Luego del recorte presupuestario destinado al Fondo para la Población de la ONU (UNFPA) y de la salida del Acuerdo de París sobre cambio climático, el gobierno de Donald Trump anticipa su abandono del Consejo de Derechos Humanos.
La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, amenazó este martes con el retiro de su país del Consejo para los Derechos Humanos.
En un discurso ante la ONU en Ginebra, la diplomática de Donald Trump anunció que Estados Unidos «no permanecerá callado» mientras este organismo «continúa dañando la causa de los derechos humanos en el mundo».
La postura de Haley fue duramente criticado en su país. Jamil Dakwar, director del programa de derechos humanos de la Unión Estadounidense por los Derechos Civiles (ACLU, sigla en inglés) comentó que «es difícil tomar en serio a la embajadora a la luz de acciones como la prohibición de los musulmanes y el vuelco sobre la inmigración».
La ACLU está entre las organizaciones que están objetando en un tribunal la prohibición por decreto del ingreso de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y que defiende a muchos migrantes sin documentos amenazados con la deportación por el gobierno Trump
Haley fue la primera embajadora estadounidense en la ONU en hablar en Ginebra que opera en el Palacio de las Naciones en el marzo de la Oficina del Alto Comisariado para los Derechos Humanos. La embajadora criticó el organismo por la presencia en su interior de países que violan los derechos humanos y por las regulares críticas a Israel por sus reiteradas violaciones de los Derechos Humanos.
La enviada de Trump lanzó un ultimátum: si las cosas no cambian el Consejo deberá prescindir de Estados Unidos.
Una decisión podría adoptarse por el Departamento de Estado y la Casa Blanca tras el cierre de la sesión actual, el 23 de junio, y se produciría luego de otras distancias tomadas por Washington del sistema de la ONU a partir del recorte de recursos al Fondo para la población y a la salida del Acuerdo de París sobre el clima.