El presidente estadounidense Donald Trump está ejecutando un notable cambio de estrategia hacia América Latina, combinando despliegues militares, apoyo financiero a aliados y una clara advertencia a China.
Este giro marca un contraste con el relativo desinterés que mostraron administraciones anteriores, incluido su primer mandato.
Las Acciones Concretas del Nuevo Enfoque
La nueva política de Trump hacia la región incluye medidas sin precedentes. Ordenó un masivo despliegue militar en el Caribe con bombardeos a presuntos barcos narcotraficantes, concedió un auxilio financiero de US$20.000 millones a la Argentina de Javier Milei e impuso aranceles del 50% a Brasil. «Nos estamos centrando mucho en Sudamérica y estamos consiguiendo un fuerte control en muchos sentidos», declaró Trump públicamente, según la información original del medio BBC Mundo. Este enfoque activo contrasta con el «giro hacia Asia» de Obama o las guerras en Ucrania y Gaza que ocuparon a Biden.
El Objetivo China en el Fondo del Cambio
Analistas coinciden en que detrás de este reposicionamiento está la competencia estratégica con China. Monica de Bolle, investigadora del Instituto Peterson, explica: «Sudamérica se volvió en los últimos años una zona de influencia de China y Trump está intentando revertir ese cuadro». Durante la visita de Milei a la Casa Blanca, Trump fue claro sobre los límites: «Pueden hacer algo de comercio con China, pero no se debe ir más allá. Ciertamente no se debe hacer nada que tenga que ver con lo militar». China se ha convertido en el mayor socio comercial de la región, superando a EE.UU.
El Factor Ideológico y las Tensiones Regionales
El gobierno estadounidense también muestra una clara preferencia por aliados ideológicos. Trump destacó que prestó atención a Milei desde antes de su elección «cuando se mostró muy conservador» y lo calificó como «seguidor incondicional de MAGA». Paralelamente, mantiene tensiones con gobiernos de izquierda como Venezuela de Maduro, a quien acusa de narcotráfico, y Colombia de Petro, a quien sancionó. Aunque esta semana Trump se reunió con Lula da Silva en Malasia, mantiene vigentes los aranceles impuestos a Brasil.
Este reposicionamiento estadounidense representa el intento más significativo en décadas por recuperar influencia en una región que había quedado en un segundo plano en la política exterior de Washington, aunque expertos advierten sobre los desafíos de revertir la profunda presencia china establecida durante años. Información extraída del medio BBC.




