Gustavo González, titular de la Cámara de la Flota Amarilla de Chubut (CAFACH), cuestionó ayer en duros términos la medida de fuerza iniciada por los trabajadores del SUPA, que impidió a unos 60 buques cargados descargar la captura en el puerto de Rawson y motivó la finalización de la temporada de pesca en aguas provinciales.
En diálogo con FM EL CHUBUT, González indicó que «lamentablemente damos por finalizada la temporada de pesca porque no están garantizadas las condiciones para que trabajemos, porque tres personas pueden hacerte pudrir 450 toneladas de alimento, generar un daño económico y un daño ambiental del que no toman dimensiones. No están las condiciones para que trabajemos».
El titular de la Cámara que nuclea a la «Flota Amarilla» subrayó que actualmente la situación «es complicada» no solo por el perjuicio económico, sino por las 450 toneladas de captura que comenzó a descomponerse a bordo, planteando el problema de qué hacer con ese material. «En lo inmediato hay que ver qué hacemos con las 450 toneladas que están en descomposición, porque son cuatro canchas de fútbol completas, hay que tomar dimensión de la cantidad que es», graficó.
González insistió en que la problemática ahora involucra a ambiente. «Tenemos que pensar con el Estado qué hacemos con este pescado, dónde lo depositamos para generar el menor daño ambiental posible».
En este sentido, apuntó contra la conducción del SUPA y sostuvo que el perjuicio tanto económico como laboral y ambiental «fue causado por tres tipos que no tienen ‘dos dedos de frente’, que no toman dimensión de semejante macana que se han mandado».
Expuso que desde el gremio «extorsionan» al señalar que la postura es «hasta que no se firme salarialmente lo que ellos pretenden, no iban a descargar los barcos, eso no es una negociación porque los barcos estaban cargados. Si había conflicto, se tenía que plantear a tiempo para que los barcos no salgan».
Definió a la situación actual como una «bomba ambiental de tiempo que está encendida», respecto a la descomposición de la materia y su disposición final.
En otro tramo, el titular de la CAFACH cargó sobre el Secretario de Trabajo al exponer que «debería haber dictado la conciliación obligatoria y no lo hizo, porque es una herramienta que perdimos -y que- desconozco por qué no la dictó, porque la pedimos ayer (por el jueves) a las 3 de la tarde».
Fue ante esta actitud que consideró que «debería dar un paso al costado porque no está a la altura y es tan responsable como el SUPA que hoy tengamos 450 toneladas de alimento para tirar al tacho de basura, porque ni siquiera hay que hacerle un requerimiento, se tiene que dar cuenta que no está a la altura».
En cuanto al perjuicio económico, subrayó que las 450 toneladas de langostino representan «más de 1,5 millones de dólares», además del impacto en las plantas y la actividad que se paraliza.
Finalmente, subrayó que la finalización de la temporada de pesca responde a que «no está garantizada la paz social, la cual firmamos en su momento incluso con el SUPA. Volvemos a foja cero. Los barcos no van a salir hasta que no esté garantizada la paz social, pero no sé cómo, porque la firma del gremio no tiene ninguna validez -porque- ellos habían firmado que esto no iba a suceder».
«Ahora hay que ver que hacemos con los barcos y qué hacemos ambientalmente y responsablemente con esta basura que era alimento, es un montón que estamos tirando», sentenció.
«Hay que ver quién se hace cargo económicamente y penalmente de esta acción», concluyó.