El conflicto pesquero vuelve a agitar las aguas en Rawson. La Delegación del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) decidió este jueves no firmar el acuerdo salarial alcanzado por Capitanes, Siconara y Patrones, luego de una asamblea en la que prevaleció por mayoría el rechazo a la oferta de la Cámara de la Flota Amarilla de Chubut (CAFACh).
En una votación ajustada, los marineros optaron por seguir negociando y reclamar un valor de entre 1300 y 1350 pesos por kilo de langostino, por encima de lo ofrecido por el sector empresario. La postura rompe la unidad sindical alcanzada días atrás y abre un nuevo frente de incertidumbre para la actividad pesquera provincial. De acuerdo con LA17.
Según trascendió, la decisión del SOMU impide por ahora el inicio de la prospección del langostino en aguas provinciales, ya que la Secretaría de Pesca del Chubut advirtió que no se fijará fecha de apertura mientras no estén todas las paritarias firmadas. La medida busca evitar conflictos a bordo y garantizar condiciones de trabajo uniformes en toda la flota.
“No queremos perder más tiempo, pero tampoco firmar a cualquier precio”, señaló uno de los delegados tras la asamblea, que se realizó con alta participación en el puerto capitalino. El debate expuso dos visiones: una que defendía la necesidad de cerrar el acuerdo y salir a trabajar, y otra que reclamaba mejorar la grilla de valores ante el aumento de los costos y la pérdida del poder adquisitivo.
El grupo mayoritario impuso su postura y pidió a la conducción gremial retomar las negociaciones con CAFACh para conseguir un nuevo esquema salarial que contemple la diferencia pretendida. “Queremos que se reconozca el esfuerzo de la tripulación. El langostino vale más y lo que pedimos es justo”, sostuvieron algunos marineros durante la votación.
Mientras tanto, el sector empresario mostró preocupación por el posible retraso de la temporada, que afecta no solo a las tripulaciones sino también a la estiba, el transporte y las plantas de procesamiento que dependen del inicio de la zafra. “Cada día sin barcos en el mar es un golpe a toda la cadena productiva”, comentó un armador local.
La tensión también se trasladó a los otros sindicatos que ya firmaron el acuerdo con la CAFACh. Desde Capitanes, Siconara y Patrones remarcaron que su decisión buscó “garantizar la continuidad laboral” y evitar una paralización del sector. Sin embargo, la falta de consenso gremial complica la aplicación uniforme de los nuevos valores y deja en suspenso la fecha de apertura.
En paralelo, algunos marineros que apoyan la firma del acuerdo original advirtieron que no quieren perder ni un solo día de trabajo y que están dispuestos a embarcarse de inmediato. “Hay compañeros que necesitan trabajar ya, no pueden esperar una negociación eterna”, expresaron, evidenciando la fractura interna dentro del sindicato.
El conflicto amenaza con extenderse más allá del muelle, ya que la actividad portuaria en Rawson impacta directamente sobre la economía local, en especial sobre los obreros de planta, estibadores, transportistas y proveedores. Una postergación del inicio de temporada dejaría a cientos de familias sin ingresos por tiempo indefinido.
Desde la Secretaría de Pesca insistieron en que no habrá prospección hasta que todas las partes lleguen a un acuerdo definitivo. La negociación continuará en los próximos días, aunque el margen se acorta: noviembre marca el límite técnico para iniciar las tareas antes de la ventana biológica de pesca.
“Es un momento delicado para todos, pero el diálogo tiene que primar”, confió una fuente del Ejecutivo provincial. Si no hay avances, la flota podría permanecer amarrada, generando un fuerte impacto en la producción y el empleo pesquero del valle inferior del Chubut.
Por ahora, el SOMU mantiene su reclamo firme, los empresarios buscan una salida consensuada y la provincia intenta evitar que la tensión sindical se transforme en un conflicto mayor. El futuro de la temporada de langostino depende de un acuerdo que aún parece lejos de cerrarse.