El consumo volvió a mostrar señales de debilidad durante septiembre, con caídas significativas tanto en autoservicios mayoristas como en supermercados
Los datos oficiales del Indec revelan un retroceso generalizado en las ventas a precios constantes, en un contexto de pérdida de poder adquisitivo y ajuste en los hábitos de compra.
Según C5N, la baja fue más marcada en mayoristas, mientras que los supermercados también reflejaron una contracción interanual.
Caída pronunciada en autoservicios mayoristas
El Índice de ventas a precios constantes en mayoristas mostró en septiembre una caída interanual del 13,1%, mientras que en la comparación mensual el retroceso fue de 5,2%.
En el acumulado entre enero y septiembre, el sector registra una baja del 7,4%, evidenciando una tendencia negativa sostenida.
Los datos desestacionalizados también mostraron un descenso del 5,2% respecto de agosto, mientras que la serie tendencia-ciclo marcó una variación negativa del 1,5%.
A precios corrientes, las ventas alcanzaron $287.852,7 millones, lo que refleja un aumento nominal del 7,9% interanual, impulsado mayormente por subas en rubros como:
- Carnes: +29,9%
- Panadería: +15,6%
- Bebidas: +13,3%
- Almacén: +12,4%
Supermercados también registran retrocesos
En los supermercados, las ventas a precios constantes retrocedieron 0,8% interanual, aunque el período enero-septiembre muestra un crecimiento acumulado del 2,7% respecto de 2024.
En la comparación mensual, la baja fue más moderada:
- 0,2% en la serie desestacionalizada
- 0,4% en la tendencia-ciclo
A precios corrientes, las ventas sumaron $1.962.363 millones, con un incremento interanual del 23,8%, muy por debajo de la inflación del período, lo que marca una pérdida en términos reales.
Los rubros con mayores aumentos nominales fueron:
- Indumentaria, calzado y textiles para el hogar: +53,4%
- Carnes: +45,2%
- Alimentos preparados y rotisería: +35,2%
- Otros: +34,8%
Los datos de septiembre confirman que el consumo continúa bajo presión, con caídas que afectan tanto a los mayoristas como a los supermercados. A pesar de los aumentos nominales, la pérdida en términos reales refleja un escenario marcado por la caída del poder adquisitivo y la retracción del gasto en los hogares argentinos.




