La planta de la ex Guilford, ubicada en Comodoro Rivadavia, fue subastada recientemente, lo que permitió comenzar a saldar las indemnizaciones adeudadas a los trabajadores despedidos. Si bien el monto obtenido no fue el esperado, el abogado laboralista Jorge Echelini celebró que este paso haya permitido avanzar en el cumplimiento de las sentencias laborales.
En una entrevista con FM La Petrolera 89.3 MHz, Echelini explicó: «El edificio se vendió en subasta pública. Se adjudicó al comprador y se abonó el precio, y con eso se pagaron unos juicios. Por supuesto, expone el el chubut ,el monto fue menos de lo esperado para la venta.
Indemnizaciones pendientes
A pesar del progreso, el letrado indicó que aún quedan aproximadamente 40 empleados sin cobrar sus indemnizaciones completas, distribuidos en seis o siete juicios. «Tenemos embargadas algunas otras cosas para vender, que supongo que lo vamos a hacer durante 2025. Pero de todos modos, venimos instrumentando con la Oficina de Trabajo un fondo común de distribución, que permitió que cada trabajador colabore cada vez que cobra, logrando así pagar también a otros trabajadores», detalló Echelini.
El abogado también destacó que cada trabajador recibió al menos lo correspondiente a la liquidación estipulada en la sentencia. Aunque reconoció que los valores quedaron desfasados debido a las devaluaciones ocurridas desde 2021. «Estamos hablando de valores de 2021, y al 2024 hay un desfasaje bastante importante. Sin embargo, al menos cada trabajador adquirió algo de su despido porque hasta el momento algunos no habían recibido nada o habían visto muy poca plata», señaló.
Demoras en el proceso
Echelini lamentó los largos plazos que enfrentaron los trabajadores para recibir sus indemnizaciones. «Tuvieron muchísima mala suerte, les pasó de todo. Cuando iniciamos medidas para vender de forma inmediata lo que teníamos, la Justicia no aceptó las medidas autosatisfactivas y nos condenó, por decirlo de alguna manera, a atravesar un juicio que duró 4 o 5 años», relató.
El abogado también recordó los obstáculos generados por la pandemia y las interrupciones en el sistema judicial provincial, que contribuyeron al retraso en los trámites. «Si esto lo hubiéramos vendido en 2018, los trabajadores hubieran cobrado seguramente sus indemnizaciones a valores plenos», afirmó.
Lo que queda por hacer
Aunque la planta —descrita como «la joya de la abuela»— ya fue subastada, Echelini indicó que aún hay bienes menores embargados que serán vendidos en el futuro. «Falta subastar algunas cosas, y con esas prevemos cubrir los créditos pendientes. La planta se vendió como corresponde, pero a un precio menor al esperado. Ahora quedan algunas propiedades pequeñas con las que esperamos completar los pagos», concluyó.