El portaaviones USS Gerald Ford, el más moderno y poderoso de la flota estadounidense, se dirige al mar Caribe en una maniobra que reaviva las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela
El movimiento militar, anunciado por el Pentágono, genera preocupación en la región por su magnitud y por los posibles fines estratégicos detrás del despliegue.
Un despliegue que reconfigura el mapa militar del Caribe
Según Radio3, el Departamento de Guerra de EE.UU. confirmó que el Gerald Ford y su grupo de ataque se trasladan desde el Mediterráneo hacia la jurisdicción del Comando Sur, responsable de las operaciones militares estadounidenses en América Latina.
La decisión se da en medio de un incremento de patrullajes y operativos navales en aguas cercanas a Venezuela y Colombia, donde recientemente se denunciaron ataques a embarcaciones sospechadas de transportar drogas.
Expertos aseguran que este despliegue constituye el movimiento militar más importante en el Caribe desde la invasión a Panamá en 1989, marcando un nuevo punto de tensión en la relación bilateral entre Caracas y Washington.
Estados Unidos busca “presión estratégica” sobre el régimen de Maduro
El profesor Eric Hershberg, fundador del Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la American University, explicó que el traslado del portaaviones tiene una fuerte carga simbólica.
“Más que una acción militar inminente, es una demostración de poder performática que busca generar divisiones dentro del régimen de Maduro y aumentar la presión interna”, afirmó el académico.
Por su parte, Stephen Biddle, experto en política de defensa de la Columbia University, señaló que la ubicación exacta del Ford es incierta debido a que los buques pueden desactivar sus transmisores. Sin embargo, estimó que podría arribar a la zona caribeña “en cuestión de días”.
Un mensaje político con impacto internacional
El Pentágono sostiene que el objetivo principal del despliegue es reforzar las operaciones contra el narcotráfico, aunque analistas interpretan que también busca intimidar al ejército venezolano y condicionar los movimientos del gobierno de Nicolás Maduro.
“El gesto tiene múltiples lecturas: disuasión, demostración de fuerza y advertencia geopolítica”, explicó Hershberg.
La flota que acompaña al portaaviones incluye destructores, un submarino nuclear y aviones de combate, lo que eleva significativamente el poder de fuego estadounidense en la región.
Venezuela y la región observan con cautela
Desde Caracas no se emitieron declaraciones oficiales, aunque fuentes diplomáticas señalaron que el gobierno sigue “de cerca cada movimiento estadounidense”.
Los países del Caribe y Sudamérica mantienen vigilancia ante un escenario que podría escalar si se producen nuevos incidentes marítimos o sobrevuelo de aeronaves militares.
El arribo del Gerald Ford al Caribe marca un nuevo capítulo en las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, en un contexto global atravesado por disputas energéticas y estrategias de influencia regional. Aún no se sabe si se trata de una simple muestra de fuerza o del preludio de un conflicto mayor, pero el mensaje político ya fue recibido por toda la región.




