Cumplo 43 años. Nací para servir a MI PUEBLO, fui dotado del espíritu de justicia, la verdad, honradez, solidaridad y procurar que mis obras sean destinadas especialmente a familias de limitados recursos económicos.
Me conocen por las letras IPV. Qué, ¿se sorprenden? ¿Por qué? ¿De qué? ¿De que pueda escuchar, hablar o escribir?
A la hermosa Parroquia, mi amiga, que está en la vereda del frente se la conoce como la Casa de DIOS y es normal que miles de personas vengan a escuchar o hablar con el Señor, en el Santuario de María Auxiliadora.
A nadie le sorprende tampoco que a la Honorable Legislatura, desde donde siempre me vienen a visitar y de paso a Pedir Informes, la llamen la Casa de las Leyes, y allí sí, que se habla, habla, y ni se imaginan de lo que se enterarían si sus cuatro paredes pudieran contaran todo lo que tienen que escuchar y han escuchado en tantos años.
Sepan pues, que soy… diríamos la fábrica de Casas del PUEBLO, y hoy hablo Yo. Soy el Instituto, y cada vivienda es como una hija y cada dúplex un hijo que yo pensé, gesté, hice nacer, vi como crecía y finalmente, siempre llegaba el tiempo de que fuera a alegrar otras familias y personas, en ciudades, pueblos y parajes de nuestra inigualable provincia del Chubut.
Si todos saben que las paredes oyen y hablan, y lo asumen para bien o para mal, no deberían sorprenderse si hoy hablo Yo, que tengo la estructura de un edificio muy moderno y bonito, dicen.
He sido paciente durante muchos años. Hasta ahora me callé. Pero me cansé de ser siempre culpable de hechos que, la verdad, son responsabilidad de administradores deshonestos, y que yo mejor que nadie conocí y suelo conocer. Hasta hubo uno, muy importante, que estuvo como unos 8 años, que la vivienda que le adjudicaron indebidamente y que era de mi producción, luego la alquilaba cuando todavía no había terminado de pagarla. Qué ejemplo, no?
Y saben qué, mi memoria es buena, y les anticipo, que cuando el Palacio de Justicia, que digo, la Ciudad Judicial en Comodoro Rivadavia sea terminada, ese día Yo iré con miles de expedientes, con un camión lleno de archivos para que ellos, los Jueces, aclaren las múltiples violaciones de las que he sido y soy víctima.
Saben… lo que lamento, es que los inescrupulosos que pasaron por mis oficinas han perjudicado y perjudican a miles y miles de vecinos que están esperando en mi Registro de Aspirantes a una Vivienda o Préstamo Individual. Por el corrupto accionar, por culpa de malos funcionarios, políticos y empresarios, han y siguen hablando mal de mí, el IPV Chubut.
Eso duele, no me refiero a que duele que hasta me insulten gratuitamente, hablo de que me duelen las injusticias, de pensar que hay 34.000 vecinos anotados esperando que Yo pueda darles una pronta respuesta y no poder hacerlo ya, porque mis recursos no son bien cuidados y distribuidos.
Y son 34 mil anotados, cabeza de familia, pero debo pensar que son unos 120 mil chubutenses, son familias con niños, que sueñan y merecen un techo digno, y que no puedo ayudar a que lo tengan ahora mismo, como sería justo y lo merecen. Sobre todo me duelen las miles de familias que hoy viven en asentamientos, en condiciones infrahumanas, y están hasta olvidadas por los funcionarios que destinan las pocas casas que hay a los que más tienen.
Me da bronca, me indigna, me duele saber que usando mi nombre les dieron hijas e hijos míos, casas y dúplex, a gente que muchas veces no necesitaba una vivienda. Saber que de esas unidades centenares están alquiladas y nadie hace nada para terminar con esas inmoralidades.
Me revela que en nuestro Chubut existan muchísimas casas por las que sus beneficiarios no están pagando las cuotas, y que en otros casos los valores que abonan no alcanza ni para comprar dos atados de cigarrillos al mes.
No podía seguir siempre callado, me cansé, quiero y necesito hablar. Vengan a preguntar, mi información es pública. La Ley que me rige así lo manda y deben ayudarme a que se cumpla. No dejen que los sigan engañando. Por ejemplo ante igualdad de situaciones exijan SORTEO PUBLICO. Hagan lío, no se callen, combatan a los corruptos que los perjudican a ustedes y a mi también.
Pero así como les digo algo de lo mucho de malo que tengo, quiero que sepan que también quiero reconocer que no todo está mal.
Tengo mucho orgullo por los buenos colaboradores, agentes que en muchos casos ya no están en mi casa, varios se jubilaron y todos dieron gran parte de su vida por hacer bien las cosas.
A los muchos que hoy trabajan y se esfuerzan por hacer lo correcto, a ellos, mi gratitud y el deseo de nunca dejen de ser buenas personas y agentes públicos.
Vengan a verme. Ayúdenme a abrir las siete llaves de acceso a la información de mis obras y poder hacer transparente los actos del resto de vida. Ustedes tienen derechos, conózcanlos y hagan valer la Ley.
Soy el IPV Chubut, cumplo 43 años, Hoy Hablo Yo, y tengo mucho para compartir y decir, CARAJO.
Por Luis Dupuy