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El senador chubutense, Ignacio “Nacho” Torres, estuvo en el programa “Punto Cero” por Crónica TV, donde afirmó que el déficit más grande el gobierno de Alberto Fernández “es de sentido común”, y objetó que mientras que los demás países del mundo bajan el impuesto a los combustibles, en la Argentina los suben.

“En el mundo -con las comodities que están por las nubes-, bajan el impuesto al combustible para aminorar el impacto a los sectores más vulnerables, y acá hacemos todo lo contrario: aumentamos ese impuesto”, criticó el senador Torres las políticas del gobierno nacional a contramano de los demás países de la región.

Nacho Torres debatió en los estudios de Crónica TV sobre la iniciativa de blanqueo de capitales para pagarle al FMI que impulsa el Gobierno Nacional en Senadores, al que calificó como un proyecto “tribunero” que evade llegar al fondo de la cuestión.

“Hay que ir contra los que fugan capitales, los que evaden impuestos. El gobierno nacional no plantea un blanqueo, hay un proyecto tribunero que dice que van a gravar al delito, cuando al delito se lo embarga o se lo incauta, pero no se lo grava”, fustigó el senador chubutense.

Por último, Torres adujo que “el gobierno nacional hoy está más preocupado por hablarle a su internismo y a un sector más reaccionario que en proponer medidas que sirvan” con relación al proyecto del oficialismo. Y no descarto que se pueda llegar a un dictamen “dentro de la sensatez y racionalidad, pero no lo que están presentando ahora”, concluyó.

Un número importante de obras sociales sindicales están en una «delicada» situación económica y un déficit mensual que crece. Sindicatos buscan soluciones con Provincia.

Una docena de sindicatos de Chubut se reunieron este martes en la mutual de Petroleros Jerárquicos en Comodoro Rivadavia con el objetivo de comenzar a debatir y discutir la generación de empleo genuino en la provincia. Entre los gremios presentes estuvieron Gastronómicos, Camioneros, Luz y Fuerza, UOCRA de Comodoro Rivadavia, Petroleros Privados, Bancaria, SOMU y Comercio.

En ese sentido, el secretario general de UTHGRA en Puerto Madryn, Patricio Rosales, habló esta mañana por FM Del Viento y repasó los puntos analizados durante el último encuentro, donde además se abordó la problemática que gira en torno a la «delicada» situación de las obras sociales sindicales.

«Las obras sociales de los sindicatos están muy complicadas económicamente, fundidas. Lo que buscamos nosotros es tratar de consensuar una forma de trabajo con propuestas concretas para mejorar las condiciones que hoy tienen los afiliados de cada una de las asociaciones sindicales», explicó Rosales.

«En principio, avanzamos en la participación del Consejo Provincial de Salud, para comprometer también al Estado, y que puedan estar al tanto de la situación para trabajar en forma conjunta. Un ejemplo concreto son los elevados costos médicos de la zona; el parto de una compañera en otras provincias cuesta un promedio de $45 mil, en Puerto Madryn sale $150 mil, el triple», detalló.

Las obras sociales están en una situación crítica, con gastos en alza, un déficit mensual que crece y problemas de financiamiento que no se solucionan. Incluso el Gobierno nacional tiene en la mira a unas 35 de esas entidades porque son insostenibles.

Los números que se manejan en la central obrera, y que circulan entre los principales dirigentes, son altamente preocupantes: el Fondo Solidario de Redistribución (FDS), el corazón del sistema, que se nutre del aporte mensual de trabajadores y contribuciones patronales para financiar los reintegros de las prestaciones de alta complejidad y medicamentos costosos, recaudó en 2020 unos $64.000 millones, pero, en el mismo período, gastó $79.000 millones para pagar subsidios y reintegros.

«Las obras sociales están subsistiendo porque todos los meses las organizaciones ayudamos económicamente a los afiliados para cubrir los servicios. En nuestro caso el año pasado la recaudación bajó un 50%» Patricio Rosales secretario general de

MESA INTERSINDICAL EN CHUBUT: DIRIGENTES ANALIZARON LA SITUACIÓN DE LAS OBRAS SOCIALES SINDICALES

En ese sentido, el secretario general de  UTHGRA en Puerto Madryn, Patricio Rosales, habló esta mañana por FM Del Viento y repasó los puntos analizados durante el último encuentro, donde además se abordó la problemática que gira en torno a la «delicada» situación de las obras sociales sindicales.

«Las obras sociales de los sindicatos están muy complicadas económicamente, fundidas. Lo que buscamos nosotros es tratar de consensuar una forma de trabajo con propuestas concretas para mejorar las condiciones que hoy tienen los afiliados de cada una de las asociaciones sindicales», explicó Rosales.

«En principio, avanzamos en la participación del Consejo Provincial de Salud, para comprometer también al Estado, y que puedan estar al tanto de la situación para trabajar en forma conjunta. Un ejemplo concreto son los elevados costos médicos de la zona; el parto de una compañera en otras provincias cuesta un promedio de $45 mil, en Puerto Madryn sale $150 mil, el triple», detalló.

Las obras sociales están en una situación crítica, con gastos en alza, un déficit mensual que crece y problemas de financiamiento que no se solucionan. Incluso el Gobierno nacional tiene en la mira a unas 35 de esas entidades porque son insostenibles.

 

Los números que se manejan en la central obrera, y que circulan entre los principales dirigentes, son altamente preocupantes: el Fondo Solidario de Redistribución (FDS), el corazón del sistema, que se nutre del aporte mensual de trabajadores y contribuciones patronales para financiar los reintegros de las prestaciones de alta complejidad y medicamentos costosos, recaudó en 2020 unos $64.000 millones, pero, en el mismo período, gastó $79.000 millones para pagar subsidios y reintegros.

El déficit del FSD ascendió a más de $15.000 millones en 2020, con egresos que superan a los ingresos en un 20% (una situación que se repite desde 2017), y para este año se estima que será de $20.000 millones, e incluso podría ser finalmente de $31.000 millones si el Gobierno concreta un aumento del 30% para las prestaciones por discapacidad, que tienen una alta incidencia en el gasto total (y elevaría el déficit mensual de $1.500 millones a $2.600 millones).

El mayor porcentaje de los gastos del sistema de obras sociales (casi un 37%) corresponde al pago del rubro discapacidad (rehabilitación, tratamientos, educación y transporte), que en 2020 representó unos $28.700 millones. A través del programa oficial llamado Integración se pagan las prestaciones básicas para beneficiarios con discapacidad mediante dinero que provienen del FDS.

Los dirigentes gremiales alertan que el gasto en este sector estaba dirigido en 2017 a 54.086 personas y que hoy llega a 91.906. Y con un gasto real que pasó de $6.900 millones en 2017 a $28.752 millones en 2020 (lo que representa un crecimiento de más del 400%). El gasto promedio por beneficiario con discapacidad financiado desde el FSD es de 36.000 pesos (en junio 2020) y el 50% de esa cifra es para educación y transporte (unos 1200 millones de pesos por mes).

Otras cuestiones

Por otro lado, en la reunión gremial se planteó una agenda con temas a desarrollarse, que entre ellos se encuentran aspectos vinculados a la Energía, Hidrocarburos y Pesca, para avanzar en propuestas que tengan que ver con «mejorar la situación que hoy se atraviesa».

 

Al encuentro asistieron Hector González (Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia); José Lludgar (Petroleros Jerárquicos); Alfredo Beliz (SEC); Diego Agostinelli (SMATA); Patricio Rosales (Gastronómicos); César Zapata (SOMU); y Sergio Díaz (La Bancaria), entre otros.

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) presentó un informe comparativo de la superficie cubierta de nieve entre los años 2020 y 2021, que muestra claramente el déficit de precipitaciones que se da principalmente en la región cordillerana. Las estadísticas reflejan la situación y los pronósticos a largo plazo no describen grandes cambios. Durante el último trimestre, que corresponde a mayo-junio-julio, se intensificó el déficit de precipitaciones en todo el sur y oeste de la Patagonia, y se amplió también a la cordillera de Cuyo. «Los acumulados de precipitación estuvieron muy por debajo respecto a los valores normales para la época: 200 milímetros por debajo del promedio climatológico (1981-2010)». Según indicaron desde el SMN las zonas cordilleranas de estas regiones del país suelen tener su máximo de lluvias en esta época del año, pero actualmente estamos ante un panorama completamente inverso. En consecuencia, se presenta una situación de sequía, la cual es descrita por medio de productos que clasifican índices de precipitación estimados.

Falta de nieve

El déficit de precipitaciones también se refleja en la falta de nieve durante el trimestre mayo-junio-julio 2021 en la Patagonia y Cuyo, la cual puede observarse por medio de imágenes satelitales si se compara con el mismo trimestre pero del año 2020. En las imágenes se marca en el 2021 una gran disminución de la superficie con nieve, en especial la región patagónica.

El sector norte de la Patagonia presenta también los valores más bajos desde el 2000, situación completamente opuesta al 2020, la cual presentaba una máxima extensión del fenómeno en la región. En cuanto a los valores normales, no se registraba inferior al promedio desde 2015. En el sector sur, el trimestre mencionado es el segundo más bajo desde el 2000, sólo superado por el mismo trimestre del 2015.

Varias ciudades patagónicas y cuyanas presentaron una baja cantidad de días con nieve entre marzo y julio, destacándose, por ejemplo, Bariloche y Esquel con 10 a 11 días menos respecto a los valores normales del periodo marzo-julio 1981-2010.

Lo que viene

A la hora de buscar las razones por las que se dio este fenómeno, el Servicio Meteorológico Nacional asegura que «sobre toda la región domina un patrón de circulación atmosférica que disminuyó la frecuencia de avances de frentes fríos, con sistemas de altas presiones que impiden la formación de precipitaciones y favorecen temperaturas más cálidas que lo normal». En cuanto a lo que se viene para el trimestre agosto-septiembre-octubre, el panorama no es para nada alentador: «Mayor probabilidad de que la precipitación sea normal o inferior a lo normal en casi toda la región de interés. La excepción sería sobre el sur de la Patagonia, donde hay mayor probabilidad de ocurrencia dentro de los rangos normales. Respecto a las temperaturas, «se puede esperar un trimestre más cálido que lo normal en Cuyo y el sur y este de Patagonia. En el oeste patagónico, temperaturas normales o superiores a lo normales con igual probabilidad de ocurrencia».

Chubut concluyó 2020 con un déficit de las cuentas públicas que ascendió a 18.920 millones de pesos. En volumen, fue el saldo en rojo más grande de la historia, pero también el tercer peor déficit de los últimos diez años respecto de los ingresos. Mientras tanto, la pobreza atrapó a casi 122 mil personas y hundió a 20 mil en la indigencia. Ambos registros están en el podio de los peores de la década. En cinco años la pobreza y la indigencia se duplicaron en la provincia.

Desde hace al menos una década, Chubut se hunde en un cuadro de dificultades crecientes, con un Estado siempre al borde de la cesación de pagos y una sociedad que padece las penurias de la falta de empleo, la inflación y un costos de vida que supera a buena parte del país.

Este 2021 arrancó con malas noticias para Chubut por la crisis que sobrelleva el Estado provincial y la situación social que padecen miles de chubutenses.

El déficit de las cuentas públicas en 2020 fue el peor en la historia y su incidencia se ubicó entre las más impactantes sobre los ingresos. La pobreza y la indigencia bajaron levemente en el final del año, pero sigue habiendo una altísima vulnerabilidad social en la provincia.

Que el Estado provincial se encuentre en crisis no es solamente un problema para los trabajadores estatales a la hora de cobrar sus sueldos. Esas dificultades se traducen en peores servicios públicos (Salud, Educación, asistencia social y contención a los más vulnerables).

También tiene un correlato directo en la falta de obras públicas y de infraestructura para el desarrollo provincial. La llegada de la pandemia de Covid mostró una estructura estatal debilitada para enfrentar el demoledor avance de un virus que impactó en el sistema sanitario y en toda la estructura económica y social.

El síndrome del Estado se evidencia cuando producen catástrofes como la del temporal que afectó a Comodoro Rivadavia hace cuatro años o la ola de incendios que devastaron hace un mes a la Comarca Andina Patagónica.

En esos momentos de catástrofe es donde se siente con mayor dureza la dificultad del Estado provincial a la hora de asistir y ayudar a los que peor la están pasado.

Buena parte de esos problemas -que parecen genéricos pero tienen rostros individuales de angustia y desesperanza- encuentran sus orígenes en el despilfarro histórico de los fondos provinciales, sumando la mala administración, la corrupción y el constante endeudamiento en dólares tomado desde 2010; que no se tradujo en una mejor calidad de vida para los chubutenses.

En lugar de pagar deuda de manera constante, Chubut tendría que estar enfocado en asistir prioritariamente a los empobrecidos y a los que padecen las catástrofes.

El déficit más grande de la historia

El cierre de 2020 terminó arrojando el déficit más abultado de los últimos diez años. Las cuentas públicas de Chubut tuvieron un resultado negativo de 18.920 millones de pesos en rojo como déficit primario, mientras que el déficit financiero -después de nuevos endeudamientos y pagos de la deuda contraída anteriormente- resultó de 3.684 millones de pesos negativos.

En términos nominales ese fue el peor resultado primario -ingresos frente a egresos provinciales- de la historia de Chubut; aunque si se lo compara respecto de la recaudación anual se posiciona en el tercer peor resultado de la década.

El peor de los años deficitarios fue en 2016 cuando los resultados negativos representaron el 23,5% del total de los Ingresos Corrientes de la provincia; mientras que en 2017 esa ecuación pasó a representar el 19,6% de la recaudación total. Ya para 2020 el déficit significó el 18,6% de los ingresos y se anotó como el tercer año con peores cuentas negativas de Chubut.

Si bien el Estado provincial presenta fuertes falencias a la hora de atender las necesidades de la población chubutense y estuvo todo 2020 pagando con atraso los sueldos de los empleados públicos y los jubilados provinciales, la madre de todos los problemas no fueron los aumentos de sueldos ni los gastos de funcionamiento; sino la deuda en dólares que se generó desde 2010.

Cuando llegó la hora de pagarla los fondos que ingresaban no fueron suficientes para hacer frente a los compromisos de pago asumidos.

Las obras que se utilizaron como argumento para endeudar a la provincia en dólares en su gran mayoría no se hicieron. Muchas no están finalizadas y algunas inclusive fueron transferidas a los municipios para su conclusión o su inicio; lo que significa que se terminará pagando casi dos veces por las mismas obras.

Después de 2010 comenzaron a producirse los vencimientos de esa deuda en dólares y los ingresos fueron insuficientes para concretar los pagos asumidos.

Por eso, las diferentes gestiones comenzaron a emitir nueva deuda en pesos para cubrir los ingresos en dólares por regalías que eran absorbidos por los endeudamientos de las gestiones de Mario Das Neves y Martín Buzzi.

Así se fue tejiendo un entramado de crisis económica y financiera que desembocó en casi diez años consecutivos de déficits en las arcas del Estado provincial. Durante un solo año Chubut consiguió no tener números rojos: fue en 2018, cuando ajustó brutalmente los sueldos de los estatales para conseguir mostrarse como una provincia con equilibrio fiscal.

Diez años de números en rojo

La última década fue nefasta para las arcas públicas de Chubut. La deuda no se tradujo en mejoras para la calidad de vida de los chubutenses y los déficits de las cuentas del Estado fueron creciendo de manera constante hasta llegar el récord obtenido en 2020.

En el arranque de la década pasada el déficit primario rondó por encima de los 200 millones de pesos y el superávit financiero apenas se ubicó en la banda de los 120 y 170 millones de pesos.

Entre los años 2013 y 2015 comenzó a crecer la situación deficitaria primaria a saltos significativos; pasando de los 510 millones en el 2013 a los 2.507 millones de pesos en 2015.

En 2013 todavía tuvo saldo positivo financiero con 820 millones, pero 2014 y 2015 arrojaron números rojos después del pago y la toma de nueva deuda. En 2014 el déficit financiero trepó a los 1.386 millones de pesos.

La segunda mitad de la década pasada fue un verdadero descalabro financiero para Chubut. Los distintos gobiernos que pasaron no pudieron domar el déficit primario y para contenerlo solo se les ocurrió seguir generando más deuda para pagar la anterior.

2016 fue uno de los peores años de la historia reciente provincial. El déficit primario creció notablemente y ascendió a los 5.292 millones de pesos, pero el resultado financiero terminó siendo positivo en 6.159 millones por una nueva emisión de deuda en dólares en la gestión de Das Neves.

A pesar del endeudamiento constante, los resultados negativos no desaparecieron. 2017 concluyó con un déficit primario de 7.180 millones de pesos y el financiero fue positivo en apenas 1.323 millones de pesos.

Para salir de esa espiralización deficitaria, la gestión de Mariano Arcioni -asumido tras la muerte de Das Neves- decidió aplicar un ajuste profundo sobre los sueldos estatales, las jubilaciones provinciales y el gasto público.

En 2018, tras una tremenda pérdida en el poder adquisitivo de los salarios, el gobierno consiguió cerrar con números positivos gracias al achicamiento de la masa salarial general.

Las cuentas publicas arrojaron en el año del ajuste un superávit primario de 2.398 millones de pesos y el saldo financiero sólo fue de 257 millones porque se acumularon vencimientos de deudas tomadas en dólares y en pesos.

El ajuste no fue aceptado por los trabajadores estatales y estallaron los conflictos en casi todos los gremios provinciales. Las duras luchas entabladas contra la gestión de Arcioni por el recorte salarial y el pago escalonado de los sueldos derivó en una derrota política para el gobierno, quien debió otorgar los aumentos quitados en 2018 durante el año siguiente. Inclusive lo utilizó como eje de campaña para ganar las elecciones de 2019.

Sin margen de maniobra por los acuerdos firmados en paritarias, donde se otorgaron los incrementos salariales faltantes de 2018 y una cláusula gatillo de aumento según el índice inflacionario, los resultados de las cuentas públicas estallaron.

2019 concluyó con un déficit primario de 8.219 millones de pesos y un déficit financiero de 4.789 millones. Ese fue el primer año en que los números en rojos de ambas columnas alcanzaron dimensiones pocas veces vistas en la provincia.

Sin la capacidad de agrandar los ingresos y con la pandemia pero no escena desde marzo, 2020 fue el segundo año consecutivo de fuertes déficits en ambos casilleros. El rojo entre ingresos y egresos ascendió a la notable suma de los 18.920 millones de pesos; mientras que el déficit financiero se ubicó en los 3.684 millones.

Tras diez años de descalabros financieros queda más que claro el problema no son los gastos corrientes de la provincia, más allá del despilfarro generado por la corrupción. El principal motivo de la crisis es la falta de creatividad, políticas de largo plazo y de determinación política para aumentar los ingresos y recaudar como corresponde y sin prebendas para sectores privilegiados.

Por supuesto, es imprescindible considerar los enormes daños provocados por los endeudamientos que ahora se seguirán pagando hasta 2030.

La pobreza se duplicó en cinco años

Describir el déficit provincial no es una abstracción en la que la gente no cuenta. Todo lo que el Estado no puede hacer, planificar, desarrollar o generar se traduce en menos servicios y ayudas para la población.

La pobreza y la indigencia son dos indicadores de la gravedad que tiene la crisis chubutense, indudablemente influenciada por los efectos de la pandemia y la crisis nacional. Está claro que en la provincia se agravan cómo producto de la falta de capacidad que tiene el Estado para llegar a los más necesitados.

Los últimos datos del INDEC mostraron que en Chubut hay 121.894 pobres, de los cuales 20.241 son indigentes y no pueden alimentarse diariamente. Vale aclarar que esos corresponden solamente a los aglomerados urbanos de Comodoro Rivadavia-Rada Tilly y de Trelew-Rawson; ya que el INDEC no mide estas variables en Esquel, Puerto Madryn ni en el interior chubutense.

Si bien la cantidad de pobres en el segundo semestre del 2020 decreció respecto de la primera mitad del año, es la segunda cifra más elevada de pobreza contabilizada en la provincia desde 2016.

Más allá de que los datos son muy preocupantes a pesar del leve descenso, no menos cierto es que la pobreza en la provincia se duplicó en los últimos cinco años.

Para el segundo semestre de 2016, cuando arrancó la nueva serie estadística del INDEC, la pobreza en Comodoro y Rada Tilly ascendía al 15,7% de la población; mientras que en Trelew y Rawson llegó al 28%.

Cinco años más tarde saltó al 31,7% en Comodoro y Rada Tilly, en tanto que en Trelew y Rawson subió al 32%. El aumento en el conglomerado sur fue del 101% y mostró una duplicación de la pobreza; mientras que en la zona del Valle se incrementó 14,3%.

De los 72.333 pobres que se contabilizaron entre ambos conglomerados en el segundo semestre de 2016, se pasó a los 121.894 registrados en la segunda mitad del año pasado. El incremento fue de casi 50 mil nuevos pobres en tan solo cinco años, que representaron un aumento en promedio provincial del 68%.

La indigencia tuvo un salto aún más significativo y llevó a la miseria más absoluta a miles de chubutenses. De los 8.465 indigentes que se contabilizaron en 2016 se pasó a 20.241 personas que no juntan el dinero necesario para alimentarse todos los días. El incremento fue del 139%, que representó el hundimiento en la miseria de 11.776 nuevos indigentes.

La asistencia del Estado a esos miles de familias empobrecidas e indigentes parece una utopía dentro de una provincia abrumada por el déficit de las cuentas públicas y los vencimientos mensuales de las deudas gemelas en dólares y pesos.

Resolver este desafío demanda audacia y voluntad política. Solo con un cambio de rumbo profundo sería posible cambiar el problemático esquema de ingresos insuficientes para solventar un Estado escuálido y sin capacidad de respuesta antevlas necesidades básicas de una población que sufre la depreciación del salario y el crecimiento del desempleo, la pobreza y la miseria.

Fuente: Observatorio Petrolero Sur

 

La doctora Patricia Laborde dio detalles sobre la situación que atraviesa el Hospital Zonal de Esquel que sigue siendo extremadamente delicada y con una gran demanda a raíz de la importante cantidad de casos de Covid.

«Clínica Médica y Terapia Intensiva están trabajando en conjunto. Sale un paciente y entra otro, hay un continuo movimiento, amén de que también en el fin de semana hubo que estuvieron con respirador fuera de UTI, graficó Laborde. «Como siempre he dicho, el material para trabajar lo tenemos pero hay un déficit de personal que estamos tratando de paliarlo», planteó.

Además, a partir de los contagios en el Hogar de Ancianos, precisó: «Hasta anoche estuvimos arreglando algunas cosas, dimos intervención a A.P para cuidado de casas tuteladas, municipalidad también estaba al tanto de esa situación». «Los abuelos fueron controlados el fin de semana y nos mantenemos en contacto telefónico por cualquier eventualidad sabiendo que son personas mayores que en cualquier momento pueden tener síntomas o complicaciones», resaltó la profesional.

En el marco de la apertura del turismo comarcal, el presidente de la Cámara de Turismo, Miguel Ramos, se refirió a los protocolos que se llevan adelante para la recepción de huéspedes.

En diálogo con la periodista de Grupo Azulmedia, Silvina Cabrera, y en las instalaciones del Hotel Libertador de Trelew, Ramos sostuvo que “un día como hoy, feriado, y en un fin de semana largo con esta temperatura, el hotel estaría lleno” y agregó que “solemos trabajar en nuestro hotel con personas de turismo de la tercera edad y familias; un día como hoy estaría absolutamente lleno con unas 150 personas”.

“Es un comienzo”

Transitando el cuarto día de la apertura turística por comarcas, el titular de la Cámara manifestó que “para nosotros, que venimos conversando esto con el Ministro de Turismo desde hace un tiempo, es importante que se haya hecho la apertura de esta burbuja, lo cual es un comienzo y en principio quizás no nos da mayor movimiento económico, ya que es solamente entre las comarcas”, aunque valoró que “esta es una forma de empezar a buscar criterios unificados en todas las localidades; sabemos que en las distintas provincias ha habido criterios y protocolos diversos para la circulación y la habilitación de los comercios”.

Una apertura esperada

“Después de 8 meses y con un sector comercial y turístico prácticamente destrozados”, continuó Ramos, “es hora de que los funcionarios vayan pensando en ponerse de acuerdo con los protocolos de circulación y de apertura, así que por eso veíamos con mucha expectativa de buscar esto cuando se abrieron las burbujas y estamos pensando en las próximas aperturas”.

La importancia de los protocolos

Consultado sobre aquellas localidades cuyos jefes comunales advirtieron que no recibirán visitantes, planteó que “no se está teniendo en cuenta la situación tremenda en la que está el sector, y en definitiva todos hemos visto cómo funcionan la pandemia y el virus, y lo que se hace es repasar el ingreso a la localidad pero sin impedirlo” y agregó que “desde el Gobierno Provincial, los sectores comerciales y la Cámara de Turismo lo que estamos diciendo es que no se contagian las personas en nuestros comercios si hay protocolos, sino generalmente en otro tipo de circustancias como reuniones sociales y familiares, según hemos visto”.

“Mucha gente se ha fundido”

Consecuentemente, sostuvo Ramos, “creemos que es hora de empezar a dinamizar nuestras actividades comerciales para recuperar; hay mucha gente que ya se ha fundido, cuyos empleados se han quedado absolutamente sin nada y esto va a seguir ocurriendo” y advirtió que “los prestadores se han endeudado y estamos trabajando a nivel nacional con la Cámara Argentina de Turismo, el Consejo Federal de Turismo y la Asociación de Hoteles, además de los ministros de las provincias, para unificar los criterios y protocolos de lo que cada provincia va a pedir; necesitamos que todas tengan protocolos similares”.

El proyecto prevé un gasto del capital del 2,2% del Producto Bruto Interno, y contempla destinar más del 60% de los recursos a gastos sociales.

El Gobierno nacional enviará este martes a la Cámara de Diputados el proyecto de Presupuesto 2021, que prevé un déficit equivalente al 4,5% y un gasto del capital del 2,2% del Producto Bruto Interno, y contempla destinar más del 60% de los recursos a gastos sociales.

La iniciativa será enviada en tiempo y forma, como establece la Ley de Administración Financiera, que fija como fecha tope al 15 de septiembre para presentar el proyecto que establece el detalle de gastos y recursos para el año siguiente, así como las previsiones de crecimiento del PBI, el valor del dólar y la evolución de la inflación.

El primer proyecto de Presupuesto 2021 de la gestión del presidente Alberto Fernández que se presentará ante la Cámara de Diputados demandará al menos un mes de debate, en cuyo transcurso los funcionarios explicarán cada uno de los aspectos centrales, los datos macroecónomicos, los subsidios al transporte, las obras públicas y las relaciones con las provincias.

El tratamiento se efectuará en un cuerpo legislativo donde existe una fuerte paridad de fuerzas ya que el Frente de Todos tiene 117 votos -teniendo en cuenta la licencia del funcionario José de Mendiguren y que el presidente de la Cámara, Sergio Massa, solo vota en caso de desempate- y Juntos por el Cambio 116.

En ese marco, los votos de los interbloques Federal y de Federal para el Desarrollo adquieren una fuerte relevancia al convertirse en los árbitros para definir la aprobación del presupuesto, ya que Juntos por el Cambio es difícil que vote a favor luego de la pelea que está planteando por la copartacipación de la ciudad de Buenos Aires.

Además, junto con la sanción del proyecto de presupuesto se deberá sancionar la nueva ley de movilidad jubilatoria, donde se fijará cómo se actualizarán en el 2021 las jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y por Hijo, a cuyo pago se destinan junto con los planes sociales más del 60 por ciento de los recursos previstos para el próximo año.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, señaló que los cinco objetivos del Presupuesto son «inclusión social, que requiere crear trabajo; dinamismo, agregar valor a la producción; estabilidad, que requiere que el país a medida que se recupera genere condiciones para que las exportaciones crezcan y no volver a chocar con un problema de falta de dólares; equidad regional, para que el desarrollo sea federal, y soberanía económica».

El ministro ratificó que el déficit previsto será del 4,5 % y dijo que «dentro de ello hay una redefinición de prioridades, porque el gasto de capital se duplica respecto del de 2019. Va a ser de 2,2% del producto, y este es un rubro fundamental para la recuperación, porque hay un multiplicador macroeconómico grande asociado a la expansión de la obra pública, que le permite al sector privado enfrentar un ambiente más vibrante en condiciones de demanda».

El Gobierno nacional enviará este martes a la Cámara de Diputados el proyecto de Presupuesto 2021, que prevé un déficit equivalente al 4,5% y un gasto del capital del 2,2% del Producto Bruto Interno, y contempla destinar más del 60% de los recursos a gastos sociales.

La iniciativa será enviada en tiempo y forma, como establece la Ley de Administración Financiera, que fija como fecha tope al 15 de septiembre para presentar el proyecto que establece el detalle de gastos y recursos para el año siguiente, así como las previsiones de crecimiento del PBI, el valor del dólar y la evolución de la inflación.

El primer proyecto de Presupuesto 2021 de la gestión del presidente Alberto Fernández que se presentará ante la Cámara de Diputados demandará al menos un mes de debate, en cuyo transcurso los funcionarios explicarán cada uno de los aspectos centrales, los datos macroecónomicos, los subsidios al transporte, las obras públicas y las relaciones con las provincias.

El tratamiento se efectuará en un cuerpo legislativo donde existe una fuerte paridad de fuerzas ya que el Frente de Todos tiene 117 votos -teniendo en cuenta la licencia del funcionario José de Mendiguren y que el presidente de la Cámara, Sergio Massa, solo vota en caso de desempate- y Juntos por el Cambio 116.

En ese marco, los votos de los interbloques Federal y de Federal para el Desarrollo adquieren una fuerte relevancia al convertirse en los árbitros para definir la aprobación del presupuesto, ya que Juntos por el Cambio es difícil que vote a favor luego de la pelea que está planteando por la copartacipación de la ciudad de Buenos Aires.

Además, junto con la sanción del proyecto de presupuesto se deberá sancionar la nueva ley de movilidad jubilatoria, donde se fijará cómo se actualizarán en el 2021 las jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y por Hijo, a cuyo pago se destinan junto con los planes sociales más del 60 por ciento de los recursos previstos para el próximo año.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, señaló que los cinco objetivos del Presupuesto son “inclusión social, que requiere crear trabajo; dinamismo, agregar valor a la producción; estabilidad, que requiere que el país a medida que se recupera genere condiciones para que las exportaciones crezcan y no volver a chocar con un problema de falta de dólares; equidad regional, para que el desarrollo sea federal, y soberanía económica”.

El ministro ratificó que el déficit previsto será del 4,5 % y dijo que “dentro de ello hay una redefinición de prioridades, porque el gasto de capital se duplica respecto del de 2019. Va a ser de 2,2% del producto, y este es un rubro fundamental para la recuperación, porque hay un multiplicador macroeconómico grande asociado a la expansión de la obra pública, que le permite al sector privado enfrentar un ambiente más vibrante en condiciones de demanda”.

En un reportaje al diario La Nación y al ser consultado sobre las vías del financiación, Guzmán dijo que se espera que “el financiamiento por parte del Banco Central vaya bajando, aunque no se va a poder prescindir del todo por un tiempo”.

“Por eso buscamos normalizar las finanzas públicas, ir reduciendo las necesidades de financiamiento por parte del Banco Central, e ir bajando la inflación, que es un objetivo central”, agregó el titular del Palacio de Hacienda.

Guzmán también puso en valor que el presupuesto “establece proyecciones plurianuales y busca marcar el horizonte por el cual la Argentina va. Es un camino de consistencia macro y es normal que tras el colapso del sistema que rigió entre 2015 y 2019 haya falta de confianza. Creemos que la Argentina va a transitar ese camino, pero no sucede de un día para el otro la resolución de estos problemas”.

También confirmó que el Gobierno no mantendrá el próximo año los planes de Ingreso Familiar de emergencia (IFE) y de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), al sostener que “se asume que esas partidas eran necesarias en forma extraordinaria por la pandemia”.

El primer presupuesto de la gestión del presidente Alberto Fernández se realizará en la misma jornada que la comisión de Presupuesto y Hacienda-conducida por Carlos Heller-comenzará a debatir el proyecto que permite refinanciar las deudas entre las provincias y la Anses.

El grupo parlamentario recibirá ese día a funcionarios del Anses que darán detalles como se renegociarán los prestamos por ese organismo y que establece un nuevo mecanismo para pagar la reparación histórica para evitar la venta de activos del FGS.

El titular del Instituto de la Seguridad Social y Seguros (ISSyS), Miguel Arnaudo, se refirió a la situación que está atravesando la entidad que lidera y remarcó que durante las últimas horas mantuvo reuniones con distintos actores para dialogar sobre la caja de previsión.

En una entrevista con AzM Radio, precisó que “la caja de previsión tiene un déficit, que es económico y creciente”. Cabe aclarar que al año 2019, el déficit de la misma “fue de alrededor de 1.000 millones de pesos. Estamos hablando de ingresos devengados, aportes devengados de los trabajadores, contribuciones patronales devengadas, más los déficits que deben cumplir Rentas Generales, menos los beneficios otorgados y menos los gastos de administración”.

Al ser consultado sobre si hay un plan desde el ISSyS para reducir este rojo, el titular de la entidad dijo: “No, el Instituto es un organismo administrador del sistema. Los parámetros del sistema se establecen en la ley. Nosotros no podemos modificarlo, porque se requiere de una ley. Nosotros podemos trabajar y brindar algunas herramientas técnicas e informar, pero no podemos desarrollar un plan para modificar esto”.

“Actualmente la situación se ha invertido con respecto a otros períodos de tiempo. En el pasado, los ingresos que percibía el Instituto eran menos que los fondos que se devengaban y por eso se generó lo que hoy conocemos como deuda histórica. Hoy se están depositando más fondos en el sistema, que los fondos que genera el sistema”, apuntó Arnaudo.

En cuanto a la cantidad de personas que son alcanzadas por el ISSyS, el titular de la entidad remarcó que actualmente hay unos 18.000 beneficiarios. Además, insistió con que desde 2017 “los ingresos devengados son menores a los egresos devengados. Por eso se genera esta situación de déficit”.

El vicegobernador de Chubut, Ricardo Sastre, indicó que aggiornar esa medida a un plan productivo para la provincia, sería fundamental para poder afrontar alternativas que permitan que la deuda no se genere nuevamente con el correr del tiempo.

“Fuera de la pandemia, tenemos una crisis socioeconómica-financiera que viene desde hace varios meses, donde hay que tratar de que perdure lo menos posible para que no siga afectando tanto al trabajador estatal, que a la vez repercute directamente en el sector privado también porque si el empleo público no cobra, hay menos circulación en la calle. Esa es la realidad que vemos desde hace mucho tiempo y los chubutenses esperan de los dirigentes soluciones”, expresó esta mañana Ricardo Sastre

Y agregó sobre la óptica que tiene el Gobernador Mariano Arcioni en tal sentido y las diferencias que pueda tener con él, que “en ese rumbo hay que trabajar, sabemos que a veces hay diferencias que se suscitan y no es nuestro estilo callarlo ni ocultarlas. Simplemente son distintas formas de ver las cosas y de lo que hay que tratar de hacer con este tema que es de público conocimiento como lo es el reperfilamiento, la renegociación o reordenamiento de la deuda, para tratar de que no se vuelvan a cometer los errores que se han cometido en el pasado y que podamos buscar la alternativa y solución definitiva para poder salir adelante”.

“Para que ello suceda, no solamente hay que reperfilar la deuda, sino que también hay que aggiornarla a un plan productivo en el cual el déficit mensual que tiene nuestra provincia desaparezca, o por lo menos se achique a un porcentaje mucho menor y que no contraigamos nueva deuda porque si no, a los doce meses estaremos hablando de que se refinancia la deuda y se ha generado una deuda nueva, porque el déficit mensual seguía y nadie hizo nada”, analizó.

Sastre recordó que “los diputados han solicitado el informe y creo que el ministro de Economía lo estaba enviando, porque querían ver un plan de acompañamiento a la refinanciación de la deuda. De nada sirve refinanciar una deuda que ha contraído la provincia de hace unos años atrás si tenemos un déficit mensual de 2.500 millones de pesos”.

“Para no contraer deuda hay que achicar el déficit, porque si la provincia no es deficitaria, no sería necesario contraer deuda. Acá han ocurrido diferentes situaciones sumado a la baja de la producción del petróleo y la del precio del barril de crudo; hay un déficit muy importante en la provincia que hay que combatirlo, que ronda los 2.200 a 2.500 millones de pesos mensuales. Si no se hace algo a partir de que se refinancie la deuda, para lo cual los diputados querían ver cuáles eran las alternativas y los planes; vamos a estar hablando en poco tiempo de que en diez meses habrá 25.000 millones de deuda; y es lo que uno no pretende”, añadió.

En ese marco, indicó que aumenta la preocupación de refinanciar o autorizar la Legislatura al Ejecutivo a refinanciar la deuda “pero a veces esos apuros terminan convirtiéndose en errores mucho más graves porque el renegociar, reperfilar la deuda, tiene que estar acompañado de un plan que no nos lleve a seguir siendo una provincia deficitaria, que todos los estados en su mayoría lo son pero no en un alto número como lo tenemos en Chubut”.

“Entonces, hay que ser responsables de que se autorice esa refinanciación, pero que paralelamente ese déficit desaparezca o se achique en un alto porcentaje. Hay que ver cuál es el informe que ha enviado el ministro de Economía, que suponemos es parte de la solución a lo que estamos solicitando”, concluyó.