La líder opositora venezolana María Corina Machado anunció este jueves en Oslo que planea llevar su Premio Nobel de la Paz de regreso a Venezuela, aunque se negó a especificar cuándo podrá concretar ese ansiado retorno.
Este anuncio se produce tras una ceremonia en la que, por razones de seguridad, fue su hija quien recibió la medalla en su nombre.
La información sobre el viaje encubierto y las declaraciones de Machado ha sido reportada por el medio internacional Deutsche Welle (DW).
“Lo llevaré de vuelta a Venezuela en el momento oportuno”
Desde el Parlamento noruego, conocido como Storting, María Corina Machado se dirigió a la prensa con un mensaje claro pero cauteloso. «Vine a recibir el premio en nombre del pueblo venezolano y lo llevaré de vuelta a Venezuela en el momento oportuno. Por supuesto, no diré cuándo». Con estas palabras, la galardonada conectó el prestigioso reconocimiento internacional con su lucha interna y dejó en suspense su próximo movimiento.
Este anuncio corona una llegada épica a Oslo. Para recibir el premio, Machado realizó un peligroso viaje encubierto desde Venezuela. Según reportes, su escape incluyó sortear múltiples controles de seguridad y una travesía en una lancha de madera desde un pueblo pesquero. Su presencia en Noruega solo se confirmó después de que su hija, Ana Corina Sosa, recibiera el galardón y leyera su discurso de aceptación durante la ceremonia oficial del miércoles.
Un regreso deseado, pero lleno de riesgos y desafíos
Machado fue contundente al afirmar su intención de volver, a pesar de los evidentes peligros. En declaraciones previas a la BBC, afirmó: «Por supuesto que voy a regresar. Sé exactamente los riesgos que corro». Estos riesgos son muy concretos: el gobierno de Nicolás Maduro la acusa de delitos como conspiración y terrorismo, y el fiscal general venezolano había advertido que sería considerada fugitiva si viajaba a Noruega.
Su postura frente al régimen de Caracas no ha cambiado. Durante su visita, calificó al gobierno de Maduro como una «infraestructura criminal» financiada por el narcotráfico y reiteró su llamado a la comunidad internacional para cortar esos flujos de dinero ilícito. Aunque se ofreció a dialogar con el oficialismo para una transición pacífica, afirmó que su propuesta fue rechazada.
Entre el símbolo internacional y la lucha interna
El anuncio de Machado cierra una intensa agenda en Oslo, donde además visitó el Parlamento noruego y se reunió con su presidente. Su premio no solo es un reconocimiento personal, sino un potente símbolo para la oposición venezolana, representada en la ceremonia por figuras como Edmundo González Urrutia.
Al decidir llevar la medalla a Venezuela, Machado busca transformar este símbolo internacional en un estandarte tangible de resistencia dentro del país. Sin embargo, el momento de ese regreso sigue siendo un secreto estratégico, un movimiento calculado dentro de una lucha donde, como ella misma declaró, «todo el que vive en Venezuela y quiere decir la verdad está en peligro».




