El Gobierno nacional dispuso un nuevo incremento en el precio mínimo del biodiésel, marcando la segunda suba en apenas diez días que impactará directamente en el costo del gasoil.
La Resolución 377/2025 publicada en el Boletín Oficial fija el valor en $1.436.861 por tonelada, un aumento del 2% que busca responder al reclamo de las plantas productoras. Según información oficial del Ministerio de Economía, el ajuste refleja el aumento en dólares de insumos como el aceite de soja y el metanol.
Impacto directo en el precio del gasoil
El biodiésel está sujeto a un corte obligatorio del 7,5% en la mezcla con gasoil, por lo que cualquier modificación en su precio se traslada inmediatamente a la estructura de costos de las petroleras y, consecuentemente, a los surtidores. Esta segunda suba en tan poco tiempo evidencia la fuerte presión que existe sobre los precios de los combustibles en un contexto de alta volatilidad cambiaria y costos dolarizados.
Reclamos del sector productor y plazos de pago
Las empresas productoras de biocombustibles venían reclamando ajustes más significativos, argumentando que sus costos reales superaban ampliamente los precios oficiales. La Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (Cepreb) sostenía que el valor debería ser de $1.689.000 por tonelada. Como medida de alivio, la nueva resolución establece un plazo máximo de pago de siete días corridos para mejorar la liquidez de las plantas, varias de las cuales llevaban más de 15 días paralizadas.
Tensión en el sector por costos dolarizados
La cadena de biocombustibles enfrenta una situación crítica debido a que sus principales insumos -aceite de soja, metanol y energía- se cotizan en dólares. Esta dolarización de los costos productivos, combinada con un mercado interno regulado, genera tensiones constantes que se reflejan en ajustes frecuentes de precios y afectan la planificación del sector.
Los sucesivos aumentos en el precio del biodiésel reflejan la compleja ecuación que enfrenta el Gobierno para balancear los costos de producción con el impacto en el precio final de los combustibles, en un sector clave que continúa reclamando mayor previsibilidad financiera. Información extraída del medio Rio Negro.