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Ocurre tras un acuerdo entre las licenciatarias de la marca, EMSA (Electrónica Megatone S.A) y Carsa S.A . Volverá a estar presente en localidades como Mar del Plata, Bahía Blanca, Viedma, Neuquén y Rio Negro.

Las licenciatarias de la marca Musimundo, EMSA (Electrónica Megatone S.A) y Carsa S.A celebraron un acuerdo a partir del cual EMSA pasará a gestionar 37 sucursales ubicadas mayoritariamente en el Noroeste y sur del país y en la Provincia de Buenos Aires que pertenecían a Carsa, de las cuales 16 de ellas habían sido recientemente cerradas.

Los trabajadores conservarán todas sus derechos y antecedentes laborales, y pasarán a depender de aquí en adelante de EMSA.

Desde la compañía informaron que “es un paso sumamente importante para la marca Musimundo que a partir de esta inyección de capital recibe un impulso muy significativo para atravesar un contexto macroeconómico que ha sido particularmente difícil para el país en general y para el sector del retail en particular”.

Al respecto, desde la dirección de EMSA manifestaron: “Estamos realmente muy contentos de haber podido llegar a este acuerdo que le permite a la marca recuperar su presencia en localidades muy relevantes, al tiempo que se garantiza la continuidad laboral de un importante grupo de colaboradores”.

A su vez, agregaron: “Tenemos la convicción de que esta instancia representa para Musimundo un hito tremendamente significativo para recuperar la senda de crecimiento y el protagonismo como uno de los líderes del sector”.

De esta manera Musimundo vuelve a estar presente en localidades como Mar del Plata, Bahía Blanca, Viedma, Neuquén y Rio Negro. Posee más de 210 sucursales distribuidas en todo el país y atendidas por sus más de 3.000 colaboradores. Adicionalmente la empresa continúa desarrollando su propuesta de e-commerce y sus más de 650 puntos de entrega.

De acuerdo con el último informe de coyuntura del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), el empleo registrado en esta actividad sumó 405.942 puestos de trabajo en agosto, cifra que representó una leve baja del 0,7% mensual, similar a la exhibida en julio pasado (-0,6%).

«Se completan así cinco meses consecutivos de evolución mensual negativa del empleo formal de la construcción, hecho que se encuentra en sintonía con el resto de los indicadores de actividad sectorial», evaluó la entidad.

También en agosto -según el informe- se completaron doce meses consecutivos de variaciones interanuales negativas.

El IERIC detalló además que el plantel medio de las firmas constructoras fue de 14,1 puestos de trabajo por empresa en el mes de análisis, registrando una baja del 0,6% mensual y del 1,4% interanual.

A diferencia de lo acontecido en los meses previos, en julio y agosto fueron las grandes firmas constructoras las que acusaron de manera más significativa el impacto de la actual coyuntura recesiva, indicó el reporte.

Asimismo, el segmento liderado por las constructoras de plantel igual o superior a los 1.000 puestos de trabajo registrados, exhibió una merma del 17,3% mensual.

Tan sólo en 7 de las 25 jurisdicciones que conforman el territorio nacional, la cantidad de puestos de trabajo registrados superó a la verificada en agosto de 2018; entre las Grandes jurisdicciones, únicamente el interior de la provincia de Buenos Aires se ubicó en terreno positivo.

Por su parte, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pasó de ser el mayor impulsor del empleo nacional hasta el primer trimestre de 2019, a completar cinco meses de desempeño negativo interanual de manera consecutiva.

Por otra parte, la media de las remuneraciones percibidas por los trabajadores registrados fue de 32.509 pesos en agosto de 2019, marcando un crecimiento del 52% interanual y un acumulado anual del 45,3%.

El IERIC puntualizó también que en septiembre de 2019, se registraron 21.722 empleadores en actividad, un 0,5% por debajo del nivel de un año atrás: ello representó la salida de actividad de 109 empleadores durante los últimos doce meses.

La mayor parte de esas bajas se habría producido a principios de este año. Sólo el sector petrolero registra datos positivos de empleo.

Un informe oficial del Ministerio de Trabajo de la Nación revela que en Chubut se perdieron 1.200 puestos de trabajo en el sector privado, entre marzo de este año y el mismo mes del año pasado, en el marco de una retracción general del mercado laboral, que contabilizó 268.300 trabajadores menos en todo el país. En el caso de la provincia, la mayor parte de esas bajas se habría producido a principios de este año, ya que hay una merma de 900 empleos registrados en la comparación contra diciembre de 2018. Sólo el sector petrolero registra datos positivos de empleo.

El “Reporte de trabajo registrado” emitido recientemente por el organismo nacional, con datos al mes de marzo de 2019, aporta datos preocupantes sobre el mercado de trabajo en todo el país, según pudo saber ADNSUR. Aunque no mide específicamente el índice de desempleo, la merma de trabajos registrados admite pocas opciones: o se trata de personas jubiladas (en todo caso, esos puestos deberían ser reemplazados), o pasaron al mercado informal y trabajan hoy en negro; o quedaron sin trabajo.

A nivel nacional, el informe refleja que el retroceso en el número de empleos registrados es de 268.300 empleos menos, alcanzando un total de 12.079.070 trabajadores registrados (sumando privados, estatales, monotributistas y autónomos). La caída es mucho menor frente a marzo de 2017, ya que en esa comparación la diferencia es de “sólo” 28.000 trabajadores menos. Una interpretación posible para ese dato es que haya habido un incremento de empleo temporal en el lapso que va de marzo 2017 a igual mes de 2018.

Al precisar datos para cada provincia, Chubut presenta 95.300 empleos registrados. Esto significa una merma de 1.200 empleos en comparación a marzo de 2018. La tendencia negativa viene desde más atrás: en diciembre había 96.200 empleos registrados (900 más que en marzo), que a su vez eran 2.300 menos que en diciembre de 2017, cuando se registraban 98.500.

En resumen, si la comparación de Chubut se hace entre marzo de 2019 y diciembre de 2017, la disminución de empleo registrado en la provincia alcanza un total de 3.200 puestos laborales.  Todo depende de cuál sea el punto de partida: en diciembre de 2015, al inicio de la gestión Macri, en la provincia había 101.400 empleos registrados, por lo que la medición de marzo significa un retroceso de 6.100 puestos laborales.

Una parte importante de ese registro se ubica en el aglomerado Rawson-Trelew, según surge al cruzar los datos del INDEC, que ubica a esas localidades entre las de mayor índice de desempleo del país. Particularmente afectadas por la crisis textil y el cierre de otras industrias, la política económica nacional golpeó de lleno al valle de la provincia.

Neuquén es una de las provincias que presenta evolución positiva: 5.800 empleos registrados más que hace un año, mientras que Santa Cruz también registra una pequeña mejora, con una suba de 500 empleos registrados, totalizando 57.700 asalariados del sector privado.

Estos últimos datos parecen responder a lo que pasa con la actividad petrolera, particularmente en Vaca Muerta, ya que la rama de actividades “primarias” registra una evolución positiva de 6.200 empleos registrados más que un año atrás, alcanzando un padrón de 84.500 registros en todo el país.

 

ADNSur

Daniel Rosato, presidente de la Industriales Pymes Argentinos (IPA) dijo que el cambio del decreto sobre comercio exterior “es peor de lo que había” antes de la modificación.

Los Industriales Pymes Argentinos (IPA) advirtieron por un fuerte impacto negativo en más de 500 fábricas proveedoras de la actividad hidrocarburífica ante la reducción a 0 de la tasa de estadística a las importaciones de bienes de capital nuevos y usados destinadas al complejo energético Vaca Muerta.

Según IPA, la medida pone en peligro la continuidad de 10.000 puestos de trabajo que hay en las Pymes que proveen al sector.

“Toda la industria hidrocarburífera se verá perjudicada por la medida del Gobierno porque va a tener un impacto muy fuerte ya que permite el ingreso de equipamiento nuevo y usado”, afirmó Daniel Rosato presidente de la entidad, quien señaló que la modificación del decreto sobre comercio exterior “es peor de lo que había” antes de la modificación.

El líder industrial puntualizó que “con esta medida se ven afectadas más de 500 Pymes industriales proveedoras de la industria de los hidrocarburos y se ven en peligro más de 10 mil puestos de trabajo”, e insistió con el pedido para que “la tasa de estadística no se aplique en las materias primas, como sucedió con los temporarios que afectaban a la exportación”.

“Los beneficios de la nueva disposición se aplican a la fabricación de bienes de capital y de equipos nuevos y usados, lo que significa arancel cero. Y eso es terrible porque se hace en forma desmedida sin contemplar el impacto en el sector Pyme industrial argentino”, dijo Rosato.

El presidente del IPA señaló “que las Pymes no van a poder producir por falta de competitividad ante lo nuevo y mucho más ante lo usado que llega desde el exterior sin ningún tipo de arancel”, y se lamentó por la consecuencia en la fuente de trabajo. “Pedimos rever especialmente este punto”, afirmó.

“Tenemos que pagar impuestos para la compra de materiales importados que utilizamos para producir, mientras que los usados entran directamente sin costos. Y encima seguimos con la política de comercio exterior, en donde pagamos entre el 10% y 12% de retenciones, más la quita de reintegros”, criticó el empresario.

Rosato además fustigó: “Seguimos cometiendo el error de buscar intencionalmente el perjuicio de la industria nacional, en especial a las Pymes industriales que tienen intención de exportar.

 

Elcomodorense

La cantidad de empleos registrados cayó un 0,5% en julio, respecto de junio, lo que significó una pérdida de 56.900 puestos de trabajo «en blanco».
Por otra parte, los salarios del sector privado perdieron 5,2% respecto de la inflación.
Los datos surgen de la devaluada secretaría de Trabajo que conduce Jorge Triaca, según los datos de empleo del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
En julio se perdieron 41.300 puestos de trabajo registrados respecto del mismo mes del año pasado.
SIPA registró un total de 12.241.700 trabajadores registrados, unos 99.100 empleos en blanco menos que en enero de este año.
El sector privado despidió unos 7.300 trabajadores asalariados solamente en julio, lo que representa una baja del 0,1%.
El síntoma más claro lo expresan los monotributistas y cuentapropistas, sin trabajo formal, que aumentaron en 7.300 personas.
En paralelo, se registró la caída de unos 61.400 monotributistas sociales, que se explica -según Trabajo- por modificaciones en el régimen del monotributo social agropecuario.
Del gremio de la construcción fueron echados 3.500 trabajadores en julio; la industria manufacturera dio de baja 4.100 empleos; y la intermediación financiera perdió 500 empleos.
Doce de las 24 provincias mostraron bajas en la cantidad de trabajadores en blanco. La Rioja cayó en un 8%; Catamarca, 5,8%; Santa Cruz, 3,8%; San Luis y Formosa 3,5%; y Chubut 2,1%.
Los salarios aumentaron apenas un 19,6% entre enero y julio y un 26% en los últimos doce meses, para una inflación que se anuncia cercana a los 45 puntos.
InfoNews

El INDEC dará a conocer este jueves la tasa de desempleo y demás índices laborales del segundo trimestre del año, cuando la economía cayó un 4,2%. Se descuenta que marcará un incremento con relación al 8,7%(1.600.000 desocupados a nivel nacional urbano) del segundo trimestre de 2017. En tanto, el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA) informó este miércoles que por la menor actividad fabril y en la construcción, por séptimo mes consecutivo, el empleo volvió a caer en la industria.

El empleo registrado en el sector manufacturero se redujo en junio 2018 (último dato disponible) en 5.834 puestos de trabajo. Así, con relación a junio de 2017, la industria acumula 25.051 trabajadores formales y 55.716 puestos menos que en junio de 2016.

Este deterioro de la ocupación fabril se explica, en gran medida, por el retroceso de la producción. Según el informe de la UIA, en julio la industria presentó una contracción interanual de -4,4%.

La baja del mes de julio fue generalizada para casi todos los sectores. Ocho de los 12 rubros analizados presentaron caídas, dice el Informe. Y destaca el bajo desempeño del rubro químico y petroquímico (-18%), explicado por la parada programada de la principal planta de producción petroquímica del país y las caídas en las ventas minoristas de medicamentos (-2,5%).

También presentaron resultados interanuales negativos los rubros minerales no metálicos (-6,9%), por la retracción de la construcción; edición e impresión (-3,2%), con las mayores caídas en packaging; y metalmecánica (-2,1%), explicado fundamentalmente por caídas en la producción de maquinaria agrícola, de equipos y aparatos eléctricos y de autopartes; y el sector textil. Por su parte, el sector de alimentos y bebidas presentó una baja (-3,6%), aunque si se descuenta el efecto de la producción de aceites se produjo un incremento del +3,3%.

Los bloques que contrarrestaron la caída fueron metales básicos (+14,6%) –impulsado por la expansión tanto del acero, como consecuencia de un incremento de las exportaciones de productos largos y con la construcción que aún continúa en ejecución y por el sector automotriz, que a su vez presentó un crecimiento (+8,6%), traccionado fuertemente por las exportaciones a Brasil.

 

 

Clarín

La automatización amenaza con la pérdida de empleos. Sin embargo, en el último tiempo también creó nuevos trabajos, muchos de ellos impensados y que nadie pudo anticipar. Por esa razón, hoy la pregunta es: ¿será beneficioso o destruirá la capacidad laboral de la sociedad?.

“Hacer la cuenta neta es complejo. Si nos basamos en la historia, en cada una de las revoluciones industriales, se generaron más trabajos de los que se destruyeron. Más que trabajos, se destruirán muchas tareas que van a ser innecesarias que desarrolle el hombre. Va a cambiar la naturaleza de muchos empleos y lo que sí es seguro es que los nuevos empleos van a ser de más calidad que los que desaparecerán”, dijo a Infobae Alejandro Melamed, autor de El futuro del trabajo y el trabajo del futuro.

Sebastián Siseles, director internacional de Freelancer.com, adhiere a una visión más optimista: “Creo que hay un gran susto, pero esto ya pasó en la historia. Cuando Henry Ford comenzó con la producción a escala de autos, los encargados de fabricar los carruajes, de mantener a los caballos, creyeron que se iban a quedar sin trabajo. Y, al contrario, la industria automotriz creó cientos de miles de empleos. La tecnología obliga a aggiornarse, pero no destruye los trabajos”, consideró.

Por su parte, Marcela Romero, gerente de la consultora ManpowerGroup Solutions, señaló: “Hay quienes afirman que entre el 45 y el 50% de algunas tareas -las más estandarizadas y rutinarias- están siendo reemplazadas por máquinas, pero también comienzan a emerger otras nuevas funciones. A medida que las industrias migran a procesos automatizados más avanzados, se necesitan equipos capaces de impulsar esta transformación. Por eso el éxito radicará en habilidades blandas como la comunicación, la colaboración, la resolución de problemas, el servicio al cliente, el liderazgo y la gestión”.

Nuevas actividades

Un informe de McKinsey Global Institute, de noviembre de 2017, plantea que al menos un tercio de las actividades que se desarrollan en el 60% de las ocupaciones podrían ser automatizadas. Peso a ello, dice, hay áreas estratégicas que crecerán exponencialmente hasta 2030.

La tercera y cuarta edad será una de ellas. Se estima que en 2030 habrá 300 millones más de personas de 65 años o más, por lo cual en servicios médicos y acompañamiento habrá entre 50 y 80 millones de nuevos empleos. La tecnología traerá entre 20 y 50 millones de trabajos que, aseguran, serán muy bien remunerados. La construcción también se potenciará con más trabajo para arquitectos, ingenieros, electricistas, carpinteros.

Las inversiones en energía renovable, como eólica y solar, comenzarán a llegar para mitigar los efectos del cambio climático, según el informe. Crearán una demanda de entre 10 y 20 millones de empleos. A su vez, otra tendencia que analizan es la formalización de trabajos domésticos: cuidado de niños, educación infantil, limpieza, cocina y jardinería, por ejemplo, inyectarán entre 50 y 90 millones de empleos en todo el mundo.

En el listado de profesiones con mejor proyección, con menos riesgo de extinción y más probabilidad de crecimiento, incluyen: proveedores de servicios de salud, profesionales tecnológicos, ingenieros y científicos, educadores, sobre todo en economías emergentes, “creativos”, constructores, trabajos manuales y de servicio, pero que se dan en “entornos impredecibles”, como enfermeros en el hogar y jardineros.

“Todas las áreas vinculadas al procesamiento de la información que manejan las organizaciones serán clave y continuarán en expansión. El data analytics y las actividades adyacentes cobrarán cada vez mayor impulso porque las estrategias de negocio no pasarán ya por la comercialización de un producto o servicio, sino que buscan construir ‘experiencias’ de consumo”, aseguró Romero.

Pero para empezar a ver el impacto de la tecnología en el trabajo no hace falta irse hasta 2030. Hoy mismo ya hay profesiones que un par de décadas atrás hubieran sido imposibles de prever. “A nadie se le ocurría hace 15 años que un teléfono celular podía tener aplicaciones, por ejemplo. Ya hoy vemos trabajos que no existían y esos puestos, en general, están muy bien remunerados”, dijo Melamed.

Ahora hay desarrolladores de apps. Los que antes eran actuarios hoy son científicos de datos, que se encargan de sistematizar las toneladas de información que recibe una plataforma y, a partir de ello, delinear estrategias. Con la explosión de las redes sociales, llegaron los community managers. También surgieron los influencers que las marcas contratan por la atracción que despiertan en sus seguidores. La masificación de los videjuegos generó gamers. Y los gamers generaron instructores de videojuegos.

Hay conductores de Uber. Los diseñadores gráficos también se orientan hacia el diseño web o incluso 3D. Hay empleos vinculados a drones: pilotos, mecánicos, fotógrafos. El marketing digital, con el llamado “growth hacking”, se volvió un rol central en las empresas. En recursos humanos se crearon cargos como “gerente de felicidad” para potenciar el buen clima laboral. La creciente preocupación por el medioambiente dio lugar a gerentes de sustentabilidad. Por fuera de la tecnología, nadie imaginaba hace 10 años, por ejemplo la explosión de la zumba.

Los trabajos que vendrán

La frase se repite cada vez con mayor frecuencia: “Los chicos que están empezando la escuela, cuando se gradúen trabajarán en empleos que hoy no existen”. En un marco incierto, hay una certeza: “El contenido es rey”. La calidad marcará la diferencia.

Un informe del Center for the Future of Work proyectó algunos puestos de trabajo que surgirán en los próximos diez años. Todos ellos cubren áreas diversas, pero comparten “tres C”. El coaching: la ayuda a otras personas; el cuidado: mejora en la salud y el bienestar; y la conexión entre el hombre y la máquina, entre lo físico y lo virtual.

“Estas 3C hablan de una verdad universal. No importa cuán tecnológico se vuelva nuestra era, en última instancia, como humanos, necesitamos el toque humano. Queremos que la tecnología nos ayude, como herramienta, a nosotros. No queremos la tecnología por el bien de la tecnología, ni una distopía cibernética. Se aspira a un mundo reconocible en el que la tecnología mejore las cosas para los humanos”, escriben los autores del informe.

Algunas profesiones parecen cercanas, otras más propias de ciencia ficción. Dentro del listado, están los detectives de datos, una superación de los científicos de datos, encargados de desentrañar los “misterios” que se esconden en la Big Data, con conocimientos en investigación, matemática y leyes. También proyectan la existencia de “oficiales de abastecimiento ético” con la función de garantizar la distribución del ingreso e investigar los deseos de la empresa, con capacidad en comunicación, análisis y negocios.

La inteligencia artificial pisará fuerte en el futuro inmediato. Las compañías que la expriman tendrán, de acuerdo al informe, gerentes de desarrollo de negocios IA, expertos en machine learning y ventas. La realidad aumentada también avanzará con determinación y estiman que habrá constructores de viajes ficticios, históricos o actuales, a cargo de profesionales del cine, desarrolladores de videojuegos, con experiencia en 3D.

En las próximas décadas, la gente vivirá más. Se necesitarán, entonces, los llamados walkers y talkers(caminantes y hablantes) con dotes en comunicación y empatía. Por el mayor cuidado del cuerpo, habría consejeros de compromiso de fitness para asesorar y motivar a las personas, con saberes en nutrición, psicología y tecnología vestible, los famosos wearables.

Las ciudades del futuro, especulan, recopilarán datos de sus ciudadanos para garantizar su seguridad y bienestar. Harán falta analistas de ciberciudades. Los datos personales ya son un bien valioso, pero su precio se disparará al punto de crear agente de datos personales, brokers que comercialicen los datos a las empresas y ayuden a maximizar las ganancias de los clientes. Con la explosión de las criptomonedas y la banca digital, habrá tantas opciones de inversión que se requerirán “entrenadores de bienestar financiero”.

La biotecnología, la irrupción de la edición genética, creará la necesidad de expertos en comercializar las nuevas soluciones. Los “directores de cartera genómica” necesitarán experiencia en laboratorios y marketing. Con una población cada vez más vieja, creen que habrá “curadores de memoria personal”, que crearán entornos virtuales a partir de los recuerdos de los clientes. Así, cuando llegue el decaimiento cognitivo, sería menos traumático.

La última área que explora el documento son los negocios online. Por un lado, proyectan la figura del “sherpa de tienda virtual”, un asistente que oriente, escuche y entienda las demandas de los clientes dentro de una oferta online cada vez más amplia. A su vez, plantean que habrá un “sastre digital” en los locales de ropa; un modisto que vaya a la casas y diseñe vestimenta, según la talla y el gusto del cliente, a través de softwares.

 

 

Infobae

Según el informe mensual del ministerio de Trabajo que conduce Jorge Triaca, el pasado mes de mayo se perdieron 30.500 puestos de trabajo en el sector privado en todo el país.

Todos los componentes del sector privado cayeron, acumulando una pérdida total de 35.100 puestos de trabajo. Además de los asalariados (que cayeron a 6,2 millones), 2.900 empleados autónomos dejaron su trabajo.

Además 1.100 monotributistas perdieron su trabajo. Por último, se perdieron 500 puestos de trabajo en casas particulares.

En cambio, el sector público -pese a la ola de despidos- reportó crecimiento: si bien cayó en 2.900 la cantidad de monotributistas sociales, hay 10.800 nuevos puestos de trabajo en el sector público.

 

 

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