La controversia por el título otorgado a Rosario Central como «campeón de la Liga 2025» generó nuevas críticas, esta vez apuntando directamente a la responsabilidad de los jugadores y especialmente a Ángel Di María por su rol en la aceptación del polémico trofeo.
Analistas señalan que el club debería devolver la copa para recomponer su imagen en el fútbol argentino.
La responsabilidad de los jugadores en el conflicto
Según el análisis publicado por TyC, mientras se destaca el gesto de los jugadores de Estudiantes al dar la espalda en el pasillo de campeón, también existe una cuota de responsabilidad en los futbolistas de Central. «Los jugadores de Central salieron al balcón y mostraron la copa en la cancha cuando pudieron haberse negado», señala el medio especializado, cuestionando la actitud del plantel ante una situación que generó amplio rechazo.
El papel de Di María en la polémica
El análisis apunta específicamente a Ángel Di María, quien «fue a buscar la copa en silencio, la metió en una camioneta, se sacó una foto y volvió a Rosario sin avisarle a nadie». Esta actitud genera particular decepción considerando su trayectoria y estatus en el fútbol argentino. El exjugador de la selección nacional, sabiendo las circunstancias controversiales del título, decidió igualmente participar activamente en la recepción del trofeo.
La solución ética: devolver el trofeo
El texto plantea que «la única manera en que hoy Central se puede amigar con el mundo del fútbol es devolviendo la copa». Aunque reconoce que es una medida improbable, sostiene que por ser «una enorme institución, con una gran historia», el gesto de devolución sería fundamental para recomponer la confianza y la ética deportiva. De lo contrario, advierte, Central corre el riesgo de transformarse en un club cuestionado como otros que han generado polémicas recientes.
La polémica trasciende lo administrativo y se instala en el terreno de la ética deportiva, donde jugadores e instituciones enfrentan el desafío de equilibrar logros deportivos con valores que mantengan la credibilidad del fútbol argentino.




