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Pobreza

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El candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, se refirió a los datos de pobreza que difundió el Indec y sostuvo que «no hay nada más inmoral que no reaccionar», por lo que prometió «generar trabajo y construir una Argentina más justa y equitativa».

El índice de pobreza aumentó a 35,4% al término del primer semestre este año, contra el 27,3% en igual período de 2018, según informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en tanto el Nivel de Indigencia aumentó a 7,7% desde el 4,9% anterior de finales de 2017.

Al respecto, el postulante del kirchnerismo expresó: «No hay nada más inmoral que no reaccionar ante la pobreza. Debemos parar esto generando trabajo y construyendo una Argentina más justa y equitativa», así lo reseña Télam.

No hubo sorpresa, tampoco anuncios tras la oficialización de la cifra de pobreza, que llegó al 35,4 por ciento. «Los resultados no son lo que esperábamos», reconoció la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, que, junto al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, fueron los encargados de poner la cara y dar explicaciones. De hecho, el Gobierno trabajó las últimas semanas con el foco puesto en cómo revertir el impacto.

Hoy, después de que Indec dio a conocer que la pobreza afecta a 14,4 millones personas, es decir que en el último año 3,4 millones de argentinos cayeron en esa situación producto de la inflación, la precarización del mercado laboral y la fuerte pérdida de poder adquisitivo, el Gobierno buscó explicar la cifra que deja expuesto lo que es el mayor fracaso de la gestión económica del presidente Mauricio Macri.

«Los índices corresponden al primer semestre de 2019, es una realidad que conocemos y fuimos acompañando a cada una de las familias. Fuimos tomando medidas que se fueron anunciando, que son medidas de alivio mientras llegamos al fondo de la situación, que es bajar la inflación», describió Stanley, que enumeró entre los paliativos los aumentos otorgados a la Asignación Universal por Hijo (AUH), más los bonos, más la suba del mínimo no imponible de Ganancias para los trabajadores formales, el aumento del salario mínimo vital y móvil y la baja del IVA para algunos de los alimentos de la canasta básica, entre otras medidas.

«Las medidas que tomamos fueron aliviando la situación. Nuestro objetivo es reducir la pobreza, algo que logramos los primeros años de gobierno, pero se vio afectado el índice por las distintas devaluaciones y las crisis económicas que fuimos sufriendo», explicó Stanley.

Según la ministra, el gobierno nacional trabajó los casi cuatro años de la gestión de Mauricio Macri en los «problemas estructurales, lo que permite la salida definitiva de la pobreza». En ese sentido, destacó que desde 2015 dos millones de personas tienen cloacas y agua potable. También resaltó mejoras en la calidad educativa, lo que genera trabajo genuino. «Estamos en una mejor situación estructural», dijo la funcionaria.

Sica, por su parte, aseguró que el Gobierno hace «cotidianamente autocrítica». Y agregó: «Parte de la contracara de lo que es la pobreza lo tenés en el mercado de trabajo. La Argentina viene arrastrando desde hace décadas un piso de desempleo informal que es muy difícil de bajar. Incluso, en épocas donde el crecimiento ha sido muy fuerte».

Además, el responsable de Producción y Trabajo culpó a la oposición por no dar el debate en el Congreso a ciertos proyectos de ley que, según su visión, podrían haber mejorado la situación del empleo en el país.

«Intentamos este año trabajar una ley que enviamos una ley que enviamos al Senado donde queríamos trabajar en los costos salariales y que generaban incertidumbres a la hora de contratar en las Pymes, pero lamentablemente la falta de apoyo en términos de consenso político para poder avanzar nos impidió avanzar más fuertemente», manifestó Sica.

El Indec también informó que la indigencia fue de 7,7%, es decir que subió 2,8 puntos y afectó en el área urbana, según una proyección propia, a 3,1 millones de personas. El último informe de pobreza de los cuatro años de la gestión macrista tiene como peor indicador el impacto en los niños menores de 15 años. En ese universo, el 52,6% de los chicos son pobres (se incrementó 5,8% en 12 meses).

«Claramente en la Argentina, ya hace muchos años, siempre impacta más la pobreza en los más chicos por eso las políticas sociales tienen un especial enfoque en poder revertir esta situación. Las medidas de refuerzo están sobre la AUH y las asignaciones familiares», expresó Stanley, que también informó que en las últimas semanas se reforzaron, con la sanción de la emergencia alimentaria, los programas de primera infancia y las becas de los espacios de primera infancia, informó La Nación.

El organismo también informó que la indigencia aumentó al 7,7 %. Hay 14,4 millones de pobres y 3,1 millones de indigentes.

El INDEC informó que, en un año, la pobrezaaumentó del 27,3% al 35,4%, mientras la indigencia subió del 4,9 al 7,7%, según los datos del primer trimestre de 2018 y 2019.

Proyectados estos porcentajes a la población urbana nacional, el número de pobres pasó de 11.150.000 a 14.400.000: son 3.250.000 nuevos pobres en tan sólo 12 meses. Si se incluye la población rural, el número de pobres se eleva a 15.800.000 personas.

En tanto también hubo un salto de la indigencia del 4,9%, un año atrás, al 7,7% en la medición actual. Son3,1 millón de indigentes: 1.100.000 de nuevos indigentes.

El 35,4% de la primera mitad de este año se divide en un 34,1% en el primer trimestre y un 36,7% en el segundo trimestre. De aquí se desprende que entre abril y junio el número de pobres se elevó a más de 15 millones de pobres urbanos. Y 16.500.000 si se considera toda la población del país.

Esta medición de pobrezaes la más alta de toda la gestión del presidente Mauricio Macri quien asumió a fines de 2015 con una pobreza del 29%, según las mediciones alternativas (caso Observatorio de la UCA), por la ausencia de índices oficiales de aquel momento.

No obstante, se estima que el presidente Macri concluirá su actual mandato con un nivel de pobreza más alto por el deterioro económico y social del semestre en curso, en especial a partir de agosto, luego de las PASO. Esa medición se conocerá en marzo de 2020.

Este fuerte incremento de la indigencia y de la pobreza se explica por el deterioro de las condiciones de vida de la población como consecuencia de varios factores: caída del salario real, deterioro de las jubilaciones y demás prestaciones sociales, pérdida de empleos, crecimiento del cuentapropismo y de los empleos informales en un contexto de retracción de la actividad económica, retroceso del consumo y de la inversión y caída de poder adquisitivo de la población frente al aumento de la inflación.

La medición del INDEC se denomina de pobreza por ingresos  porque toma en cuenta los ingresos de las personas y familias y los contrasta contra el valor de la canasta de alimentos básicos y la canasta básica total.

Esa comparación arroja que los valores de ambas canastas en esos 12 meses, a junio,aumentaron entre un 58,3% y 58,9%, por encima de la propia inflación frente aumentos de salarios y de jubilaciones en torno del 35% y de deterioro de ingresos de los cuentapropistas informales y monotributistas registrados.

Como ese deterioro de los ingresos de la población continuó en los meses siguientes y el empleo siguió en retroceso, se estima que la próxima medición de ambos indicadores sociales del segundo semestre de este año arrojará porcentajes aún más elevados, informó El Clarín.

Este lunes el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dará a conocer el último dato de pobreza correspondiente al primer semestre de 2019 y en ese contexto, la consultora Elypsis calculó que el índice abarcará “cerca de 35% de la población”.

En su último informe, señaló que el salto de la pobreza del 32% al 35% refleja la caída del ingreso real en el último año y detalló que el ingreso principal del hogar cayó 13,8% entre el segundo trimestre de 2018 y el segundo de 2019.

“En muchos hogares se compensó buscando empleos adicionales, mayormente de baja calidad. De ahí el aumento del empleo, y de la presión laboral (quienes buscan trabajar más) reportado recientemente”, afirmó.

Y agregó que por tal motivo el ingreso familiar tuvo una caída promedio algo menor: -11,6% en 12 meses. “Como la dinámica del ciclo económico se deterioró en agosto y no da señales de mejora, estimamos que la pobreza aumentará uno o dos puntos porcentuales en este segundo semestre”, remarcó la consultora.

Asimismo, sostuvo –según publica Ámbito– que en los estratos de ingresos bajos, que en la definición del INDEC abarca al 40% de la población, la caída de real del principal ingreso del hogar fue de 16,6%. Mientras que el ingreso principal mensual en esos hogares promedió 6.238 pesos al segundo trimestre de 2018 y 8.099 al segundo trimestre de 2019. “Solo 29,8% más cuando la inflación en ese periodo fue 55,6%, quedando una pérdida real de 16,6%”, añadió.

Según Elypsis, en los hogares de ingreso medio, el ingreso principal subió de 16.589 pesos al segundo trimestre de 2018; a 22.2239 al segundo trimestre de 2019, quedando una pérdida real de 13,8%.

“Para compensar la pérdida de poder adquisitivo, muchos hogares buscaron ingresos complementarios. El principal mecanismo fue el empleo independiente y se observó sobre todo en los sectores medios y bajos. Eso ayudó a morigerar levemente la situación, y contener el desempleo en 10,6% (aunque con un fuerte salto en el subempleo que termino el segundo trimestre 2019 en 13,1% y 18,3% de ocupados demandante de empleo”, analizó.

Y afirmó que hubo una caída promedio de 11,6% en el ingreso familiar, que se extiende a 14,8% en los sectores bajos, poniendo en evidencia la baja calidad del empleo generado en ese periodo.

En tanto, subrayó que los datos, que fueron difundidos por el INDEC la última semana, llegan hasta el segundo trimestre de 2019, y la tendencia continuó acentuándose en los meses siguientes, especialmente en agosto. “Por eso, proyectamos que la pobreza, que rondará el 35% al primer semestre, finalizará el año en uno o dos puntos más”, concluyó.

El candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, consideró que «atender la pobreza es generar condiciones de desarrollo, no es darles plata a los pobres para que sobrevivan en la pobreza», al tiempo que advirtió que el gobierno de Mauricio Macri «se va a ir con una pobreza cercana al 40 por ciento».

Fernández realizó una evaluación sobre las protestas que se repiten en el centro porteño en el marco de la crisis económica y sostuvo que «la gente sale con toda la razón del mundo», y consideró que «el Gobierno no entiende la pobreza».

«Atender la pobreza es generar condiciones de desarrollo, no es darles plata a los pobres para que sobrevivan en la pobreza», sostuvo Fernández y remarcó: «Hay un tema muy serio de pobreza que no se resuelve poniendo plata en los planes sociales, se resuelve reactivando la economía y dando trabajo».

Al respecto, se refirió al rol que desempeña la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y señaló: «Yo entiendo, Stanley tiene que lidiar con un gobierno al que no le preocupa desarrollar la economía, y entonces la pobreza no para de crecer».

En declaraciones a radio Milenium, el candidato del Frente de Todos subrayó que el presidente Mauricio Macri «se va a ir con una pobreza cercana al 40%, mandaron a cinco millones de personas a la pobreza en cuatro años, para eso no hay dinero que alcance».

No obstante, reiteró que si bien entiende «cada uno de los reclamos» que motivan las protestas para él «salir a la calle hoy es riesgoso» y explicó: «Puede ocurrir que alguno cometa una locura, le pega un palazo a uno, comienza una trifulca, y cuando nosotros terminamos con un muerto en las calles sufrimos todos».

«Lo mejor es que eso no ocurra, y por eso digo que no hay que tentar a las bestias. Por eso insisto en que no hay que salir a las calles», subrayó el ex jefe de Gabinete.

En otro tramo de la entrevista Fernández aseguró que se entiende «muy bien» con su compañera de fórmula, la ex presidenta Cristina Kirchner, y afirmó: «Me siento muy cómodo con ella, más allá del afecto que uno siente por una amiga, cuando hablamos de política me siento correspondido y participativo con lo que ella piensa».

Respecto de sus visitas a Bolivia y Perú, el referente del Frente de Todos sostuvo que con el presidente boliviano, Evo Morales, reafirmaron la «vocación latinoamericana», mientras que con el peruano Martín Vizcarra encontró puntos en común frente al tema Venezuela.

«Fui con la idea de encontrarme con alguien del Grupo de Lima como los que nosotros conocemos que apoyan a Macri, pero me pareció un hombre de mucha moderación, con mucho criterio. Con una posición muy correcta frente a Venezuela y la idea de que los venezolanos resuelvan sus problemas ellos», precisó.

La mitad de las familias viven en la Argentina con menos de 31.000 pesos mensuales. De acuerdo a los datos del Indec, además, en 7 de cada 10 hogares el ingreso total llega a los $45.000.

Según el informe de la Evolución de la Distribución del Ingreso (EPH) que difundió el organismo estadístico y que corresponde al segundo trimestre del año, la población más pobre percibe el 1,3% de los ingresos mientras el sector más rico concentra el 30,9%. De acuerdo a ese reporte, el ingreso promedio per cápita fue hacia mitad de año de $13.400 mensuales.

Considerando la escala de ingreso individual, hasta el octavo decil de la población (80% del total), que tiene ingresos promedio de $27.629, quedaba por debajo del costo de la canasta básica total que define el nivel de pobreza, que según el Indec costó en junio $31.148.

El informe del organismo estadístico registra que en el segundo trimestre del año casi el 50% de los hogares reunían ingresos totales promedio por decil hasta los 28.591 pesos, en promedio. Como tope, la mitad de la población alcanza los $31.000 mensuales de ingreso. Los hogares hasta el sexto decil tenían ingresos promedio de $38.000, apenas por encima del costo mínimo de esa canasta.

Por otra parte, el Coeficiente de Gini, que califica la desigualdad cuanto más esté alejada de la base cero, se deterioró 2,9% respecto del primer trimestre, al bajar de 0,447 en el primer trimestre a 0,434 en el siguiente.

Ese indicador, que mide la desigualdad de los ingresos dentro de un país, empeoró 2,8%, en forma interanual al pasar del 0,422 en el segundo trimestre del año pasado al 0,434 de igual período de este año. El 10% más rico de la población tiene un ingreso promedio de $66.781, 23 veces más grande que el del sector más pobre, que llega a los $2.872.

Los datos de la EPH terminarán de definir el porcentaje de pobreza que corresponde a la primera mitad del año y que se publicará el lunes 30 de septiembre. Según estimaciones privadas, podría alcanzar, así lo reseña Elonce.

Se prevé que la inflación supere el 50 por ciento al terminar el año, lo cual hace casi imposible que el nivel de pobreza en el país suramericano sea inferior al 40 por ciento de la población.

Un hogar argentino compuesto por una pareja y dos hijos pequeños necesitó en julio pasado 31 mil 934.44 pesos para evitar ser considerado pobre, lo cual representó un aumento del 2.5 por ciento respecto al mes precedente y un incremento acumulado de 58.6 por ciento en comparación con el mismo mes de 2018.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la valorización de la canasta básica de alimentos (que determina la línea de pobreza) equivale a 2.5 salarios mínimos.

Para adquirir la canasta alimentaria (que establece el umbral de indigencia), la misma familia demandó en julio 12 mil 773.78 pesos, un crecimiento del 2.9 por ciento respecto a junio y un 57.3 por ciento en doce meses.

Estos datos proporcionados por el Indec el jueves no contemplan aún el incremento inflacionario ocasionado por el más reciente aumento del precio del dólar, ocurrido tras la derrota del presidente argentino Mauricio Macri en las elecciones primarias celebradas el pasado 11 de agosto.

Se prevé que la inflación supere el 50 por ciento al terminar el año, lo cual hace casi imposible que el nivel de pobreza en el país suramericano sea inferior al 40 por ciento de la población.

La inflación en julio pasado fue del 2.2 por ciento, sin embargo, se prevé que en los meses de agosto y septiembre ese indicador crezca en niveles del 5 por ciento, luego de la devaluación registrada tras las elecciones primarias en el país y que perdió el gobierno del presidente Macri, así lo informó teleSUR.

 

1300 familias asistidas a través del Plan Calor, apoyo a 14 comedores solidarios y cortes de pelo a cambio de un alimento no perecedero son parte de las medidas aplicadas por el gobierno de El Bolsón como paliativos para pasar un invierno que se avecina riguroso, tanto en lo climático como en la situación económica de muchos sectores sociales.

La secretaria de Desarrollo Social, Laura Rojas, confirmó ayer que “a diario atendemos a decenas de personas que manifiestan dificultades para llegar a fin de mes y tienen que recurrir a los comedores y merenderos comunitarios. Ante ello, y enmarcado en el programa provincial Emprender y del taller dictado en la fundación Cooperar, se realizan cortes de pelo a cambio de alimentos no perecederos que serán destinados a reforzar esos espacios creados por las iglesias evangélicas y los mismos vecinos para ayudar a quienes más lo necesitan”.

“En este momento estamos asistiendo a 14 comedores de distintos barrios –amplió-, donde la prioridad es hacer frente a esta situación. Seguramente va a ir en aumento porque también hemos recibido pedidos de ayuda de lugares que se abrirán en los próximos días para ofrecer una copa de leche y algún alimento. La demanda más recurrente es por harina, levadura y cajones de fruta, ya que apuntamos a la buena nutrición”, graficó.

Para el caso de los almuerzos y cenas “que preparan los mismos vecinos solidarios, se aportan alimentos frescos (verduras y carnes) necesarios para una comida diaria sustentable”, detalló.

La funcionaria evidenció enseguida que “está llegando cada vez más gente a vivir a El Bolsón” y que en muchos casos “arriban con la expectativa de conseguir un trabajo, que a esta altura del año no es nada fácil”. “Hubo quienes vinieron en la temporada veraniega, que resultó mala porque prácticamente no hubo turismo y hoy se traduce en situaciones de mayor vulnerabilidad, no solamente para los lugareños sino también para los nuevos”, insistió.

En referencia al Plan Calor, Rojas explicó que “hay un gran aumento de la demanda con respecto al invierno anterior. A la fecha estamos asistiendo a más de 1300 familias y se va modificando constantemente. Si bien la leña es una ayuda importante (se entrega un metro cúbico por mes), no alcanza para cubrir el consumo familiar. En consecuencia, hay más pedidos por la garrafa de 10 kilos (una unidad semanal), ya que operativamente y por una cuestión de necesidad es más práctico”.

“Se le está dando respuesta a la gente porque la necesidad es muy grande y no estamos exentos de la contingencia socioeconómica que está viviendo el país. La desocupación supera el 20% y se nota más durante los meses de invierno teniendo en cuenta que el turismo es el gran dinamizador de la economía en la región y a esta altura de año está en su mínima expresión”, remarcó.

“Hay muchas situaciones de salud y enfermedades crónicas, donde los pacientes no tienen los recursos para comprar los medicamentos o necesitan un pasaje para viajar a ver un especialista en Bariloche, principalmente personas con discapacidad o adultos mayores, a los que debemos asistir”, concluyó.

Walter, el malabarista

En coincidencia, ayer llamó la atención la situación de calle en que se encuentra Walter, un malabarista y changarín de 39 años, quien está viviendo debajo de un puente en Los Repollos ya que no tiene recursos para alquilar.

“Estoy así desde hace dos semanas por el abandono de la sociedad, me prometieron trabajo durante el invierno y no se cumple. Lo que gano en los semáforos me alcanza apenas para comer”, reveló.

Pasa las noches metido en una pequeña carpa, sin posibilidades de hacer fuego y a pocos metros de un arroyo, con temperaturas de varios grados bajo cero. “Estoy acostumbrado al frío”, asegura aunque no para de temblar cuando sale de su cobijo. “Si alguien me puedo brindar un par de frazadas, agradecido”, reconoce.

“También me vendría bien cualquier tipo de trabajo, quizás cuidar una casa. Soy honesto, no tengo ningún tipo de antecedente. Me porto bien y hasta la policía sabe que estoy acá. Tengo domicilio en El Bolsón”, asegura.

Diario Jornada

El papa Francisco afirmó hoy que los pobres «no son números a los que se pueda recurrir para alardear con obras y proyectos» y pidió «un cambio de mentalidad» frente a la pobreza.

«Por un día dejemos de lado las estadísticas; los pobres no son números a los que se pueda recurrir para alardear con obras y proyectos», reclamó el pontífice en su mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres que se celebrará el próximo 17 de noviembre con el lema «La esperanza de los pobres nunca se frustrará».

«Los pobres son personas a las que hay que ir a encontrar: son jóvenes y ancianos solos a los que se puede invitar a entrar en casa para compartir una comida; hombres, mujeres y niños que esperan una palabra amistosa», planteó Jorge Bergoglio en el texto divulgado este jueves por la Santa Sede.

El papa Francisco instituyó la Jornada Mundial dedicada a los pobres a fines de 2016, tras el Año de la Misericordia extraordinario que convocó en el Vaticano.

En ese marco, aseveró en el mensaje que «el compromiso de los cristianos, con ocasión de esta Jornada Mundial y sobre todo en la vida ordinaria de cada día, no consiste sólo en iniciativas de asistencia que, si bien son encomiables y necesarias, deben tender a incrementar en cada uno la plena atención que le es debida a cada persona que se encuentra en dificultad».

El informe del Barómetro de Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina arrojó números alarmantes. A cuatro años de que Mauricio Macri prometa «pobreza cero», el 51,7% de los chicos y adolescentes se encuentran en situación de pobreza y el 10,2% son indigentes.

Los principales motivos que recrudecieron la situación del sector más vulnerable de la sociedad fueron la devaluación superior al 50%, la inflación del 47,6%, caída del empelo y shock tarifario. Aún más grave son los datos respecto a la alimentación: un 29,3% tiene déficit en sus comidas, un 13% pasó hambre durante 2018 y la asistencia en comedores alcanzó el 35%.

“Las crisis socioeconómicas como la actual pegan con especial dureza en las infancias. El efecto que tiene sobre el ejercicio de derechos básicos como el alimentario no es el mismo que en otros períodos de la vida”, sostuvo Ianina Tuñon, Investigadora Responsable del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia al diario Ámbito Financiero.

El análisis realizado por la UCA analiza «inequidades asociadas a cada dimensión de los derechos del niño» especialmente enfocadas en alimentación, salud, hábitat, subsistencia (pobreza), crianza y socialización, información, educación y trabajo infantil.

En cuanto a la distribución geográfica, el conurbano bonaerense mostró el mayor índice ya que la pobreza alcanza al 63,6% de los niños, lejos del 54,2% del año anterior. En tanto en el territorio que gobierna con promezas de cambios María Eugenia Vidal desde el 2015, el 15,4% son indigentes.

Igual de trágica es la situación de precariedad en la construcción de viviendas que afectó solo en 2018 a casi el 24% de la infancia llevando a un 23,4% a vivir en situaciones de hacinamiento. En los últimos tres años la cobertura de salud pública se incrementó en torno a un 10% entre los 0 y 17 años.

El 55% de estos chicos tiene como única opción de atención de salud al servicio público, situación que también se agudiza en la Provincia donde alcanza al 63% de los habitantes del conurbano. Uno de los datos que lo exponen es que el 44% de los chicos argentinos no realizó consultas al odontólogo en 2018.