El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, generó un intenso debate internacional al plantear que Israel y Rusia no deberían participar en competiciones deportivas y culturales mientras persistan los conflictos en Gaza y Ucrania.
La declaración se produjo tras la suspensión de la última etapa de la Vuelta Ciclista a España por manifestaciones propalestinas en Madrid, y subraya la postura de España en defensa de los derechos humanos.
Sánchez afirmó en el Congreso que España debe ser un “ejemplo y orgullo ante la comunidad internacional” por su compromiso con la protección de los derechos humanos. Según Radio3, la suspensión de la etapa ciclista refleja un gesto de condena ante la violencia en Gaza y la invasión rusa a Ucrania.
El anuncio generó reacciones inmediatas en Israel. Gideon Saar, ministro de Exteriores israelí, acusó al presidente español de incitar las manifestaciones propalestinas que obligaron a suspender la competencia, aumentando la tensión diplomática.
Implicancias en eventos culturales y deportivos
El ministro de Cultura español, Ernest Urtasun, propuso que España considere no participar en Eurovisión 2026 si Israel no es vetada del certamen, que se celebrará en mayo en Viena. La decisión sobre la participación israelí podría someterse a votación en la próxima asamblea de la Unión Europea de Radiodifusión, programada para diciembre, abriendo un debate sobre la relación entre política internacional y eventos culturales.
Debate internacional y repercusiones
La iniciativa de Sánchez ha encendido la discusión sobre la influencia de los gobiernos en certámenes internacionales y competiciones deportivas. Su postura refleja la intersección entre política exterior y decisiones en el ámbito cultural y deportivo, y podría marcar un precedente para futuras sanciones o vetos en eventos globales.