Carta abierta a los medios de comunicación de Chubut
Al Legislativo, Al ejecutivo
Llamado a la comunidad
Nos dirigimos a ustedes como miembros de la Policía de la Provincia de Chubut, trabajadores cuyos rostros no siempre se ven, pero cuyas vidas están marcadas por la realidad de un sueldo que ya no alcanza. Este reclamo no es un pedido más: es un pedido de auxilio, una voz que exige ser escuchada, porque lo que está en juego es nuestra dignidad, nuestra salud, y en definitiva, la seguridad misma de la comunidad que servimos.
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Costos de vida: cifras que no mienten
El costo de la Canasta Básica Total para una familia tipo en Chubut se ubica muy por encima de lo que nosotros cobramos.
Las tarifas de servicios se han disparado: conocemos casos reales donde una factura de luz personal llegue a más de $250.000, solo luz, en un hogar modesto.
De acuerdo a los últimos datos del Observatorio de Economía de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, una familia tipo en ciudades de Chubut necesita más de $1.400.000 para cubrir la Canasta Básica Total, es decir, para no caer bajo la línea de pobreza.
En muchas zonas de la provincia, los alquileres de departamentos modestos arrancan en varios cientos de miles de pesos mensuales, dependiendo de la ubicación. En Puerto Madryn y Esquel, por ejemplo, departamentos de 2 ambientes promedian $550.000, y de 3 ambientes $812.500.
Estas realidades no son abstractas: son cuentas que se pagan cada mes, sacrificios diarios que no se ven ni se oyen, pero que duelen.
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Injusticia interna: administrativos vs seguridad
Ambos grupos estamos bajo el mismo Estado Policial: con responsabilidades diferentes, pero absolutamente necesarias, sin embargo, las diferencias de haber son indignantes: un agente administrativo con 21 años de servicio cobra prácticamente lo mismo que un agente de seguridad que apenas tiene 3 años de antigüedad. Esto significa que quien da décadas de lealtad, responsabilidad y horas de servicio, queda igualado salarialmente con quien aún está en los comienzos.
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Consecuencias reales del déficit salarial:
Muchos policías no pueden acceder a una alimentación adecuada: tener que escoger qué, cuándo y cómo comer. Comidas más baratas, menor variedad nutricional, conduce a problemas de salud:
anemia, deficiencias, sobrepeso por dietas basadas en hidratos baratos, enfermedades digestivas, metabólicas.
La salud mental sufre: estrés constante por no llegar a fin de mes, ansiedad, sensación de fracaso, vergüenza al no poder cumplir con obligaciones básicas. Hay casos que derivan en depresión, e incluso se conocen casos de suicidio cuando la angustia no encuentra salida.
Para poder cubrir lo imprescindible — vivienda, servicios, transporte, comida — muchos compañeros se ven obligados a buscar un segundo trabajo, a hacer guardias extra, o trabajos paralelos fuera de la fuerza policial. Esto genera cansancio extremo, falta de descanso, menor rendimiento tanto en lo profesional como personal, riesgo de errores o accidentes.
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Limitaciones para expresarnos
No tenemos una entidad gremial con verdadero poder de negociación. El COBIPOL existe, pero no ha logrado consolidarse como interlocutor efectivo ante el gobierno. No poseemos el reconocimiento formal que permita exigir mejoras de forma vinculante ni garantías de que nuestros reclamos serán escuchados sin que haya presión institucional o sanciones.
No podemos manifestarnos libremente, no podemos paralizar nuestras tareas: pues somos quienes debieran estar siempre presentes. Y el uso de manifestaciones masivas en uniforme nos costaría la destitución de la fuerza.
Conclusión (y un pedido urgente)
No pedimos limosna, ni favores. Pedimos lo que es justo. Pedimos un salario que refleje el costo real de vivir en Chubut hoy. Pedimos que nuestras vidas, las de quienes patrullan, quienes administran detrás de un escritorio, quienes arriesgan, sean valoradas como lo que somos: trabajadores fundamentales, seres humanos que tienen familias, sueños, obligaciones.
Si la Provincia no garantiza salarios dignos, está poniendo en riesgo no solo la estabilidad económica de quienes vestimos el uniforme, sino también la seguridad pública, porque ¿cómo esperar que un policía cansado, enfermo, preocupado por no poder pagar la luz llegue alerta a su turno?
Les exigimos: reconocimiento, reparación, justicia salarial. Que nuestras voces dejen de ser susurros silenciados. Que los medios visibilicen esto, que los ciudadanos comprendan la magnitud del problema, que quienes gobiernan sientan la urgencia.
Atentamente
Policías del Chubut