El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, elogió este martes (28 de octubre de 2025) las “señales positivas” enviadas por el nuevo gobierno de Japón durante una conversación telefónica con su homólogo Toshimitsu Motegi.
Pekín considera que el cambio político en Tokio abre la posibilidad de fortalecer los vínculos bilaterales tras años de tensiones diplomáticas.
Según informó la Cancillería china, Wang insistió en la importancia de mantener una relación “constructiva, estable y estratégica de beneficio mutuo”, destacando que ambos países deben “reforzar los cimientos políticos” de su vínculo y “encaminarlo por el camino correcto”.
Un llamado a la cooperación en un contexto global complejo
El diálogo telefónico coincidió con la visita oficial del presidente estadounidense Donald Trump a Japón, un marco que otorga relevancia geopolítica a la comunicación entre Pekín y Tokio.
Wang subrayó la “consistencia y estabilidad” de la política china hacia Japón, e instó al nuevo Ejecutivo encabezado por la primera ministra Sanae Takaichi a comenzar con buen pie su etapa diplomática.
El funcionario también resaltó el “importante significado” de los contactos de alto nivel, lo que fue interpretado por analistas locales como una señal de apertura hacia una posible reunión entre Xi Jinping y Takaichi en los próximos meses.
Japón asegura que no busca desacoplarse de China
Por su parte, Motegi destacó la “gran importancia” que la primera ministra Takaichi otorga a la relación bilateral, y aseguró que Japón “nunca ha pretendido desacoplarse económicamente ni cortar las cadenas de suministro con China”.
El ministro japonés remarcó su deseo de “mejorar los intercambios a todos los niveles, aumentar la cooperación y manejar las diferencias de manera adecuada”.
Aunque no se detallaron los “asuntos específicos” abordados durante la llamada, la Cancillería china confirmó que el encuentro sirvió para revisar temas pendientes y proyectar una agenda común.
Viejas tensiones que aún condicionan la relación
Entre los factores que han deteriorado los vínculos entre ambos países se encuentra la prohibición china de importar productos del mar japoneses, medida adoptada en 2023 tras el vertido del agua tratada de la planta nuclear de Fukushima y levantada recientemente.
Además, persisten las disputas territoriales en el Mar de China Meridional, un punto de fricción constante. Pekín sigue observando con cautela la política de defensa japonesa, a la que vincula con el recuerdo de las invasiones a China durante la Segunda Guerra Mundial.
El Gobierno chino ha criticado en reiteradas ocasiones lo que considera una postura revisionista de Tokio frente a los crímenes del pasado, un tema que ha dificultado durante décadas la plena normalización de las relaciones.
Perspectivas para una nueva etapa
A pesar de los desencuentros históricos, ambas naciones parecen dispuestas a iniciar una etapa de diálogo más pragmática. Para China, el tono moderado del nuevo gobierno japonés representa una oportunidad para avanzar en cooperación económica y diplomática en un momento clave para el equilibrio asiático.
El desafío, coinciden analistas, será mantener la estabilidad regional sin dejar de lado los temas sensibles que aún dividen a las dos potencias. La información fue publicada originalmente por el medio DW.




