Llegar preparado para el verano tiene un precio cada vez más alto. Un relevamiento especial revela que una familia tipo necesita casi un millón de pesos para adquirir una canasta básica de 33 productos esenciales para la temporada.
Este paquete, que incluye desde indumentaria y protectores solares hasta artículos de pileta, refleja un aumento general del 12% interanual, aunque con incrementos que van desde el 48% hasta caídas del 32% según el rubro.
Según Noticias Argentinas (NA), el costo total de esta canasta asciende a $984.319. El estudio retrata una dinámica de mercado compleja, donde algunos artículos estacionales sufrieron fuertes ajustes, mientras que otros se volvieron más accesibles para los consumidores.
Trajes de baño, gorras y cremas: los productos que más se encarecieron
El rubro de la indumentaria y el cuidado personal lideró las subas más pronunciadas. El producto que más aumentó fue el traje de baño para mujer, con una escalada del 48% en su precio respecto del verano pasado. Le siguen muy de cerca las gorras infantiles y las cremas hidratantes, ambos con un aumento del 43%. Estos incrementos significativos reflejan no solo presiones inflacionarias generales, sino también la lógica de la demanda estacional y el impacto de los costos en textiles y cosmética.
Alivios inesperados: inflables y toallones registran bajas de precio
No todas las noticias fueron negativas para el bolsillo. El estudio identificó varios productos que experimentaron importantes descensos, ayudando a moderar el incremento total de la canasta. Los inflables para agua lideran esta tendencia a la baja, con una caída del 32% en su precio. Otros alivios llegaron con los toallones, que bajaron un 13%, y los insecticidas en aerosol, con una reducción del 10%. Estas bajas pueden atribuirse a excedentes de stock, competencia entre marcas y un cambio en los hábitos de consumo.
Un verano de consumo racional y búsqueda de alternativas
El panorama de precios dispar está moldeando un comportamiento del consumidor más cauteloso y estratégico. Según el informe, las familias atraviesan este verano con decisiones de gasto más racionales. Esto implica una mayor planificación, la comparación exhaustiva de precios entre comercios y la búsqueda activa de alternativas más económicas (como reutilizar artículos de temporadas anteriores o elegir marcas genéricas). El objetivo es claro: sostener el descanso y las actividades recreativas estivales sin desbordar un presupuesto ya tensionado por la inflación.
El informe sobre la canasta de verano es un termómetro claro de la economía familiar argentina. Muestra un escenario de contrastes, donde los aumentos estratosféricos en algunos ítems conviven con bajas significativas en otros.
Este mosaico de precios está forzando a los consumidores a adoptar un rol más activo y analítico en sus compras, priorizando la optimización del presupuesto por sobre el consumo impulsivo. El desafío para las familias será navegar estas disparidades para poder disfrutar del merecido descanso estival.




