Washington fue escenario de un giro diplomático sin precedentes este lunes cuando el presidente estadounidense Donald Trump recibió en la Casa Blanca a su par sirio Ahmed al Sharaa, antiguo comandante del grupo vinculado a Al Qaeda, en un encuentro que marca el inicio de una nueva etapa en las relaciones bilaterales.
La reunión, celebrada en el Despacho Oval de forma privada sin acceso a prensa, culminó con la adhesión formal de Siria a la Coalición Global para Derrotar al ISIS. Según informó el medio internacional EL MUNDO, Trump comentó sobre el mandatario sirio: «Me cae bien, es un tipo duro», reflejando el sorprendente cambio en la postura estadounidense.
De enemigo a aliado estratégico
Reconfiguración del equilibrio geopolítico
El encuentro entre ambos mandatarios no solo normaliza las relaciones bilaterales sino que redefine el equilibrio de poder en Oriente Medio. La cooperación militar entre Estados Unidos y Siria, que venía desarrollándose en meses anteriores, encuentra su punto culminante con esta visita oficial que rompe con décadas de hostilidad.
La agencia de noticias internacionales destacó que este acercamiento se produce en un contexto de reorganización de alianzas en la región, donde antiguos adversarios buscan nuevos puntos de convergencia frente a amenazas comunes y cambios en el escenario geopolítico global.
Este histórico encuentro entre Trump y al Sharaa sienta las bases para una nueva era en las relaciones entre Washington y Damasco, demostrando cómo los intereses estratégicos pueden transformar enemistades profundas en alianzas inesperadas.




