Sojeros estadounidenses protestan contra Trump por aranceles mientras Argentina y Brasil incrementan sus exportaciones a China.
El sector sojero estadounidense enfrenta su peor crisis en años debido a la suspensión de compras de China en represalia a los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump. Desde mayo, el gigante asiático —principal cliente de la soja estadounidense— no adquirió ni un solo cargamento y redirigió sus compras hacia proveedores alternativos como Argentina y Brasil.
Hasta el año pasado, China absorbía cerca de una cuarta parte de toda la soja producida en Estados Unidos. En 2024, el país exportó soja por u$s24.500 millones, de los cuales más de u$s12.500 millones correspondieron a ventas a China. En comparación, la Unión Europea —segundo mercado más importante— importó apenas u$s2.450 millones.
“Esta es una alarma para nuestra industria”, advirtió Caleb Ragland, directivo de la Asociación Americana de la Soja, al señalar que el temor no se limita a la cosecha actual sino que pone en duda la sustentabilidad del negocio a largo plazo si no se recompone el vínculo comercial con Beijing.
Aranceles y pérdida de competitividad / H3
La administración de Xi Jinping impuso una tasa de hasta 34% a la soja estadounidense, encareciendo su precio frente a la producción sudamericana. La medida también alcanzó a otros cultivos estratégicos como sorgo, maíz y algodón. Para los productores de EE.UU., la consecuencia fue la pérdida de su mercado más rentable de exportación.
Jim Sutter, director ejecutivo del Consejo de Exportación de Soja de EE.UU., expresó su preocupación: “Honestamente, me preocupa que se esté acabando el tiempo”, refiriéndose a que la cosecha ya está en marcha sin un horizonte de resolución.
A pesar de cuatro rondas de negociaciones bilaterales entre mayo y septiembre, el capítulo agrícola sigue sin avances. La Casa Blanca deslizó la posibilidad de un nuevo paquete de ayuda para compensar las pérdidas, similar al aplicado en la primera presidencia de Trump, con millonarias transferencias directas.
Sin embargo, muchos productores rechazaron esa alternativa. “No queremos pagos de ayuda, queremos trabajar. Lo peor que podríamos desear es una limosna”, sostuvo Brian Warpup, agricultor de cuarta generación en Indiana.
Argentina y Brasil, grandes beneficiados / H3
Mientras los agricultores del cinturón sojero norteamericano presionan a la Casa Blanca, Argentina y Brasil se consolidan como los grandes beneficiados: ampliaron sus exportaciones de poroto y derivados de soja al mercado chino, en el marco de la estrategia de diversificación de proveedores de Beijing para garantizar su seguridad alimentaria.
La situación refleja un cambio estratégico en el comercio global de soja, donde la crisis estadounidense abre oportunidades significativas para los países sudamericanos, consolidando su posición como líderes en el suministro del cultivo más demandado por China. Según informó Ámbito.