Olvídate del frutero o la heladera. Con una simple bolsa de papel, podés tener tus paltas listas para comer en pocos días.
Seguramente alguna vez te encontraste con el dilema de comprar paltas que todavía no están listas para comer, esperando que maduren sin ponerse feas. Sin embargo, si lo que querés es acelerar ese proceso, ni el frutero ni la heladera son los lugares más adecuados. Para lograr que maduren rápidamente, el truco está en una simple bolsa de papel.
Cuando colocás la palta en una bolsa de papel, creás un microambiente en el que el etileno, una hormona natural que liberan las frutas, se acumula, acelerando el proceso de maduración. A diferencia de las bolsas de plástico, que pueden atrapar demasiada humedad y provocar que la fruta se pudra, la bolsa de papel permite que circule el aire mientras retiene la cantidad justa de etileno. Si no tenés una a mano, envolverlas en diarios también funciona.
Este método asegura que las paltas estén listas para comer en solo dos o tres días, dependiendo de qué tan verdes estaban cuando las compraste. Una vez maduras, podés guardarlas en la heladera para ralentizar su deterioro, pero solo después de que alcancen su punto óptimo, ya que el frío puede frenar el proceso de maduración y cambiar la textura de la fruta.
Así que, si estás deseando preparar una ensalada o un guacamole y tus paltas aún están duras, olvidate del frutero. Todo lo que necesitás es una bolsa de papel para acelerar el proceso.
Fuente: TN