En el marco del doctorado de la Licenciada María de la Paz Pollicelli (IPEEC-CONICET), este estudio representa un avance significativo en la comprensión de cómo las plantas pueden utilizarse para remediar suelos contaminados sin recurrir a métodos más agresivos. La Dra. Yanina Lorena Idaszkin (IPEEC-CONICET) y el Dr. Federico Márquez (IBIOMAR-CONICET) dirigen esta investigación, que forma parte de una línea de estudio más amplia sobre biomarcadores de contaminación.
María de la Paz Pollicelli, becaria doctoral del Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales (IPEEC), señaló que el estudio previo de la forma de las hojas de plantas en ambientes contaminados dio lugar a la hipótesis de que la forma de la hoja podría ser un biomarcador asociado a la contaminación. Este hallazgo sentó las bases para la aplicación de la morfometría geométrica como una herramienta poderosa y no destructiva para monitorear la contaminación en ambientes clave para la biodiversidad.
La fitorremediación, técnica que utiliza plantas para reducir o eliminar contaminantes, se posiciona como una alternativa ecológicamente amigable frente a métodos más invasivos. La Dra. Idaszkin destacó que comprender cómo las plantas actúan frente a los metales proporciona información valiosa sobre el potencial de diferentes especies para remediar sitios contaminados.
El estudio realizado con Atriplex vulgatissima, publicado en la revista científica Chemosphere, resalta la capacidad excepcional de esta especie para sobrevivir y adaptarse a altos niveles de plomo y zinc. La planta acumula estos metales de manera diferencial, sugiriendo su idoneidad para fitoestabilizar plomo en sus raíces y fitoextraer zinc en su biomasa aérea.