En agosto, la morosidad de los argentinos alcanzó niveles récord en 15 años, afectando a familias y empresas.
La morosidad en los hogares argentinos volvió a incrementarse durante agosto, llegando al 6,6% sobre el total de los créditos bancarios, según informó el Banco Central de la República Argentina. Este nivel marca un nuevo récord en los últimos 15 años y evidencia una tendencia alcista de 10 meses consecutivos.
El informe del organismo presidido por Santiago Bausili precisó que el índice de irregularidades sobre préstamos y tarjetas de crédito subió 0,9% respecto a julio. En el caso de las empresas, la morosidad se ubicó en 1,4%, lo que representa un aumento de 0,2 puntos porcentuales, alcanzando su nivel más alto desde 2024.
Familias y empresas frente a un récord de morosidad
Esta situación refleja el complejo escenario económico que enfrenta la sociedad argentina, caracterizado por elevadas tasas de interés y salarios reales acotados, que impactan directamente en la capacidad de pago de familias y compañías.
Tasas de interés récord y un crédito “insostenible”
El acceso al crédito para empresas y hogares se volvió más difícil debido a los recientes incrementos en las tasas de interés en pesos, consecuencia de cambios en la política monetaria implementados a mediados de año. Entre ellos, destaca la eliminación de las Letras de Financiamiento (LeFIs) y la adopción de un esquema basado en el control de agregados monetarios, avalado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Estas modificaciones provocaron una volatilidad marcada en las tasas y alteraron drásticamente las condiciones de financiamiento. Según datos del BCRA, los adelantos en cuenta corriente alcanzaron una Tasa Nominal Anual (TNA) de 191%, equivalente a una Tasa Efectiva Anual (TEA) de 551%, el nivel más alto desde 2009.
Al proyectar una inflación esperada entre 20% y 25%, el costo financiero real se sitúa cerca del 440% anual, lo que implica que para una empresa, un crédito para gastos corrientes podría duplicar su saldo en apenas cuatro meses.
Impacto social y económico
El aumento sostenido de la morosidad no solo refleja la dificultad de pago de los hogares y pymes, sino que también alerta sobre la sostenibilidad del sistema financiero en un contexto de altas tasas de interés y limitada capacidad adquisitiva. La situación evidencia la necesidad de políticas económicas que equilibren el acceso al crédito con la estabilidad financiera de la población, según informó C5N.