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El ministro de Salud, Ginés González García, afirmó hoy que “la posibilidad de avanzar en una mayor flexibilización de la cuarentena» a partir del 17 de julio depende de “hacer bien las cosas” y que las decisiones se tomarán “unos pocos días antes” de la fecha.

“Hoy es difícil decir qué va a pasar, pero acepto la teoría optimista para que entendamos que esto no es eterno”, sostuvo el funcionario en declaraciones a Radio Mitre.

Además, el ministro de Salud aseguró que “todos” coincidían en la necesidad de retomar la fase 1 de cuarentena para tener el “control de la situación” y poder tener “capacidad resolutiva de atender enfermos”.

“Es bárbaro lo que se hizo en tan poco tiempo, se aumentó un recurso crítico en casi un 40 por ciento en muy poco tiempo”, defendió.

“No somos tontos y también sabemos las dificultades y los sacrificios de los argentinos”, dijo González García y destacó que “entendemos que hay que volver a la normalidad lo antes posible, pero sin la colaboración de la gente nada de esto sirve. Muchos países hicieron lo mismo y no tuvieron colaboración y no les fue bien”.

En ese sentido, destacó que las medidas adoptadas por el presidente Alberto Fernández ubican a la Argentina como uno de los países con menor cantidad de muertes de la región y agregó: “Hoy nos va mejor que a la mayoría”.

“Yo entiendo que es mucho tiempo, que hay cansancio y necesidades”, indicó el funcionario y añadió que se trata de una medida del Ejecutivo para proteger a la sociedad.

Asimismo, el titular de la cartera sanitaria defendió el accionar del Gobierno frente a la pandemia de coronavirus y minimizó la crisis económica profundizada por el confinamiento al asegurar que “uno puede volver a conseguir empleo”.

“Y lo digo con todo respeto, pero de lo que no se puede volver es de la muerte, de eso no se vuelve”, expresó.

“El problema es la pandemia, no la cuarentena, el aislamiento, es la pandemia la que está destruyendo la economía mundial de una manera atroz”, agregó.

Consultado sobre si se espera superar el pico de la pandemia después del 17 de julio, el ministro aseguró que “hay mucha incertidumbre».

«Yo no puedo ser adivino. No puedo hacer pronósticos que son muy difíciles de hacer”, remarcó.

“Nosotros vamos a tomar las medidas oportunas y todas juntas y en esto estamos todos de acuerdo, desde el Presidente a los jefes de las distintas circunscripciones”, señaló.

“Nosotros tenemos que contener la evolución del virus en primer lugar, después si empieza a bajar la curva o no, lo iremos viendo”, añadió González García.

Y concluyó: «Yo quiero seguir trabajando con responsabilidad y colectivamente con todos los distritos. En el final de esta historia se nos va a juzgar por cómo nos fue, y yo creo que por ahora no está yendo muy bien”.

Los dos tests de diagnóstico rápido de presencia de coronavirus, desarrollados íntegramente por científicos argentinos, ya comenzaron a distribuirse en hospitales públicos para acelerar el diagnóstico de la enfermedad.

Los tests, se tratan del Neokit-Covid19 y ELA- CHEMSTRIP que permiten obtener resultados en menos de dos horas y a menor costo.

En el caso del Neokit-Covid19, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, junto con científicos y científicas del Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. César Milstein, entregaron y capacitaron a las autoridades de hospitales provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires para la implementación de estos tests.

Las determinaciones fueron entregadas también a las autoridades de los hospitales San Juan de Dios y Rossi de La Plata; el Centro de diagnóstico de Exactas de la Universidad Nacional de La Plata; el Hospital Fiorito de Avellaneda; el Hospital Petrona V. de Cordero de San Fernando; el Hospital Abete de Malvinas Argentinas y el Hospital Muñiz en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En tanto, en relación al segundo test, el ELA-CHEMSTRIP, a través de una acción coordinada entra las Universidades Naciones de San Martín y de Quilmes y el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, se entregaron determinaciones a los hospitales: Mariano y Luciano de la Vega de Moreno; San juan de Dios de La Plata; Luisa Cravenna de Gandulfo de Lomas de Zamora; Presidente Perón de Avellaneda; Néstor Carlos Kirchner de Escobar.

Por otra parte, el «COVIDAR IgG», el tercer desarrollo argentino que fue liderado por científicos del Instituto Leloir y del CONICET y que sirve para medir la presencia de anticuerpos contra el coronavirus, ya comenzó también a emplearse en el país con varios fines como controlar la transmisión en los barrios y el cuidado del personal de la salud. Ya fueron distribuidos en forma gratuita a hospitales y centros de salud póblicos y privados de todo el país.

Además, sirve para medir la presencia de anticuerpos en plasma de pacientes recuperados de Covid-19 que hayan accedido a donar sangre y que permite tratar casos complicados de la enfermedad. «El primer test serológico argentino para Covid-19, «COVIDAR IgG», alcanzó una producción de 100 mil determinaciones y tuvo un desempeño «excelente», aseguraron expertos.

La herramienta tiene diversas aplicaciones: diagnóstico (complementario al PCR); monitoreo de pacientes infectados para evaluar la respuesta inmunológica; determinación del estado inmunológico del personal de la salud; cuantificación de anticuerpos en muestras de pacientes convalecientes con fines terapéuticos; y análisis de la evolución de la pandemia a nivel poblacional.

 

Científicos argentinos están avanzando hacia el desarrollo de vacunas orales e inyectables contra el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2). «Para independizarse y tener soberanía, la mayoría de los países desarrollados y medianamente desarrollados se han lanzado al desarrollo de su propia vacuna contra SARS-CoV-2. Nosotros también nos hemos sumado», afirmó a la Agencia CyTA-Leloir Juliana Cassataro, jefa de laboratorio en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas Dr. Rodolfo Ugalde (IIB), que depende de la Unsam y del Conicet.

Cassataro lidera un equipo interdisciplinario formado por inmunólogos, virólogos y expertos en estructura de proteínas entre los que se encuentran Karina Pasquevich, Lorena Coria, Diego Álvarez, Claudia Filomatori, Eliana Castro y Lucía Chemes, también del IIB.

Cassaroto y parte de su equipo

Con un subsidio de la Unidad Covid-19, compuesta por el Ministerio de Ciencia, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y el Conicet, están desarrollando vacunas basadas en la producción de proteínas o regiones de proteínas presentes en la superficie de SARS-CoV-2 que son clave para que ese patógeno se una al receptor ACE2 de las células de los pulmones y otros órganos y comiencen así el proceso de infección.

La idea es que las vacunas a desarrollar consistan en proteínas puras del nuevo coronavirus que, al ingresar al organismo, no infecten las células, pero sean reconocidas por el sistema inmunológico para que genere anticuerpos, los cuales podrían defender a la persona a futuro en caso de que se encuentre con el virus real.

«Utilizaremos tecnología innovadora para aplicar distintas formulaciones no solo inyectables sino también por vía oral, ya que, al no requerir personal adiestrado para su aplicación, en el caso de una pandemia como esta sería de gran utilidad», afirmó Cassataro, especialista en inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas.

Y agregó: «Prestaremos especial atención a que las formulaciones desarrolladas representen a los antígenos (moléculas que generan una respuesta inmunitaria) de las cepas de SARS-CoV-2 que están circulando en nuestra región».

Etapa preclínica

Los investigadores ya produjeron las proteínas recombinantes para usarlas como antígenos y adyuvantes (sustancias que potencian la respuesta inmune) en las formulaciones de vacuna y comenzaron a estudiar cuál de ellas es la más efectiva para inducir una respuesta inmune contra el nuevo coronavirus.

Una vez demostrada la seguridad y eficacia de las vacunas en la fase preclínica en un plazo de 6 a 9 meses, será importante conseguir mayor financiación y asociarse con otros sectores del Estado Nacional y/o empresas farmacéuticas que puedan realizar los ensayos clínicos.

Si bien durante este corto tiempo, en todo el mundo decenas de laboratorios se lanzaron a realizar estudios preclínicos de alguna vacuna contra COVID-19 utilizando distintas estrategias «es posible que esas vacunas no induzcan buena respuesta inmune o desarrollen efectos adversos incompatibles con su uso», señaló Cassataro, Premio Houssay 2017 en la categoría Ciencias de la Salud por sus avances en el desarrollo de vacunas orales.

Y continuó: «Otra cuestión es que, aunque esas vacunas funcionen, no está claro si utilizando esa tecnología sea posible llegar a producir y distribuir la cantidad de dosis necesaria para todos los países que la necesiten. Por eso es importante que el Estado Nacional haya decidido financiar este proyecto y nos permita contribuir desde la ciencia al control de esta pandemia».

En el mundo

Hay más de 120 vacunas en carrera en todo el mundo. Tras la fase preclínica de ensayos en animales, siguen las fases I y II con cientos o miles de voluntarios humanos.

Los investigadores buscan evidencia de que la vacuna sea segura y prueban diferentes dosis para encontrar una que dé los mejores resultados. Al menos dos vacunas candidatas ya están en esta etapa.

La fase III es un ensayo con un grupo de control que no recibe la inmunización e involucrará a unos 30 mil pacientes.

En las pruebas de laboratorio el fármaco ha demostrado una efectividad entre 20 y 100 veces mayor para neutralizar el virus que los medicamentos elaborados a partir de plasma humano de pacientes recuperados.

Un grupo de científicos argentinos, encabezados por Fernando Goldbaum, ha desarrollado un suero «hiperinmune» para combatir el coronavirus elaborado a partir de plasma sanguíneo de caballo, según recogen medios locales.

De acuerdo a las pruebas de laboratorio realizadas hasta el momento, este nuevo fármaco ha mostrado una capacidad de neutralizar al SARS-CoV-2 entre 20 y 100 veces más alta que los sueros a base de plasma humano de pacientes recuperados.

Debido a los halagadores resultados que el suero ha tenido, los investigadores ya han gestionado ante la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de Argentina las autorizaciones correspondientes para proceder con los ensayos clínicos, los cuales se desarrollarán en 250 pacientes.

Hasta el momento, el Ministerio de Salud del país sudamericano ha reportado un total de 41.204 casos de coronavirus y cerca de un millar de decesos.

El Índice de Propensión al Riesgo en Salud (IPRIS), desarrollado por la Fundación Bunge y Born, busca comprender los determinantes y motivaciones de los argentinos, que condicionan las decisiones de aislamiento como medio de prevención al contagio del Covid-19.

Es decir, evaluar el costo de oportunidad que tiene para el sujeto mantener la cuarentena. Se trata de un relevamiento de opinión pública, en todo el país, elaborado mediante 4.857 encuestas completas a teléfonos celulares, a personas mayores de 15 años. Se realizó con un cuestionario cerrado, durante cuatro semanas (entre el 23 de abril y el 19 de mayo de 2020).

HÁBITOS Y RIESGOS

Según el estudio, existe una amplia aceptación de la cuarentena y/o aislamiento social (80 por ciento cree poder cumplirla) con una evolución estable en el tiempo, con la excepción del Gran Buenos Aires, donde se percibe un cambio en el objetivo. Aumenta cuidar a “las personas que quiero”, con disminución de “para cuidar la salud de los ciudadanos”. Y, a medida que aumenta el nivel educativo, la aceptación del aislamiento, disminuye.

El 80 por ciento de los entrevistados afirma lavarse las manos con mayor frecuencia que antes, práctica que tiene una adhesión muy alta en todas las franjas de la población (sin variación entre segmentos de edad, nivel educativo, factores de riesgo), y sin variaciones temporales o interprovinciales.

También el 80 por ciento (41 muy riesgoso, 39 moderadamente) considera que existe algún tipo de riesgo en salir de sus hogares, este sentimiento se acrecienta entre los mayores y las personas con enfermedades preexistentes. Sin embargo, en términos de variaciones temporales, va disminuyendo la consideración del Covid-19 como muy riesgoso a moderadamente riesgoso.

En principio, un 55 por ciento no se siente identificado con la necesidad de salir de casa para distraerse y/o hacer ejercicio, versus un 37 por ciento que sí. A nivel país, se observa un aumento en esta necesidad, la cual luego se estabiliza. Los mayores contrastes se dan entre las grandes ciudades como Caba, Córdoba o Santa Fe, donde se observa un aumento en la necesidad de salidas recreativas y el Gran Buenos Aires, donde esta necesidad ha crecido muy poco con el paso del tiempo.

IMPACTO ECONÓMICO

Casi el 48 por ciento se vio perjudicado en términos laborales a causa de la pandemia. Aquellos más castigados han sido los de menor nivel educativo. Dentro de este grupo, un 27.25 por ciento se quedó sin trabajo, mientras que un 5.83 por ciento fue suspendido y un 15.53 por ciento trabaja menos horas que antes.

A medida que pasó el tiempo, a nivel país, más ciudadanos necesitan salir para ir a trabajar: al comienzo (54 por ciento) cuatro semanas después (60), y con mayor proporción aquellos con menor nivel educativo relativo, y menor nivel de resiliencia a la crisis económica. En la ciudad de Buenos Aires, esta necesidad era del 40 por ciento y creció hasta sobrepasar el 60 por ciento, lo que es un cambio que no se advierte tan bruscamente en otra zona y tampoco en el GBA.

Lo que se observa es que aquellos que pasan por dificultades laborales, no tienen una concepción negativa del objetivo de la cuarentena, con lo cual la aceptación de su propósito no está directamente relacionada con los resultados económicos. Incluso, entre quienes perdieron el trabajo a causa de la cuarentena, 87 por ciento tiene una postura altruista respecto de la misma.
Al contrario, es el nivel educativo el que impacta sobre las consecuencias económicas y su concepción.

Científicos del Instituto de Nanobiotecnología (Conicet-UBA) buscarán reproducir en el laboratorio y a gran escala una proteína clave en el mecanismo de infección del coronavirus, lo que podría servir como insumo para el desarrollo de test, tratamientos y vacunas.

«Nuestro objetivo es en dos meses tener la proteína S (espícula) que asoma en la superficie del virus dando esta típica forma de corona y a lo que reacciona el organismo generando los anticuerpos», explicó hoy a Télam María Victoria Miranda, investigadora del Conicet en el Instituto de Nanobiotecnología (Nanobiotec) de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB-UBA).

Para «tener» esa proteína, no van a trabajar en el laboratorio con el virus sino que utilizarán métodos biotecnológicos. «Intentaremos producir esta compleja proteína en larvas de insectos, es decir, nos valemos de estos insectos plagas que hay en nuestro país y las utilizamos como ‘biofábricas'», explicó.

El proyecto se denomina «Producción biotecnológica de la proteína S completa de SARS-CoV-2 y péptidos sintéticos para fines diagnósticos y terapéuticos» y fue uno de los primeros 64 en recibir los subsidios otorgados a partir de la convocatoria de la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i).

El equipo de investigación está conformado por cuatro grupos de trabajo de Nanobiotec, al que se suma un equipo del Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral (IDEHU-FFyB) y una investigadora de Virología de la FFyB; en tanto que la empresa AgIdea proveerá los lotes de larvas.

El grupo que coordina Miranda tiene vasta experiencia en la producción biotecnológica de proteínas con larvas de insectos: la más reciente fue la proteína E del virus de dengue para el desarrollo de kits de diagnóstico por ELISA para la identificación de los 4 serotipos circulantes.

En diálogo con Télam, la investigadora explicó la importancia de la producción de estas proteínas y sus potenciales usos.

-¿Qué es la proteína S y por qué es importante producirla?

La proteína S (Spike) o espícula es una proteína que se encuentra en la membrana del virus y le permite unirse a las células (en este caso del ser humano) que va a infectar. Como está en la superficie es un blanco predilecto del sistema inmune y genera anticuerpos en los individuos infectados. Este principio simple, aunque en la práctica es bastante más complejo y no suele ser tan directo, una de las cosas que permite es diagnosticar pacientes que han cursado la infección viral.

Por otro lado, nuestro proyecto apunta a sintetizar (producir) químicamente “péptidos cortos” que son otras proteínas que están en la superficie del SARS-Cov-2 y que pueden servir para desarrollar nuevos métodos diagnósticos.

– Es decir que estas proteínas servirían como insumo para hacer test de anticuerpos.

MVM: Exacto. Nuestra idea es desarrollar un test serológico de tipo ELISA de alta sensibilidad y especificidad. El objetivo es que pueda detectar cualquier isotipo de inmunoglobulinas específicas para SARS-CoV-2 (IgM, IgA e IgG) y que al utilizar la proteína S recreada exactamente igual a la del virus la sensibilidad sea muy alta, a diferencia de otros test que ya están comercializándose.

– ¿Esta proteína puede ser un insumo para tratamientos?

Sí, nuestro proyecto llega hasta el test, pero podríamos producir las proteínas y transferirlas. Dijimos antes que la proteína S es la principal responsable de la unión e infección del virus a las células de los pacientes. En contrapartida, el sistema inmune de una buena parte de los pacientes infectados es capaz de generar anticuerpos capaces de bloquear o neutralizar la unión del virus a nuestras células.

Por lo tanto, si se pudieran sintetizar anticuerpos contra esta proteína y los mismos resultasen neutralizantes, se dispondría de una poderosa herramienta terapéutica contra esta enfermedad. Una estrategia relativamente sencilla y económica sería sintetizar la proteína S e inyectarla en animales grandes (caballos) para que éstos generen anticuerpos.

Esos anticuerpos son extraídos, tratados y purificados y finalmente formulados bajo la forma de un reactivo terapéutico inyectable. Este procedimiento es análogo al seguido para la producción de antivenenos y antitoxinas. Es importante señalar que dentro del equipo de trabajo se encuentra el INPB, un instituto perteneciente a la ANLIS Dr. Carlos G. Malbrán, el cual es el principal productor de antivenenos a nivel nacional.

Por lo tanto, una vez disponible la proteína S, ésta podría incorporarse a la plataforma productiva de antivenenos del INPB, esperando desarrollarse de esta manera un suero terapéutico anti-Covid.

¿Y en relación a las vacunas?

Nuestra proteína S podría utilizarse como antígeno en el diseño de una vacuna. Sin embargo, para que esto sea posible es necesario determinar algunos atributos de calidad de la proteína obtenida. Por ejemplo, si la proteína es estable, si se encuentra en una conformación que permita la obtención de anticuerpos neutralizantes y finalmente si es suficientemente antigénica, solo por nombrar tres aspectos críticos.

El proceso de obtención de una vacuna es complejo y comienza con el diseño y la obtención del antígeno, pero no se limita solamente a estas actividades.

El último vuelo humanitario que evacuó de Cuba y República Dominicana a la totalidad de los argentinos que deseaban regresar al país desde que se declaró la pandemia de Covid-19 aterrizó esta mañana en Ezeiza.

En el avión operado por Aerolíneas Argentinas, además de 71 ciudadanos y residentes argentinos, llegaron 41 nacionales y residentes uruguayos.

Luego de su partida de La Habana, el avión hizo escala en Punta Cana en donde incorporó a los argentinos que se hallaban en República Dominicana.

Con este vuelo concluye un complejo operativo que permitió, en siete vuelos humanitarios, evacuar a más de 1.300 argentinos y 41 uruguayos.

«Como Canciller me comprometí a que regresen todos los argentinos que se encontraban en el exterior y que habían manifestado su voluntad de retornar a nuestro país», expresó Felipe Solá.

En ese sentido, el ex gobernador bonaerense agregó: «No fue tarea sencilla debido a todas las restricciones internacionales que existen producto de este virus que afecta a la mayoría de los países del mundo».

«Hoy podemos tener la satisfacción de informar que todos los argentinos que estaban en Cuba y Dominicana ya están sanos y salvos en sus hogares», manifestó.

«Quiero expresar mi agradecimiento a las autoridades cubanas y dominicanas, como así también a todo el personal diplomático y a las tripulaciones y personal de las aerolíneas involucradas por el trabajo realizado», concluyó.

Casi 3.000 argentinos varados en el exterior por las restricciones impuestas para evitar la propagación del coronavirus, regresarán a partir del lunes en trece vuelos organizados por la Cancillería en coordinación con los ministerios de Transporte, Interior, Salud, Defensa y Seguridad, informaron hoy fuentes del Palacio San Martín.

Serán 2.870 los argentinos que regresarán desde el exterior a partir del lunes próximo y hasta el 15 de junio, informaron los voceros

El Jefe de Gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves, aseguró que avanzan «hacia el final de las tareas de repatriación. Cada vez quedan menos argentinos para retornar, los aviones llegan con asientos vacíos y vemos muchos vuelos que están saliendo completos hacia Europa y Estados Unidos».

“Seguimos trabajando para cumplir el compromiso asumido por el presidente Alberto Fernández y el Canciller Felipe Solá para ayudar a retornar a su hogar a todos los argentinos y argentinos que se encontraban de vacaciones en el exterior y fueron sorprendidos por esta pandemia”, añadió.

El nuevo cronograma de vuelos se iniciará el lunes 8 con tres servicios, uno que traerá a 281 pasajeros desde Doha a cargo de Qatar Airways; otro operado por LATAM, que repatriará desde Londres a 214 viajeros y un tercero a cargo de la compañía Avianca. Desde Bogotá, con 248 argentinos.

Para el martes 9 están previstos otros tres vuelos, uno de la compañía Edelweiss procedente de Zurich con 200 compatriotas; otro operado por LATAM, desde Santiago de Chile, también con 200 pasajeros y uno de los vuelos especiales de Aerolíneas Argentinas que traerá de regreso desde Cancún a 243 pasajeros.

El miércoles 10 solamente habrá un vuelo especial de Aerolíneas Argentinas, que repatriará desde San Pablo a 96 pasajeros; mientras que el jueves 11 será el turno de un vuelo de Air Europa desde Madrid con 337 pasajeros.

Cuatro vuelos están programados para el viernes 12, uno de los servicios especiales de Aerolíneas Argentinas desde Miami para 243 argentinos; otro a cargo de KLM desde Amsterdam para 294; un tercero de Boliviana de Aviación desde Santa Cruz de la Sierra con 215 argentinos y finalmente un vuelo de un Fokker F-28 de la Fuerza Aérea Argentina que traerá 56 pasajeros desde Lima.

Por último, el lunes 15, uno de los vuelos especiales que tiene programado Aerolíneas Argentinas, traerá de regreso desde Madrid a 243 pasajeros.

Las fuentes ratificaron que todos los vuelos fueron acordados siguiendo las estrictas medidas sanitarias dispuestas por el Ministerio de Salud para evitar la propagación del coronavirus en Argentina.

Los bonos de la deuda argentina cotizaban en alza en la mañana de este martes con una suba de hasta el 1,18% mientras el mercado esperaba novedades sobre la negociación del Gobierno con los acreedores.

Según fuentes del mercado consultadas por NA, el Gobierno acercó en las últimas horas una mejora de la oferta a los bonistas para avanzar en la negociación con la que la Argentina busca reestructurar un pasivo de 66.238 millones de dólares.

El indicador Riesgo País de la Argentina, que elabora la banca estadounidense JP Morgan, sigue en los 2.765 puntos.

Ayer las acciones de las empresas argentinas que cotizan en la Bolsa de Nueva York subieron hasta 7,1%.

 

Los tres jugadores argentinos del Sevilla se disculparon hoy por violar la cuarentena a raíz de una velada que compartieron ayer Ever Banega, Lucas Ocampos, Franco Vázquez y el neerlandés Luuk de Jong.

Los arrepentimientos de la infracción se difundieron en las cuentas de los respectivos jugadores en la red social Instagram y el club andaluz las publicó en su cuenta oficial de Twitter.

El primero en reprocharse su actitud fue el mediocampista Banega: «Quiero pedir disculpas por lo acontecido en el día de ayer. Fue una reunión familiar y de compañeros, pero inconscientemente no estuvimos acertados».

«Por ello quiero pedir perdón a nuestro club, a nuestros aficionados y a la sociedad en general. No se volverá a repetir. Solo queremos volver a jugar cuanto antes», cerró su mensaje el rosarino.

Por su parte Ocampos se explayó en el mismo tono que su compatriota: «Quiero pedir disculpas y reconocer que nos hemos equivocado, perjudicando la imagen del club».

«Por ello, solo nos queda pedir perdón al club, a los compañeros y cuerpo técnico y a la sociedad en general. Les garantizamos que hemos aprendido y que no volverán a repetirse acciones como ésta», finalizó el quilmeño.

Por último el «Mudo» Vázquez también se manifestó compungido por lo acontecido: «Respecto de lo acontecido en el día de ayer, reconocer que ha sido un error y como tal lo primero pedir disculpas».

«Hemos fallado a todos: compañeros, técnicos, club y a La Liga, pero hemos aprendido. No se volverá a repetir. Que vuelva ya el fútbol», expresó el volante cordobés.

La reunión de la que fueron parte los futbolistas y que se difundió a través de una fotografía que publicó la esposa de Banega, infringió la fase 1 de la cuarentena que se realiza en Andalucía. Recién mañana, con el inicio de la segunda etapa del aislamiento, estarán permitidos los encuentros de más de 10 personas.