Racing avanzó con un 3-2 agónico y dejó a River pendiente de otros resultados para soñar con la Libertadores
En un cierre dramático, Racing venció 3 a 2 a River en el último minuto y avanzó a los cuartos de final del Torneo Clausura. El Millonario, que había logrado recuperarse parcialmente gracias al comodorense Ian Subiabre, volvió a perder y quedó a la espera de otros resultados para aspirar al repechaje de la Copa Libertadores. La información fue extraída del medio El Comodorense.
Racing golpeó de entrada y River reaccionó tarde
Racing arrancó mejor y sorprendió rápidamente: a los 4 minutos, Solari abrió el marcador tras una jugada punzante que descolocó a la defensa millonaria. River, lejos de responder en el primer tiempo, se mostró impreciso y sin ritmo, lo que obligó a Marcelo Gallardo a replantear el esquema de cara al complemento.
El ingreso de Subiabre cambió el partido
En el segundo tiempo, Gallardo recurrió a los cambios e hizo ingresar a Juanfer Quintero y al joven comodorense Ian Subiabre. El movimiento dio resultado: Subiabre igualó el encuentro a los 62 minutos y se convirtió en la chispa emocional que necesitaba el equipo. Apenas dos minutos después, Quintero dio vuelta el marcador y encendió la ilusión de River.
El final fue un golpe devastador para el Millonario
Pero la alegría duró poco. A los 73′, Martínez Quarta marcó en contra y niveló nuevamente el trámite. Cuando todo parecía encaminado hacia el tiempo suplementario, Racing encontró la jugada decisiva: en el tercer minuto adicionado, Martirena convirtió el 3 a 2 definitivo y selló el pase a la siguiente instancia.
El resultado profundiza la mala racha de River, que no logró títulos en el año y ahora depende de que Boca, Estudiantes o Argentinos se consagren campeones para mantener chances de ingresar al repechaje de la Libertadores.
Con una actuación cargada de dramatismo, Racing avanzó a cuartos y dejó a River sumido en una crisis deportiva que parece no tener fin. Mientras tanto, el Millonario deberá mirar de reojo los resultados ajenos para no cerrar el año con un golpe todavía mayor.




