El otoño apenas comienza, pero ya arrancó el operativo invierno para poder abastecer de gas a todo el país. Como a principios de mayo suele llegar la primera ola de frío, este viernes ya amarró el cargamento número uno de los 25 que se espera que arriben al país con GNL durante toda la temporada.
Hasta el momento se licitaron dos tenders de 8 y 6 buques cada uno, donde en ambos la ganadora fue British Petroleum por realizar la oferta de menor precio según las condiciones del pliego. No obstante, está previsto que se liciten otros 11 barcos más, según indicaron fuentes allegadas al equipo de planificación.
A pesar de la llegada de este barco, todavía no está resuelto el mecanismo de traslado a precios porque el Gobierno no quiere que se traslade a los consumidores y las distribuidoras no aceptan asumir la pérdida de comprar el gas a 12,9 dólares el millón de BTU (el precio promedio de los barcos contratados) y venderlo a alrededor de 4,5 dólares, señaló Más Energía.
De ahí que ya se acumulan varias licitaciones declaradas desiertas donde ninguna empresa presentó ofertas de compra a estos valores. “Las condiciones que establecía Enarsa no eran aceptables. Precio, condiciones de pago y otras cuestiones más hicieron que ninguna tomara gas”, dijeron desde una de las firmas involucradas.
“Contra la ley de gravedad no se puede ir. Por definición, las distribuidoras no compran gas a un precio superior al que pueden trasladar a cuadro tarifario”, agregaron desde otra empresa.
Gas importado desde Chile
Además del GNL, la Secretaría de Energía está planificando la compra de gas proveniente de Chile que, en verdad, es GNL que el país vecino importa y regasifica en su planta de Mejillones. La cuestión es que la Reversión del Gasoducto Norte no está concluida en su totalidad y el NOA necesita más gas.
Hoy se envían de sur a norte unos 15 millones de metros cúbicos día por este caño, más otros 2,5 millones que se producen en Salta. Por lo tanto, hay un gap de 1,5 millones respecto a los picos de consumo de invierno que debe ser suplido entre el gas que viene de Chile y un remanente de combustibles líquidos para las usinas térmicas.
Se supone que la empresa Esuco va a finalizar las tareas en las plantas compresoras remanentes en el mes de junio para elevar la capacidad de reversión a 19 millones de m3/d, pero en la industria desconfían que pueda cumplir con estos plazos.
Paralelamente, entre productores y transportistas están discutiendo cómo se financiará lo que en algún momento se llamó la segunda etapa del ex “Gasoducto Néstor Kirchner”, pero que ahora se piensa como una traza distinta.
En vez de continuar con el mismo ducto hasta la localidad santafesina de San Jerónimo como se ideó inicialmente, las empresas piensan que es más eficiente hacer un nuevo caño desde Neuquén a La Carlotta (Provincia de Córdoba) donde comienza la Reversión del Norte.
Se trataría de un caño de 750 km con un costo de unos 1.800 millones de dólares y que podría transportar unos 20 millones de m3/d de gas y generar saldos excedentes para exportación mucho más relevantes.
“Ahí tenés que juntar voluntades. Están interesados los productores que quieren exportar, las transportistas y el mercado brasilero. Hay que generar contratos de largo plazo para financiar la obra y faltan algunos ajustes regulatorios como la reestructuración del esquema tarifario del Gasoducto Norte. Hoy no existen tarifas para enviar el gas de sur a norte. Es lo primero que hay que acomodar para empezar a hablar”, explicaron desde la industria.