El abogado comodorense Miguel Díaz Vélez compró tierras en Cholila, en una zona cuya subdivisión no está habilitada. La doble moral de los candidatos opositores, que piden presencia del Estado al servicio de la gente pero hacen negocios a sus espaldas aprovechándose de un esquema de corrupción instaurado por Mario Das Neves.
El abogado comodorense Miguel Díaz Vélez aprovechó la edición de ayer del diario Crónica para presentarse en sociedad como precandidato a diputado nacional por el PRO dentro del espacio Cambiemos, con declaraciones críticas hacia lo que llama las “viejas prácticas”. Sin embargo, sus afirmaciones se dan contra la pared cuando su nombre aparece vinculado con uno de los episodios más emblemáticos de la corrupción del dasnevismo: el “curro verde”.
Según expresa la nota del matutino, “la idea de poner en marcha las propuestas del PRO tienen que ver con que la nueva política debe abandonar las viejas prácticas”. “El Estado debe estar al servicio de la gente y no de los dirigentes”, expresó el precandidato macrista.
Todas estas expresiones serían loables si no fuese porque quien las dice parece ser uno de los beneficiarios de lo más oscuro de esas “viejas prácticas” que ahora critica.
Fuentes de altísimo nivel a las que tuvo acceso esta agencia de noticias recuerdan que durante el verano Díaz Vélez se mostró muy preocupado por los incendios forestales que azotaron a la región cordillerana. Y no lo hizo por el interés altruista propio de quien se mete en política para cambiar las cosas, sino más bien por todo lo contrario.
El abogado y precandidato del PRO estaba preocupado porque es propietario de tierras en Cholila, las cuales adquirió en una zona que legalmente no estaba habilitada para su subdivisión. Es decir, un cabal exponente del “curro verde” que compromete seriamente a concejales e intendentes del ChuSoTo y al propio Mario Das Neves que firmó un cuestionado decreto que permitió enajenar áreas preservadas por la Constitución Provincial.
Difícilmente podrá Díaz Vélez alegar “buena fe” en la compra de bosques nativos, porque esto sería reconocer su propia impericia profesional. Es que un exitoso abogado con ambiciones políticas no puede ignorar las leyes.
La revelación de estos hechos sumerge a la comunidad chubutense en un denso interrogante: Ya sea por su falta de respeto a las normas o por su desconocimiento de las mismas, ¿está Díaz Vélez capacitado para representar al pueblo del Chubut en el Congreso Nacional?
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