El país se encuentra entre los de mayor consumo mundial de sal y azúcar, con cifras alarmantes que duplican las recomendaciones de la OMS.
La Argentina se posiciona entre los países con mayor consumo de sal y azúcar del mundo, con hábitos alimentarios que preocupan a especialistas y organismos de salud. La disminución en la ingesta de frutas y hortalizas, sumada al aumento de productos ultraprocesados, agrava el escenario. Promover una dieta equilibrada y estilos de vida activos es clave para prevenir enfermedades cardiovasculares.
Consumo de azúcar en niveles alarmantes
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Argentina, Chile y México encabezan la lista de ventas anuales per cápita de productos ultraprocesados en la región. En este marco, Argentina ocupa el cuarto lugar mundial en consumo de azúcares, alcanzando alrededor de 150 gramos diarios por persona, tres veces más que el máximo recomendado de 50 gramos. Las bebidas azucaradas representan el 40% de este total, constituyéndose en un factor de riesgo prioritario.
La sal, otro enemigo cotidiano
En paralelo, el consumo de sal también supera ampliamente los valores aconsejados. Mientras la recomendación internacional es de 5 gramos diarios, los argentinos ingieren en promedio 11 gramos al día. Este cálculo ni siquiera contempla la sal añadida durante la cocción, lo que refleja un consumo real todavía mayor y preocupante en la región.
Impacto en la salud cardiovascular
Según la Federación Argentina de Cardiología (FAC), los hábitos de vida actuales tienen un impacto directo en la mortalidad y morbilidad. Bajo la campaña internacional “Cada latido cuenta”, la entidad remarcó que hasta el 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares (ECV) son prevenibles. La detección temprana de factores de riesgo, el acceso oportuno a atención médica y la disponibilidad de información clara son elementos esenciales para la prevención.
La información, según informó Cure Compass, también alerta sobre el impacto del sedentarismo y el exceso de peso, que potencian el riesgo de patologías como diabetes, accidentes cerebrovasculares (ACV) y diferentes tipos de cáncer.
Educación, testimonios y comunidad
En este marco, la FAC impulsa una campaña educativa que incluye testimonios de pacientes que lograron mejorar su salud cardiovascular con cambios de hábitos. Estos relatos se difundirán en el canal de YouTube @ComunidadFAC, donde se busca inspirar a otras personas.
El presidente de la FAC, Diego Echazarreta, destacó:
“Es nuestra obligación sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de adoptar hábitos saludables como estrategia clave para prevenir enfermedades cardiovasculares y mejorar la calidad de vida de nuestras futuras generaciones”.
Por su parte, el cardiólogo Diego Martínez Demaria agregó:
“A través del poder del testimonio y la educación, buscamos construir una comunidad informada, empoderada y comprometida con el corazón. Sabemos del poder multiplicador de las redes. Por eso también alentamos a las personas a sacarse una foto realizando alguna actividad y compartirla en Instagram etiquetando @comunidafac”.
El desafío de cambiar hábitos
La evidencia científica demuestra que la actividad física regular, junto a una alimentación rica en carnes, frutas y verduras frescas, y la reducción en el consumo de azúcares, sal y ultraprocesados, son herramientas efectivas no solo para prevenir, sino también para mejorar la salud cardiovascular en personas que ya presentan factores de riesgo.
El alto consumo de sal y azúcar en Argentina refleja una problemática social y sanitaria que requiere atención urgente. Modificar la dieta y promover la actividad física son claves para revertir estas estadísticas y cuidar la salud de las próximas generaciones.