“Hoy comenzó un intercambio, que continuará en varias fases durante los próximos días”, anunció este lunes el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky a través de sus redes sociales. Según precisó, entre los liberados figuran soldados heridos, gravemente heridos y menores de 25 años. Así lo reseñó Infobae.
La operación marca el inicio de una nueva serie de intercambios de prisioneros de guerra entre Ucrania y Rusia, un gesto humanitario que ambos gobiernos acordaron durante la segunda ronda de negociaciones de paz celebrada la semana pasada en Estambul.
Previamente, el Ministerio de Defensa ruso había informado que se llevó a cabo el primer canje de combatientes menores de 25 años, en cumplimiento de lo pactado en Turquía. La cartera no detalló cuántas personas participaron en la operación, pero subrayó que se trata de un grupo conformado exclusivamente por jóvenes soldados.
Zelensky remarcó que los intercambios se desarrollarán en varias etapas y que Ucrania ya ha recibido al primer contingente proveniente de territorio ruso. En paralelo, continúan los combates en el este y sur del país, mientras distintas iniciativas diplomáticas internacionales intentan mantener abiertos los canales de diálogo entre Moscú y Kiev.
El intercambio, que estuvo en duda durante el fin de semana, representa el primer resultado concreto de unas conversaciones que, pese a su simbolismo, no han logrado avances sustanciales hacia el fin del conflicto. Ambas partes habían acordado no solo la liberación de prisioneros de guerra, sino también la repatriación de cuerpos de soldados caídos, un punto que se tornó espinoso cuando Moscú acusó a Kiev de rehusar la recepción de al menos 1.200 cadáveres, almacenados en camiones refrigerados cerca de la frontera. Ucrania negó la acusación y reclamó a Rusia por entorpecer el proceso con “obstáculos artificiales y declaraciones falsas”.
Zelensky, que el domingo denunció que Moscú estaba jugando un “juego político sucio”, criticó además que no se respetaran los criterios previamente acordados: liberar a todos los soldados enfermos, heridos o menores de 25 años. Las imágenes difundidas por el presidente ucraniano mostraban a los combatientes recuperados envueltos en banderas nacionales, celebrando su regreso con abrazos y lágrimas.
Se prevé que este sea el mayor intercambio de prisioneros en los tres años de guerra, con un número total que podría superar los mil soldados. Sin embargo, ni Rusia ni Ucrania han confirmado hasta ahora cuántos efectivos fueron liberados en esta primera etapa.
Pese al gesto humanitario, las negociaciones continúan estancadas. Rusia mantiene exigencias consideradas inaceptables para Kiev: la retirada total de las fuerzas ucranianas de los territorios aún bajo su control, el reconocimiento de la anexión de cinco regiones y la renuncia al apoyo militar de Occidente. Por su parte, Zelensky insiste en un cese del fuego total y ha propuesto una cumbre entre él, Vladimir Putin y el expresidente estadounidense Donald Trump, quien habría instado a ambas partes a reanudar el diálogo.
No obstante, el líder ucraniano advirtió la semana pasada que resulta “inútil” mantener contactos con la actual delegación rusa, a la que calificó de “cabezas vacías”, por su negativa a discutir siquiera un alto el fuego.
Mientras tanto, los combates continúan intensificándose. El lunes, Ucrania denunció un ataque aéreo récord con 479 drones lanzados por Rusia, en lo que autoridades locales calificaron como el mayor bombardeo contra la región de Rivne desde el inicio de la guerra. Según Moscú, el objetivo fue un aeródromo militar cercano a Dubno, como parte de una represalia por el ataque ucraniano del 1 de junio contra bases aéreas rusas ubicadas a cientos de kilómetros del frente.
Además, Kiev se atribuyó un ataque con drones contra una fábrica de componentes electrónicos en Rusia, presuntamente vinculada a la producción de piezas para drones militares. Las autoridades rusas reconocieron que la planta tuvo que suspender temporalmente su actividad.