Italia vivió este lunes una jornada de paralización y violencia sin precedentes. Una huelga general en solidaridad con Gaza desencadenó graves disturbios en varias ciudades, dejando decenas de heridos y detenidos.
El punto más crítico se registró en la estación central de Milán, donde manifestantes vestidos de negro rompieron el cordón policial lanzando bombas de humo y piedras. La policía respondió con gas pimienta y cargas, resultando heridos 60 agentes. En Bolonia, protestantes bloquearon la autopista A14, mientras que en Roma más de 30.000 personas cortaron el tráfico frente a la estación Termini.
Parálisis nacional y adhesión multisectorial
La huelga de 24 horas convocada por sindicatos de base afectó severamente el transporte ferroviario, urbano y portuario. Puertos clave como Génova y Livorno fueron bloqueados, interrumpiendo el comercio marítimo. El sector educativo también registró una alta adhesión, con numerosos estudiantes y jóvenes participando en las movilizaciones que se extendieron por más de 70 ciudades italianas.
Reacciones políticas y condenas cruzadas
La primera ministra Giorgia Meloni condenó enérgicamente la violencia: «Estos actos no tienen nada que ver con la solidaridad». Por su parte, los organizadores justificaron la protesta como un acto necesario contra «la pasividad europea» frente al conflicto. El ministro del Interior calificó los incidentes como «un ataque deliberado contra las fuerzas policiales».
La jornada refleja la profundización de la grieta social en Italia respecto al conflicto en Gaza, marcando un punto de inflexión en las movilizaciones pro palestinas en Europa. Información extraída del medio Infobae.