La gestión de Javier Milei avanza con una transformación profunda del sistema de protección en la quinta de Olivos, la Casa Rosada y el Museo del Bicentenario. Incluye tecnología de punta, cambios en la instrucción de los soldados y un sistema antidrones.
En medio de un contexto internacional marcado por tensiones con Irán y recientes episodios de intrusiones, el Gobierno nacional lleva adelante una fuerte reforma en el esquema de seguridad presidencial. La iniciativa contempla la instalación de un nuevo sistema de cámaras de vigilancia en la residencia de Olivos, la Casa Rosada y el Museo del Bicentenario, en reemplazo de un circuito que tiene más de treinta años de antigüedad. Según informó Canal 12.
La licitación fue aprobada por la Secretaría General de la Presidencia, encabezada por Karina Milei, tras superar la revisión técnica de la Casa Militar. El proceso, que se mantuvo en reserva, concluyó con la adjudicación del sistema a una empresa nacional, pese a que una parte del estamento militar sugería optar por una firma estadounidense. El único requisito excluyente fue que las cámaras no tuvieran origen ruso. “No los queremos adentro de Olivos”, afirman desde el oficialismo.
El sistema actual, instalado durante la presidencia de Carlos Menem, tiene limitaciones severas: aunque las cámaras son de alta definición, la capacidad de almacenamiento es reducida y el contenido se borra automáticamente antes de los 30 días. Ese detalle fue clave en la causa judicial por las visitas a Olivos entre abril y agosto de 2021, cuando el Ejecutivo argumentó ante la Justicia que ya no disponía de los videos requeridos.
Nuevas cámaras y reconocimiento facial: el plan para profesionalizar el anillo interno de la Casa Rosada
Según allegados a la Presidencia, las nuevas cámaras llegarán en los primeros días de agosto y estarán operativas hacia mediados de mes. La empresa encargada del mantenimiento hasta ahora fue Automation Systems, propiedad del exteniente de Fragata Armando Raúl Mayora, cuyos servicios fueron contratados durante el gobierno de Alberto Fernández y cuyo vínculo contractual fue prorrogado por Karina Milei en marzo de 2024, por un monto de $30.360.000.
En paralelo, el Ejecutivo avanza con una reforma del tercer anillo de seguridad de la Casa Rosada, a cargo de soldados voluntarios que actualmente no portan armas. El plan contempla una mayor capacitación en defensa personal y manejo de armas no letales, como las pistolas “Byrna”, utilizadas por la Policía de la Ciudad. Este armamento dispara proyectiles de impacto cinético y permite desactivar amenazas a una distancia de hasta 20 metros.
El objetivo, aseguran en Balcarce 50, es “profesionalizar” al personal que vigila el interior del palacio presidencial. Incluso se proyecta reasignar a tareas administrativas a los soldados que no reúnan ciertas condiciones físicas.
Otro de los pilares de la reforma incluye la adquisición de un sistema de reconocimiento facial móvil, que integrará las bases de datos del Renaper, Migraciones y organismos de seguridad para detectar personas con antecedentes penales o investigadas por la Justicia. El sistema sería utilizado en actos públicos a los que asiste el presidente Javier Milei, quien suele ingresar a los eventos a través del público, una práctica que su equipo de seguridad define como “de alto riesgo”.
Fuentes oficiales indicaron que esta compra está siendo gestionada por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), dirigida por Sergio Neiffert. En la Casa Rosada califican la incorporación del sistema como “urgente”, y reconocen que la protección del mandatario incluye francotiradores estratégicamente ubicados.
Antidrones y controles diarios: el nuevo escudo aéreo y personal de la seguridad presidencial
La seguridad aérea también forma parte del rediseño. El Gobierno sumó un sistema antidrones y armamento específico para neutralizarlos, similar al que utiliza la Fuerza Aérea. La decisión fue tomada por Casa Militar luego de que al menos tres drones fueran detectados sobrevolando la quinta presidencial. También se registraron casos similares en el Congreso y en la embajada de Israel, donde los responsables fueron ciudadanos rusos que alegaron haber perdido los dispositivos.
En ese marco, el despacho presidencial será sometido a chequeos eléctricos y metálicos diarios, y el Presidente ya utiliza prendas de tejido antibalístico en algunas de sus jornadas de trabajo.
Además de la tecnología y el nuevo armamento, el Gobierno busca reducir los márgenes de error humano. Entre los casos que marcaron la necesidad de una revisión profunda figura el de 2024, cuando una mujer ingresó por una puerta lateral de la quinta de Olivos asegurando que tenía una reunión con el Presidente y logró correr por el predio antes de ser interceptada.
Las reformas apuntan a fortalecer a la Casa Militar, en medio de tensiones con los equipos de custodia de la Policía Federal Argentina. La nueva estrategia pone el foco en dotar de mejores herramientas, mayor autonomía y tecnología avanzada a quienes tienen a su cargo la seguridad presidencial, en un contexto político y diplomático que el propio Gobierno considera “sensible”.