugan en una Fiat Toro Blanca.
Generalmente hay tres miembros del grupo que son los que desarrollan tareas más activas, en este caso el cuarto hombre está vestido con mameluco naranja con bandas fluorescentes, quizás para simular ser un operario de la construcción a la vista de los ciudadanos.
No hace falta ser un becado en la Scotland Yard para darnos cuenta que se trata de la misma banda. Presentan en todos los casos el mismo modus operandi, y la misma cantidad de participantes. Lo que pasa es que al ministro de Seguridad le da vergüenza admitir que una sola banda de delincuentes le está quemando los papeles, entonces prefiere declarar a los medios que una gran cantidad de grupos de malvivientes se pusieron de acuerdo para iniciar al mismo tiempo una escalada interminable de delitos, en el mismo rango horario y de la misma forma, algo que obviamente no se lo cree ni él.
La hipótesis que está cobrando cada vez más peso, es aquella que indica que se trataría de un grupo de policías pertenecientes a alguna de las brigadas.
La impunidad con la que trabajan, la organización, la hora del día en la que operan y la información que manejan sobre sus objetivos infiere a que se trataría de personal policial acostumbrado a trabajar de encubierto, haciendo exhaustivo seguimiento de sus objetivos y que conoce muy bien los movimientos de la Policía para saber cuándo y dónde actuar sin ser atrapados.
De ser así, podrían perpetrar un sinfín de actividades ilícitas más puesto a que tendrían la coartada perfecta si son descubiertos dentro de un vehículo estacionado en altas horas de la madrugada por alguna patrulla en algún lugar.
Al ser identificados bastaría con demostrar que trabajan para una brigada policial exhibiendo credenciales fidedignas y los uniformados seguirían de largo.
Las contradicciones de Castro
Miguel Castro ha salido a expresar declaraciones muchas veces por estos hechos. Creemos que lo mejor que podría haber hecho es que se hubiere quedado callado.
En un primer momento, hablaba de una “bandita organizada”.
En esta nota admite que se trata de una banda organizada que perpetra todos estos ilícitos pero subestima a la misma diciendo que no corresponde a un grupo de mayor profesionalismo. También asegura la resolución del caso, afirmando que tenían información importante y que estaban a nada de atrapar a estos individuos.
Pero los días fueron pasando y Miguel fue cambiando de opinión. De pasar a estar “preocupado y ocupado” buscando atrapar a una “bandita organizada”, pasó a tener la firme convicción de que la “Bandita de la Toro no existe”.