Tras décadas de servicio, los cazas Súper Étendard que participaron activamente en el conflicto por las Islas serán dados de baja. La falta de repuestos, las restricciones internacionales y la obsolescencia técnica cierran el ciclo de estas aeronaves que marcaron una época.
Aviones de la Guerra de Malvinas. Los históricos cazas Súper Étendard, protagonistas de misiones clave durante el conflicto del Atlántico Sur en 1982, serán oficialmente dados de baja por la Armada Argentina. Estos aviones, adquiridos a Francia a fines de los años 70, fueron determinantes en el hundimiento de dos embarcaciones británicas durante la Guerra de Malvinas, marcando un hito en la aviación militar del país.
Retiro Súper Étendard tras sus misiones Exocet en Malvinas
Estos aviones protagonizaron una de las acciones más recordadas de la Fuerza Aérea Argentina durante el conflicto en Malvinas: el hundimiento del destructor HMS Sheffield y del buque de transporte Atlantic Conveyor, ambos mediante misiles Exocet. Según informa: Canal 26
Hoy, más de cuatro décadas después, la Armada decidió retirarlos del servicio activo. No por falta de utilidad estratégica, sino por una combinación de factores que los condenó a tierra: la imposibilidad de conseguir repuestos, las restricciones diplomáticas y el paso del tiempo.
Los Súper Étendard llegaron al país en 1981, fruto de una compra realizada a Dassault Aviation, la prestigiosa firma aeronáutica francesa. La Guerra de Malvinas encontró a estos aviones recién incorporados y con escasos recursos, pero aún así, bajo la coordinación del Comando de Aviación Naval, lograron concretar misiones que sorprendieron al mundo.
Repuestos Súper Étendard escasean y paralizan su modernización
Sin embargo, con los años, mantenerlos operativos se volvió una tarea titánica. A la falta de actualizaciones tecnológicas se sumó un problema aún más complejo: la imposibilidad de adquirir ciertos repuestos clave, como los asientos eyectables Martin Baker Mk 4A, fabricados en el Reino Unido, país que mantiene una política de embargo militar sobre Argentina desde el final del conflicto.
En 2018, se intentó revivir el espíritu de esta flota con la adquisición de cinco Súper Étendard Modernisé, una versión modernizada retirada de servicio por la Marina francesa. El contrato, de unos 14 millones de euros, prometía renovar capacidades militares con mejoras en radares, sistemas GPS, HUD digital y mayor capacidad de combate nocturno. Pero esos aviones tampoco pudieron volar: los mismos problemas logísticos y geopolíticos impidieron su activación.
Retiro Súper Étendard marcado por la falta de repuestos originales
La alternativa de conseguir repuestos a través de fabricantes secundarios como Task Aerospace, que produce componentes similares sin restricciones británicas, resultó insuficiente. Como señaló en su momento el ex ministro de Defensa, Jorge Taiana, también faltaban múltiples repuestos franceses cuya producción había sido discontinuada.
Más allá de sus cifras técnicas (una velocidad máxima de 1.200 km/h, un alcance de 1.800 km y capacidad para cargar misiles Exocet y bombas guiadas), los Súper Étendard representan un capítulo de historia nacional. Son emblemas de una generación de pilotos y mecánicos que enfrentaron desafíos técnicos y humanos con profesionalismo.
Su retiro marca el fin de una era. No se trata solo de aviones fuera de servicio, sino de íconos de la soberanía, la resistencia y la memoria. Es probable que muchos de estos ejemplares pasen a ser parte de museos o exposiciones militares, donde conservarán la pintura desgastada, las insignias argentinas y los nombres de quienes los tripularon en la guerra.