La Comisión Nacional de Valores amplió el acceso al mercado de capitales para adolescentes a partir de los 13 años, mediante una resolución que busca promover la educación financiera con supervision adulta.
La medida, publicada en el Boletín Oficial, representa un cambio significativo en la regulación financiera argentina, permitiendo por primera vez que los adolescentes realicen inversiones más allá de los tradicionales fondos money market. Según informó la Agencia Noticias Argentinas, la Resolución General N° 1091 fue oficializada este jueves por el organismo que preside Roberto Silva.
Ampliación de las opciones de inversión
Hasta ahora, los adolescentes solo podían invertir en Fondos Comunes de Inversión Money Market, instrumentos conservadores similares a plazos fijos. Con la nueva normativa, los jóvenes desde los 13 años podrán suscribir cuotapartes de FCI abiertos que incluyan bonos, acciones y otros instrumentos financieros de mayor complejidad. Esta ampliación busca acercar a las nuevas generaciones al mercado de capitales de manera progresiva y educativa.
Los límites y la supervisión requerida
La resolución establece importantes salvaguardas para proteger a los inversores jóvenes. Los adolescentes no podrán acceder a fondos comunes de inversión cerrados ni a aquellos destinados exclusivamente a «Inversores Calificados», considerados de mayor riesgo. Además, la CNV enfatiza que estas operaciones deben realizarse con «supervisión adecuada e intervención responsable de adultos», garantizando que los jóvenes comprendan los riesgos asociados.
El objetivo educativo de la medida
Al fundamentar la decisión, el presidente de la CNV, Roberto Silva, destacó que «el acceso temprano y guiado a herramientas de ahorro e inversión fomenta hábitos responsables». Asimismo, afirmó que esta medida promueve la autonomía económica y, al mismo tiempo, acerca a las nuevas generaciones a un mercado más moderno y participativo. Cabe señalar que esta iniciativa no es aislada, sino que se enmarca dentro de una estrategia integral de educación financiera. En consecuencia, su objetivo principal es preparar a los jóvenes para una administración responsable del dinero.
En definitiva, esta transformación regulatoria representa un verdadero hito en la inclusión financiera de las nuevas generaciones. Por un lado, logra equilibrar la promoción de una cultura inversora con la indispensable protección de los menores. Este equilibrio es especialmente crucial en un contexto donde las finanzas personales están ganando, progresivamente, una relevancia cada vez mayor dentro de la formación integral de los jóvenes.




